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domingo, 28 de julio de 2013

Dura carta abierta de profesora al presidente Mujica


Carta abierta enviada por la profesora Andrea Blanqué al presidente José Mujica publicada el jueves 25 de julio en el Semanario Búsqueda.







   Periodista, escritora y profesora de Literatura en un liceo público


          Carta abierta al Presidente Señor José Mujica.


 Qué poco sabe del Otro, señor Mujica. Aunque reconozco que tampoco los demás sabemos mucho de usted. De su período pre-tupamaro. He intentado conocer su curriculum. Busqué en Internet, pregunté. No fue fácil. Los uruguayos sabemos poco de su pasado.
Me interesaba conocer su historia como estudiante, el hecho de por qué dejó el liceo en un tiempo en que la educación uruguaya era un orgullo para América Latina, en este país que pagaba a un profesor trabajando esas "cuatro horas" lo mismo que a un parlamentario. Tal vez, desde su punto de vista, los gobiernos de otrora estaban equivocados. Y pagaban demasiado a sus docentes.
Volvamos a su perfil de estudiante. En internet aparece que usted fue al liceo y que luego se inscribió en el IAVA, supuestamente a cursar preparatorios (hoy 5°). Nada sabemos sobre su devenir académico, sobre por qué no culminó su bachillerato.
Pero entre los profesores corre este rumor: su entrada en el IAVA parecería haberse frustrado porque nunca aprobó una materia de 4°. ¿Es verdad, señor presidente?
Luego, muy poco sabemos de su trabajo —sin estudios—: sí se dice que usted militó en las filas del herrerismo. ¿Es verdad, señor presidente?
Podría pensarse que usted no estudió en nuestra gratuita Universidad de la República porque tomó las armas para hacer la Revolución. Pero en su etapa liceal, Cuba estaba muy lejos aún. Por cierto, sus ídolos, señor presidente, Ernesto Che Guevara y Fidel Castro, eran médico y abogado respectivamente. Una carrera universitaria no les impidió luchar por sus ideas.
Usted habla con desdeño de aquellos que hemos optado por estudiar, estudiar mucho, liceo, universidad, IPA, posgrados... Al economista Oddone le espetó no hace mucho tiempo una grosería.
No voy a olvidar nunca, señor presidente, que en un encuentro de liceales en Paso Severino, usted los arengó con una frase que —creo recordar— expresaba esto: "Si yo tuviera la edad de ustedes y estuviera en el liceo, le diría al profesor: Viejo, pa' qué me sirve lo que me estás enseñando".
Sus agresiones al cuerpo docente se han vuelto virulentas en los últimos tiempos. Decir que los profesores trabajamos cuatro horitas indica su profundo desconocimiento de como funciona un liceo público. (Claro, usted no tiene hijos, y los políticos allegados envían a los suyos a liceos privados).
Un profesor solo puede trabajar 20 horas de clase en la mayoría de asignaturas porque Secundaria topea su trabajo. Los profesores que llevan 35 años de docencia no pueden jubilarse, ya que lo harían con la mitad de su sueldo. Entonces el trabajo disponible se ralea.
Y usted ignora que ningún profesor da esas "cuatro horitas" de corrido. ¿Conoce lo que en la jerga docente se llaman "horas puente"? Son aquellas entre una clase y otra, una, dos o tres largas horas, durante las cuales el profesor permanece en el liceo: con frío, con hambre, con baños sucios.
En esas horas, atendemos padres o alumnos con graves conflictos. Planificamos "tolerancias", hacemos planillas, "libretas" de asistencia y calificaciones. ¿Sabe qué es una evaluación con "tolerancia"?
Y los fines de semana, en nuestra casa, corregimos auténticas torres de escritos, de ejercicios. Y estudiamos. ¿Sabe, señor presidente, que los profesores estudiamos toda la vida, porque, por ejemplo, cambian los programas, las tendencias pedagógicas? ¿Sabe, señor presidente, que los escritos y parciales ya no son como cuando usted iba al liceo? Ahora los profesores, en nuestra impresora, o en el Cyber, hacemos propuestas creativas de evaluación: crucigramas, múltiple opción, sopa de letras, videos, etc. Las fotocopias para los estudiantes son subvencionadas por ese salario que usted considera excesivo. Las reuniones trimestrales duran a veces 12 horas. También las mesas de exámenes. Sin un café.
Qué poco sabe usted de nosotros, los profesores. Yo estudié y trabajé toda mi vida, porque creo que el mundo mejora así, señor presidente. Yendo a clase todos los días, preparando los exámenes con ahínco, escuchando a los profesores, que tanto sabían y que me dieron tanto.
Es otra opción de vida que la que eligió usted, evidentemente. Pero en realidad, sé bastante poco de la suya.

Andrea Blanqué
Cl 1.154.910-4
Periodista, escritora y profesora de Literatura en un liceo público

7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Muy bien dicho!! Mercedes

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  3. Mando este texto mío....

    La pega

    Esta profesión, la con menos prestigio social y económico del país.
    Mis aplaudidas y mis peores clases. Mis miles de alumnos entre
    10 y 80 años. La famosa responsabilidad social. Entrar a matar;
    dejarlo todo ahí. La profesora no considerada. No me visto como
    profesora. No vivo como profesora. No pienso como profesora; no
    hago clases como profesora. Me echan porque apoyo una toma. Me
    echan porque digo que los medios de comunicación en Chile son de
    derecha. Me echan porque defino sexo oral a mis alumnos. Tenía
    que tenerle miedo a perder la pega, pero no a perder la dignidad
    o los principios. Tenía que tenerle miedo a todo, todo con tal que
    alcanzara para comer. Quién se atreve a decir que los pedagogos
    ganamos $1.200 la hora (lo que cuesta un almuerzo en el Hogar de
    Cristo). Trabajamos 120 hrs. mensuales y se nos pagan 30. Y para
    colmo, toda la fabricación de material, evaluaciones, correcciones…
    no se pagan. No le hagan caso al gobierno. ¡No se atrevan a estudiar
    pedagogía! Después de todo, no era exagerado poetizar sobre las
    500 horas semanales.

    Del Poemario ¿Dónde está la nuez para la ardilla?

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  4. Una grande colega Andrea, palabras correctas, plasmadas con seriedad y respeto, como debe ser!!

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  5. Exelente carta que expresa en lenguaje sencillo y claro la realidad de los docentes en Uy,Ni mas ni menos,somos el chivo expiatorio de una realidad educativa que nos duele como a todos los ciudadanos y cuya recuperación si bien debe incluirnos,no depende de nosotros sino de un cumulo de factores sociales,económicos y administrativos resorte de las autoridades que rigen los destinos de tan importante quehacer.

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  6. Exelente carta que expresa en lenguaje sencillo y claro la realidad de los docentes en Uy,Ni mas ni menos,somos el chivo expiatorio de una realidad educativa que nos duele como a todos los ciudadanos y cuya recuperación si bien debe incluirnos,no depende de nosotros sino de un cumulo de factores sociales,económicos y administrativos resorte de las autoridades que rigen los destinos de tan importante quehacer.

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  7. Excelente la carta de la colega, que creo que no leí en su momento, pero vi hoy 23 de enero de 2014 cuando buscaba datos sobre ella luego de leer su también excelente columna en "Búsqueda" titulada "Estrés en el matadero" sobre la elección de horas docentes en secundaria. Prof. Antonio Romero Piriz
    docente efectivo de sexto grado (séptimo en 2015) egresado del IPA en la especialidad inglés.

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