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lunes, 8 de julio de 2013

La popularidad de Cristina Kirchner, en caída libre

ENCUESTA | El 50% tiene una "mala" o "regular" imagen

La popularidad de Cristina Kirchner, en caída libre

El Mundo.es

La presidenta Cristina Kirchner saluda antes de entrar a una reunión. | AfpLa presidenta Cristina Kirchner saluda antes de entrar a una reunión. | Afp
  • El 60% de los argentinos está disconforme con la política de la presidenta
  • "Parece estar en guerra con la vida", afirma un experto en comunicación
La inflación trepa cada vez más alto, pero fogueados en esa tesitura, los argentinos adaptan el bolsillo a las circunstancias. El ciudadano medio también se ha resignado a convivir con la inseguridad y casi no presta atención a los crímenes que aparecen publicados en la prensa.
Pese a la relativa calma –apatía, para algunos- que impera en el país, la popularidad de Cristina Kirchner ha sufrido un notable deterioro. Un sondeo realizado por Managment & Fit muestra que el 60% de los ciudadanos está disconforme con la política que lleva adelante la presidenta. El mes anterior, la misma encuesta sostenía que el rechazo a la gestión de Cristina marcaba un 58%.
De forma paralela, la imagen que tienen los argentinos de la jefa del gobierno decae a ojos vista y es motivo de alarma entre sus colaboradores. La última encuesta de Managment & Fit señala que más del 50% de sus compatriotas tiene una "mala" o "regular" imagen de quien en cada discurso, dice representar "a todas y todos los argentinos".
Para muchos observadores, es allí donde radica el meollo del asunto. No en los índices de inflación ni en los cotidianos asaltos a mano armada, sino que en el "estilo" que Cristina pone de manifiesto cada vez que sube a un escenario. Lo que la gente de a pie define como la "mala onda" que transmite con el hábito que tiene de cargar contra su enemigo de turno, aun en ocasiones festivas como el Día de la Bandera o de la Revolución de Mayo.

"En guerra con la vida"

"Hace ya tiempo que la presidenta dejó de sonreír en los actos públicos y cuando lo hace es una sonrisa cargada de sarcasmo. Más que enemistada con los jueces, los periodistas, los empresarios y quien no, Cristina parece estar en guerra con la vida", dice a América Javier Pellegrini, experto en Comunicación de la Universidad de la Plata. "El abuso de la cadena nacional para transmitir sus mensajes ha llevado a que los argentinos confundan su cargada retórica con la gestión de su gobierno", sostiene Pellegrini.
Tal es así que entre sus oponentes prevalece la idea de que la mejor estrategia contra Cristina es dejar que ella hable y esperar los resultados. Unos resultados que se pondrían de manifiesto en las elecciones legislativas del próximo 27 de octubre, cuando el votante decida si aún puede jactarse de ser la presidenta de "todas y todos los argentinos".
El uso que hace de Twitter para opinar sobre asuntos tan peregrinos como la liga del fútbol o los árboles que la municipalidad de Buenos Aires mandó a plantar en el centro de la ciudad tampoco la favorecen. "Algún asesor despistado debe haberla convencido de que esos comentarios la acercan al pueblo. Y que el lenguaje coloquial que utiliza, con abundancia de expresiones que están de moda, contribuye a realzar su imagen ante los jóvenes", añade Javier Pellegrini. Es de conocimiento público que los colaboradores más serios no se animan a expresar, si no es en privado, su opinión acerca del estilo 'cool' de la presidenta. Y el resultado se advierte en las encuestas.

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