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jueves, 25 de julio de 2013

Uno de cada tres uruguayos no satisface al menos una necesidad básica


Uno de cada cuatro uruguayos no accede a "bienes básicos de confort"

El País

En 12 departamentos y en 17 barrios montevideanos se supera el promedio nacional de una de cada tres personas con necesidades básicas insatisfechas. Artigas y el barrio Casavalle es donde el porcentaje de habitantes con carencias es mayor.
Maximiliano Montautti
El Atlas demográfico y de la desigualdad del Uruguay, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y otros organismos -en base al Censo 2011- y presentado ayer mostró que uno de cada tres uruguayos tiene al menos una necesidad básica insatisfecha (NBI). En 17 (de un total de 62) barrios de la capital, los porcentajes son mayores a ese promedio general.

Plantilla modelo
El peor guarismo se verificó en Casavalle donde seis de cada 10 habitantes tiene al menos una NBI. Lo siguen Villa García y Manga Rural (con más de la mitad), Manga y Toledo Chico (47,6%), entre otros. En la vereda opuesta están Carrasco (y Punta Gorda con apenas 3,7% y 3,9% (respectivamente) de sus habitantes con una NBI (ver cuadro).
El informe señaló que a nivel nacional 1.068.000 personas (34% del total) tiene al menos una NBI. Esto corresponde a 347.700 hogares (30,7%). Dentro de los que no satisfacen sus necesidades básicas, 20% tiene una, 8% dos NBI y 6% tres o más. Las NBI tomaron en cuenta seis ponderadores compuestos por 10 indicadores.
Un ponderador es "Vivienda decorosa" con tres indicadores: materialidad, espacio habitable y espacio apropiado para cocinar. Otro ponderador que también contó con tres indicadores fue "Artefactos básicos de confort", conformado por calefacción, conservación de alimentos y calentador de agua para el baño. Los otros cuatro ponderadores fueron abastecimiento de agua potable, servicio higiénico, energía eléctrica y educación.
A nivel nacional, Artigas es el departamento con mayor porcentaje de personas con NBI (54,4% del total). Fue seguido de Salto con 49,4% y Rivera con 45,4%. Montevideo mostró el menor porcentaje: 26,8% (ver gráfico).
Al considerar los diferentes indicadores, la carencia crítica que combina el acceso a bienes básicos de confort (los que permiten calefaccionar la vivienda y el agua y conservar los alimentos) es la que presenta el mayor guarismo (23% tanto en hogares como en personas), seguido en importancia por un indicador combinado de vivienda decorosa (en el cual se consideran los materiales, el hacinamiento y la disponibilidad de espacio adecuado para cocinar); esta carencia alcanza a casi el 11% de hogares y personas.
El ministro de Desarrollo Social (Mides), Daniel Olesker (uno de los presentadores del informe junto al subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Jerónimo Roca), señaló que los resultados del estudio van en línea con una necesidad ya definida por su cartera de trabajar en zonas con mayores niveles de pobreza aplicando políticas vinculadas al acceso a la vivienda, la salud, la educación o la llegada de servicios como el agua potable o la energía eléctrica.
A su turno, Roca expresó que hay un paquete de bienes y servicios que "sí o sí" deben llegar a la población en una cobertura universal que debe estar a cargo del gobierno.
"El NBI es un buen referente para marcar hacia dónde van las políticas públicas y especialmente las sociales. La izquierda tiene que ir claramente hacia un universalismo básico en educación, salud y vivienda", aseguró.
Agregó que las "transferencias monetarias" (a familias de bajos recursos) no suplantan a la política social; sino que son herramientas que el gobierno adoptó para atender situaciones de emergencia social (como ocurrió luego de la crisis de 2002) o para atacar núcleos duros de pobreza. "Las transferencias fueron el primer paso para llegar a lugares donde el Estado de la década del `90 se había ido. Fue un instrumento útil para llegar volver a entrar a esas áreas y promover luego políticas activas en educación, salud y vivienda para completar la inclusión social", sostuvo Roca.

Etnias.

Entre los afrodescendientes, el 51,3% tiene al menos una NBI, la población indígena en esta situación es el 36,2%, la asiática o amarilla el 35,6% y la población blanca el 31,9%. La diferencia entre la población afrodescendiente y la población blanca con al menos una NBI es de casi 16 puntos.

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