La abogada Diana González, integrante de
Infancia y Adolescencia Ciudadana, criticó los procesamientos con
prisión de las madres de adolescentes infractores. “Es fácil apercibir a
una madre para que se haga cargo. ¿Y los demás qué hicimos? ¿Y las
instituciones? ¿Y los padres?”, preguntó. Además cuestionó que vayan a
la cárcel por la “alarma social”. “Se reacciona por presión y no por
derecho”, afirmó.
Por: Redacción 180
IACI junto a otras organizaciones sociales emitió un comunicado en el cuestionó a la Justicia por procesar a cuatro madres de adolescentes autores de delitos en los últimos días.
Entrevista de Joel Rosenberg y Ricardo Leiva con Diana González, en No toquen nada (Océano FM)
Joel Rosenberg: ¿Por qué sintieron la
necesidad de expresarse ante estos procesamientos con prisión de madres
de adolescentes que cometieron una infracción?
Diana González: En Uruguay seguimos dando
por implícito que las mujeres cuidan, contra viento y marea, aunque no
tengan las condiciones materiales, psíquicas, emocionales, para poder
cuidar. Y además, si no lo hacen son mala gente y ahora van presas. Es
una expresión de machismo muy duro, donde queda en evidencia la
inequidad de género y por la condición económica. Siempre cuando las
desigualdades se acumulan, las dificultades se multiplican. No es lo
mismo ser mujer pobre que de clase media, donde en general las mujeres
delegamos en otras mujeres el cuidado.
Tenemos un sistema de cuidados en Uruguay
que no es un sistema de cuidados. Son apenas algunas acciones del
Estado para ayudar en los cuidados. Además el Estado informó que
postergaría los gastos y apoyos financieros (dedicados al Sistema
Nacional de Cuidados) para el período que viene. Un sistema de cuidados
donde los adolescentes no están. Estamos diciendo que necesitan cuidado,
creo que sí, y sin embargo rápidamente los sacamos de esas políticas,
los penalizamos y ahora como si fuera poco penalizamos a las mamás que
fueron las que estuvieron sosteniendo en condiciones de inequidad el
cuidado solas, como podían. Cuando los resultados no son los que
esperamos, las castigamos.
En el caso del homicidio del
repartidor de gas, el juez Homero Da Costa señala que una de las madres
ya había tenido una advertencia para efectuar controles estrictos sobre
su hijo. Además, afirma que la otra indagada no tiene ningún control
sobre su hijo. ¿Qué consideraciones merecen estos aspectos del fallo?
Me preguntaría qué servicios apoyaron a
ese adolescente porque no creo que sean las madres las únicas que tienen
que encargarse del cuidado de los niños. Obviamente estos adolescentes
tienen dificultades. La violencia de la pobreza y la exclusión genera
daño psíquico y emocional. Me pregunto dónde están todos los demás. Es
fácil apercibir a una madre para que se haga cargo. ¿Y los demás qué
hicimos? ¿Y las instituciones? ¿Y los padres? Yo quiero hablar de todos
los casos de Uruguay en los que los padres no solo que no cuidan sino
que no aportan ni siquiera una atención alimenticia que es lo mínimo de
un cuidado.
Los procesamientos son por el delito de omisión de los deberes inherentes a la patria potestad.
El delito de omisión de los deberes
inherentes a la patria potestad es en sí mismo muy injusto porque es tan
genérico que habría que ver cuál fue ese día en que una mujer o un
hombre hizo algo o no hizo nada. Claramente un padre que pudiendo,
habría que ver si puede o no, se desentiende está incurriendo en una
conducta que genera daño y encuadra en este delito que es difícil de
configurar porque cada situación es diferente. Ahora, cuando uno pasa a
condenar exactamente a la que sí está cuidando, mal, bien o más o menos,
la que está presente y cuida como puede, es condenar justamente al que
trabaja y se equivoca.
¿Quién se anima a cuidar sin las
condiciones necesarias? Lo más fácil es decir no lo hago. Probablemente
si esos niños fueran al INAU, por ejemplo, el INAU comenzaría a trabajar
con la familia para que los puedan cuidar. El Estado tiene la
obligación de proveer las condiciones necesarias para que las personas
adultas puedan cuidar a sus hijos, nietos, sobrinos... ¿Quién se anima a
cuidar mientras el Estado no esté dando las condiciones necesarias?
Hasta ahora se hace porque las mujeres
siguen cuidando, sostienen situaciones de injusticia. Ahora qué pasa si
esas mujeres que están en condiciones de desigualdad dejan de cuidar. ¿A
quién vamos a culpar? Al INAU, al BPS... ¿a quién? El machismo que hay
detrás de esto es lo que más nos preocupa porque presume o da por
implícito que la mujer cuida, cuida bien, con buen resultado, en
cualquier condición, sola, no falla. Y si esto no ocurre, deja de ser
buena gente.
¿Qué referencias tienen de otros casos? No son muchos casos de este tipo.
Cada vez que nos indignamos por una
situación culpamos al que está más cerca, al más frágil. No importan las
consecuencias. Pensemos cómo quedan esas familias ahora. Es como
castigar a alguien por la injusticia social.
El procesamiento con prisión se da por la “alarma social”.
Es una norma muy injusta, se ha estudiado
mucho. Las sanciones son por conductas que cada humano hizo
individualmente con conciencia y voluntad. Cuando uno empieza a privar
de libertad por alarma social, responde a una presión social que no
necesariamente es justa. Se reacciona por presión y no por derecho. Es
una norma que esperamos que pronto sea derogada para todos los casos.
Ricardo Leiva: Hay mensajes de oyentes
que dicen que fueron hijos de padres humildes y no por eso son
delincuentes. Piden que no se victimice a esas madres.
Esas son las mujeres heroínas y no digo
que no sea valioso. Una cosa es no valorar los esfuerzos de las mujeres.
Los valoramos. Otra muy distinta es condenar y privar de libertad a
quien no lo pueda hacer. El cuidado ni siquiera es remunerado en este
país, ni siquiera es que estén trabajando por un salario y no cumplen
bien la tarea. Es algo que se está haciendo desde el afecto y desde
roles sociales que le imponen a las mujeres el cuidado de los más chicos
y de las personas con enfermedad. Pero todavía que lo hacen, cuando hay
un error... garrotazo.
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