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viernes, 3 de enero de 2014

En tren de aterrizaje El astorismo en clave pos Pluna

Brecha

El astorismo en clave pos Pluna En el Frente Liber Seregni hay consenso en que el “affaire Pluna” impactará negativamente durante la próxima campaña electoral, aunque existen matices en las lecturas políticas de la crisis. En este sentido, luce novedoso el análisis de uno de los principales líderes del sector, Óscar de los Santos, para quien “formas más eficientes y ágiles de control” en las asociaciones con privados podrían ser parte de un debate sobre una eventual reforma constitucional. Por otro lado, el caso podría tener su repercusión en la confección de las listas de ese grupo de cara a octubre.

La llegada del año electoral magnifica todo. Nadie debería ofenderse demasiado: los aciertos o tropiezos del gobierno se ponen bajo la lupa, máxime cuando el oficialismo prima en la intención de voto. Los distintos partidos de la oposición convergen mínimamente, todos apuestan a la misma baraja: llegar a la segunda vuelta. Hasta ahora parecen encaminarse a las elecciones internas con la aspiración compartida de impedir que el Frente Amplio alcance la mayoría absoluta exigida por la Constitución. Lo que no debería ofender a nadie pero sí sorprender a muchos son los errores que se autoinflige el gobierno, involuntario aportante al clima de euforia de quienes lo corren desde atrás. José Mujica fue el dueño de la agenda pública durante años. Pero desde el momento en que Vázquez confirmó su candidatura, el debate cotidiano se nutre de issues que lo debilitan, surgidos de su propio riñón. El caso Pluna y el pedido de procesamiento a Fernando Lorenzo y Fernando Calloia fueron el principal aporte al acervo discursivo opositor en estos días.
Aunque la crisis de Pluna salpica a todo el gobierno, en este contexto resalta aun más el papel del Frente Liber Seregni (fls), sector al que pertenece Lorenzo y –hasta donde se conoce– es afín el presidente del brou. La acérrima defensa del ex ministro de Economía, que incluyó una caravana hasta el balneario Araminda con la participación de los principales referentes del sector justo cuando el astorismo se encuentra en el ojo de la opinión pública, es una jugada audaz. La intención, entre líneas, parecería ser victimizar a Lorenzo. Políticamente la movida tiene su lógica. Pero la jugada es arriesgada, máxime por el momento en que ocurre. Mucho se ha dicho sobre el acto, orquestado por el director de Casinos, Javier Cha, el mismo que tiempo ha planificó un “brindis de desagravio” en el Hipódromo de Maroñas para el titular de Economía, desactivado a último momento por el propio Lorenzo. Por lo bajo, la movida de Cha es criticada en la interna del fls. “Fue absolutamente innecesario”, ilustra un alto dirigente del sector. Por lo alto, prima la “confianza” en que a la hora de optar, la gente pondrá en el platillo más pesado de su balanza los adelantos alcanzados, la solidez de la situación económica y los logros en materia social. Son buenas credenciales en medio de una temporada calurosa en lo político y en lo específicamente meteorológico. Si con eso alcanza para ganar una elección o impacta más la coyuntura, ya es otro cantar.

ERRORES Y DELITOS. El ex ministro de Economía hizo su aporte al escenario actual. Puesto en un brete difícil de justificar, Lorenzo no lució muy eficiente para explicar su papel en el affaire Pluna. Su autocrítica por haberse salteado el régimen general de concursos como salida a la crisis de la aerolínea de bandera llegó, para colmo, tarde. Sus alegaciones, vertidas en el juzgado y en el semanario Búsqueda de la semana pasada, pueden llegar a tener fuerza ante el juez pero parecen endebles en el ágora política. En la justicia rige la presunción de inocencia, pero las valoraciones políticas suelen ser menos meticulosas. Y la escena pos clausura de Pluna es pródiga en resbalones: desde el precipitado cierre de la aerolínea hasta la reciente declaración de inconstitucionalidad, pasando por un escandaloso remate fallido de los aviones. En general las presunciones tienden a invertirse, lo que determina el desprestigio que en su momento tuvo Juan Carlos Bengoa o, salvando las distancias, el desgaste que ahora aqueja a Lorenzo. Expresar que se cometió un error pero no un delito no absuelve políticamente a un ministro. No delinquir está por debajo del piso de conducta que le es exigible. Los “errores” son la unidad de medida de la utilidad de los ministros. Queda expuesta a debate cuál es la magnitud del asumido por Lorenzo.
El ex ministro denuncia que tiene adversarios de fuste que quieren hacerle morder el polvo para perjudicar al gobierno. Y sugiere, sobre su exposición pública en torno a este tema: “No recuerdo otro episodio de la historia empresarial del país que haya sido objeto de más exposición”. Ambas hipótesis son verosímiles pero no alivian su responsabilidad. La data suele ser operada por personas interesadas, pero el incordio fue autogenerado. Puesto en situación, el astorismo se ve frente a una encrucijada en la que se cruzan dos caminos de cornisa. Sostener la defensa del ex ministro contra viento y marea, o dar vuelta la página. En el astorismo confían en la actuación del ex ministro y en sus explicaciones, pero en el mujiquismo no existe tal consenso con su escaso aporte en las sucesivas interpelaciones. Las explicaciones, evalúan en la Torre Ejecutiva, no fueron eficaces pero –insisten– no hubo mala fe. Para la oposición, en cambio, el episodio es como una bendición que llueve del cielo sobre el desierto.

IMPACTOS MÁS, IMPACTOS MENOS. Palabras más, palabras menos, todos los dirigentes del fls consultados por Brecha coin­ciden en que el caso Pluna impactará negativamente en el año electoral. “Todos estimamos que algún impacto puede llegar a haber. Sería inimaginable que nada pasara, porque se ha transformado en ‘el’ hecho político de fin de año”, explicó el diputado de Asamblea Uruguay (au) Carlos Varela. Para el legislador, ahora se trata de evaluar “si en el largo plazo va a tener un impacto negativo o no”. En concreto: si forma parte de las preocupaciones de la gente. La tendencia, sin embargo, es a relativizar ese punto. Según su compañera de Cámara Daniela Paysée (au), “a nadie se le escapa que el tema Pluna va a estar presente durante la campaña”, pero –asegura la diputada– “no nos morimos los uruguayos porque cierre la aerolínea”. El cierre de la línea de bandera, sostiene Paysée, es comparable al de amdet (la empresa pública de transporte que tenía los troleybuses en Montevideo) o la Onda: “Nadie dejó de viajar y la conectividad está prácticamente solucionada”. “El mundo de los negocios es el mundo de los riesgos”, puntualizó. A juicio de la legisladora “el Estado uruguayo no tiene que seguir asumiendo riesgos en la aviación”.
La óptica de uno de los principales dirigentes de la Alianza Progresista, otro de los sectores que componen el fls, presenta algunos matices. Para el intendente de Maldonado, Óscar de los Santos, “es necesario construir un relato de los hechos que se vienen desencadenando en los últimos 25 años” en torno a Pluna. Esa narración, dice, “ha sido prácticamente inexistente”. La asociación con privados, sostiene, “es necesaria en aquellas áreas donde el Estado no tiene capacidad de gestión”, pero debe ser acompañada por controles más eficaces. “Hay que encontrar formas más eficientes y ágiles de control, y creo que eso puede ser parte de un debate sobre una eventual reforma constitucional. Me pregunto cómo hacen los accionistas de una trasnacional para controlar el buen uso de sus recursos. Acá no se trata de inventar la pólvora, sino de definir qué tipo de mecanismo de control”, explicó De los Santos a Brecha. Para el intendente fernandino, de prosperar la búsqueda de reservas de gas y petróleo emprendida por ancap, este debate se volverá inevitable: “Una de las batallas que dimos fue la de ancap en 2003 mediante el referéndum, pero no hay dudas de que si encontramos gas y petróleo no va a quedar otra alternativa que asociarse, porque el Estado solo no lo va a poder hacer”.
Las secuelas del affaire Pluna tampoco parecen haber disparado una renovación de cuadros en el fls. Esa situación es admitida, incluso, por los líderes del sector. “La renovación lleva tiempo y actitudes. Y yo no creo que se venga la renovación. El liderazgo de Astori no está en tela de juicio, por su formación y por su capacidad”, opina De los Santos. Algunos cuadros jóvenes piden cancha, pero todo indica que difícilmente puedan ocupar los primeros lugares. Contemplado como una posible pieza renovadora en el Nuevo Espacio (ne), el director de Rentas, Pablo Ferreri, prefiere poner la mira en los desafíos colectivos antes que en “los apetitos personales”. “Lo que despertó en el fls todo esto (en relación con los avatares suscitados tras el cierre de la aerolínea) es la necesidad de reanudar esfuerzos y trabajar más unidos que nunca, con mucha cohesión interna. En los momentos difíciles es cuando se saca a relucir la entereza. En eso vamos a estar, combatiendo el proyecto de país de la derecha que tanto mal le ha hecho a los uruguayos”, sostuvo en diálogo con Brecha. La reciente elección del director del inju, Matías Rodríguez, como secretario general del Partido Demócrata Cristiano –uno de los sectores de la ap– lo pone en carrera como “candidateable” por Montevideo. El nombre de Juan Andrés Roballo, inspector general de Trabajo y diputado durante la anterior legislatura, también suena entre los aliancistas. El cuadro de situación, sin embargo, es poco alentador: son demasiados los nenes para pocos trompos.

ARMADOS Y DESARMADOS. De cara al cronograma electoral que se avecina, la crisis de Pluna podría incidir sobre el armado de las listas, evalúan varios dirigentes del fls consultados por Brecha. En ese sentido, el mayor afectado por los coletazos del cierre de la aerolínea podría ser el ministro de Transporte, Enrique Pintado, cuyo nombre actualmente no es tenido en cuenta para los primeros cinco lugares de la plancha común al Senado que compartirán Asamblea Uruguay, la Alianza Progresista y el Nuevo Espacio. Para esas poltronas, que el fls espera revalidar en octubre, se manejan los nombres de Danilo Astori (primero indiscutido), Rafael Michelini, Óscar de los Santos, Liliam Kechichián y Daniela Paysée, aunque el sector aún no ha tomado una decisión. Cualquier definición deberá, además, contemplar el plus de la cuota de género, que obliga a que uno de cada tres lugares sea ocupado por una mujer, tanto en la lista de titulares como en la de suplentes. Este detalle disparó en los últimos meses todo tipo de rumores sobre quién ocuparía el “tercer lugar”, descontando que los dos primeros puestos serán para sendos hombres, un reflejo de la raigambre machista que –justo es reconocerlo– no es patrimonio exclusivo del fls.
Lo conversado hasta ahora, explicaron fuentes del astorismo, es que cada sector marque sus votos de cara a las internas de junio –donde el ne comparecerá junto a la ap en una misma lista– para luego sí proceder al armado de la plancha a la Cámara alta. En la antesala de la brega electoral, los caciques del astorismo trajinan el Interior sondeando a la militancia sobre la posibilidad de emplear este mecanismo. Mientras tanto, exploran acuerdos, buscan información, curten reuniones reducidas. Para el Interior, la idea esbozada en sucesivos encuentros de la “mesa chica” del fls es que los tres sectores –au, ne y ap– comparezcan en octubre en una lista única, aunque con algunas excepciones: Montevideo, Canelones y Maldonado, los tres departamentos con mayor peso. Otra historia será la lista a diputados, donde cada sector deberá resolver sus candidatos. Antes de conocerse el pedido de procesamiento de Lorenzo, en el ne había un “acuerdo tácito” de que el primer lugar lo debía ocupar el ex ministro de Economía, informaron fuentes de ese sector. Esa línea ahora no parece tan nítida.
Hasta octubre se sucederán meses de vértigo, suponen todos. Desde el vazquismo advierten que los “errores” tras el cierre de la aerolínea pueden complicar el partido; desde las tiendas astoristas la tendencia es a bajarles perfil. Con ese cuadro a su alrededor, Tabaré Vázquez comenzará este mes su campaña. Habrá muchos actos pero poca exposición mediática, adelantan sus allegados. ¿Cuánto impactará la crónica de estos días, cuánto la memoria de 2002, cuánto la debilidad de la oposición, cuánto el deterioro del gobierno? La única lectura certera será la del hecho consumado. Se verá cuando voten los uruguayos, ese día en el que todos los ciudadanos tienen la misma cuota de poder.

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