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jueves, 16 de enero de 2014

"Los bebés fingen llantos para llamar la atención"

Cromo - 16/01/2014
Un estudio japonés sugiere que los más pequeños son capaces de llorar no solo por dolor o hambre, sino para llamar la atención de sus padres
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Bebé M y Bebé R fueron filmados durante una hora dos veces al mes, durante seis meses. El objetivo de la investigadora japonesa Hiroko Nakayama era analizar por qué lloraban. Así, el estudio recientemente publicado en la revista del Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI, por su sigla en inglés), reúne un total de 102 episodios editados de ambos bebés llorando: 68 de Bebé R (de siete meses al comenzar la investigación), y 34 episodios de Bebé M (nueve meses). Ahí buscaron la evidencia para concluir que los bebés son capaces de fingir el llanto para llamar la atención de sus padres, o quienes los estén cuidando.
Esta interacción contribuye enormemente no solo al desarrollo social del niño sino a su desarrollo emocional”, dijo Nakayama
En concreto, los investigadores se centraron en la presencia de emociones positivas y negativas en los minutos y segundos anteriores y posteriores al llanto, recoge el blog sobre el comportamiento y el cerebro Research Digest. En el caso de Bebé M, los episodios de llanto fueron precedidos por emociones negativas y angustia, con muecas, vocalizaciones y labios arqueados.
Ese también fue el caso de Bebé R en el 98% de las veces. Sin embargo, luego de cumplir los 11 meses, esta beba comenzó a mostrar su habilidad: lloraba incluso después de una emoción positiva, reflejada por risas y sonrisas. En otras palabras, los investigadores sugieren que lo que había comenzado a hacer Bebé R era fingir el llanto, llorar de forma intencional para llamar la atención de su madre. El hecho de que la bebé mostraba una sonrisa inmediatamente después de que su madre se acercara refuerza la idea. Además, las emociones positivas parecían volver una vez que la bebé recibía contacto físico o visual de su madre.

Útil

A pesar de la connotación negativa de “llanto falso”, Nakayama señaló las virtudes de este comportamiento. “Esta interacción contribuye enormemente no solo al desarrollo social del niño sino a su desarrollo emocional. Los bebés capaces de fingir el llanto podrían comunicarse con éxito con sus cuidadores de esta forma, de manera regular. El llanto falso podría agregar mucho a sus relaciones”, dijo la investigadora.
Si bien la muestra utilizada en este estudio puede no ser representativa, una de las razones que podrían explicar este comportamiento radica en el hecho de que Baby R tenía dos hermanos, mientras que Baby M, que no mostró este comportamiento, era hijo único. Es decir, Baby R puede haber tenido la necesidad de competir más por la atención de su madre, explicó Nakayama. 

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