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lunes, 22 de junio de 2015
Insisten con la Concertación Leopoldo Amondarain
Dice un viejo adagio que “al que no quiere sopa tres platos”. No cabe duda que en los últimos comicios la Concertación de blancos y colorados, no solamente no tuvo éxito sino que desde sus inicios “rechinaba” por todos lados. No obstante eso y después de tan nefastos resultados se sigue insistiendo, por parte de sus partidarios, en seguir con idéntico plan para los comicios futuros a cinco años. El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra. En política las identidades entre sectores o colectividades radicalmente diferentes, se realizan cuando hay consecuencias o afinidades temáticas ideológicas. En este caso entre blancos y colorados desde hace mucho tiempo se ha intentado hacer reiterada e inútilmente porque las veces que se hizo, como era obvio, terminaron hasta con balazos. Mientras los blancos somos antiimperialistas y nacionalistas, los colorados fueron siempre imperialistas a favor de los más poderosos y por ende entregados a la economía extranjera, por decir algo. Esta vuelta por iniciativa de Julio María, que fue el primero que con sus “familias ideológicas” reflotó un acuerdo, siempre inteligente vemos que preveía un default del partido colorado que cada vez está más lánguido, y mediante este acuerdo reflotarlo adhiriéndose a los blancos que tienen bases muy sólidas, en particular en campaña. Los nacionalistas no votaron bien, también es obvio pero en términos nacionales se mantienen firmes y son la segunda fuerza electoral individualmente tomada. O sea no votaron mal, en el interior incluso hubo departamentos en los que arrasaron y aventaron cualquier duda que el Frente sembró como en el caso de Cerro Largo donde se termina ganando por el doble. Es notorio que en el interior los blancos tienen bases muy firmes. No así en Montevideo donde faltó coordinación e identidades ideológicas con los colorados, sin perjuicio de horrores estratégicos, como haber dejado a Gandini fuera de las candidaturas con toda su tradición, experiencia y estructura partidaria. Obsérvese que poco menos que ni se reunían saliendo cada uno por su lado, pero además se marcaron con más énfasis las diferencias entre los mismos, es muy difícil lograr que un blanco vote un colorado y me pongo como ejemplo, con casi 200 años de historia. Todo nos separa y nada nos atrae ni nos conjunta. Quienes tenemos históricas identidades nacionalistas y podemos conocer algo de historia se nos acumulan divisiones que han sido ancestrales, odio y rencores donde sistemáticamente el Partido Colorado violaba todos los acuerdos con los blancos y nos perseguían con total ferocidad. Recuérdese la famosa frase “mil veces preferible el peor de los colorados antes que el mejor de los blancos”. Sin olvidar infinidad de hechos del tenor de la Heroica Paysandú y demás. El Partido Nacional debió haber ido solo que aunque perdiese mantiene su unidad y su coherencia. Hay que saber esperar e ir sembrando de manera tal de que en el tiempo se vaya recuperando como se hizo en algún departamento como Artigas y Maldonado devueltos al redil partidario. No nos debe asustar perder, somos un partido que ha sido oposición la mayor parte de su vida, sin embargo seguimos manteniendo la vigencia que nos hace ser uno de los dos o tres partidos más viejos del mundo, jamás tuvimos el apoyo imperialista ni económico-financiero, los controles, la vigencia de la austeridad administrativa ha sido un obstáculo que nos dignificó y que hay que seguir manteniéndolo. Si nos juntamos con las antípodas es natural que se pierda identidad. Por es lógico e indignante que después de todo esto y viendo el desastre que fue Montevideo, se sigue insistiendo por parte de jóvenes doctores que se creen dueños de la verdad y se despeche a los caudillos que en última instancia hay que recurrir a ellos porque son los verdaderos representantes del acervo partidario. Ya lo dijo Wilson “los blancos con los blancos” y “trabajar integrados con el pueblo que anda y arde en la calle” al decir de Herrera. No soy original al sostener estos principios.
Leopoldo Amondarain
C.I. 950.556-0
Tel: 099 626 573
sábado, 25 de abril de 2015
26 de abril: Gernika Leopoldo Amondarain
En
Gernika hay un roble en torno al cual, cuentan las tradiciones
vascas, sus milenarias tribus se reunían periódicamente a
legislarse democráticamente. Respetaban sus libertades, celosamente
defendidas con sus más íntimas convicciones.
Un
pueblo pacífico, protegido tal vez por su propio entorno geográfico
montañoso, descendía a sus fértiles valles a dar un ejemplo al
mundo de democracia y respeto a la libérrima opinión de su pueblo.
Jamás tuvieron ambiciones imperiales. Incluso los moros en sus 700
años de dominio del resto de la Península Ibérica jamás los
conquistaron, ayudando sin duda, el aislamiento y hasta una pureza
racial entre lo que se destaca por lo mismo un tipo de sangre típico,
O-Rh negativo, que lo distingue del resto de los nostálgicos
imperios vecinos.
El
origen de su idioma, absolutamente distinto, se desconoce, como el de
su pueblo mismo, y se pierde en la nebulosa de los tiempos. No son
indoeuropeos y tal vez sean esas características tan particulares e
intrínsecas de su historia y su idiosincrasia que los hicieron
diferentes étnica, idiomática, espiritualmente y sobre todo con un
sentimiento libertario tan marcado a través de los milenios, y
conservado hoy día en una esperanza latente y cierta a la que
esperan las generaciones venideras, hijos, nietos, etcétera, puedan
volver a gozar como nación libre. Gernika y su roble, por todo ello,
sufrió un genocidio que como tal fue de una crueldad y ferocidad
imperdonable y despiadada. Allí descansan los sagrados huesos de
miles de mujeres, viejos y niños, los hombres estaban
mayoritariamente en el frente de batalla, que representan los más
puros sentimientos libertarios vascos.
Gernika,
no obstante su drama, no es un símbolo de muerte. Por el contrario,
su roble cada día está más verde, sus brotes más firmes y sus
raíces más prendidas a una tierra que quiere libertad y soberanía.
Gernika con su pueblo, su historia, su cultura propia, su idioma y
tradiciones, montada en sus picos pirenaicos con su árbol, algún
día verá flamear su legendaria Ikurriña entre las banderas
soberanas y libres de las Naciones Unidas.
El
26 de abril se cumple otro aniversario en que la legión Cóndor
alemana bombardeó por orden de sus ocasionales socios, con brutal
ferocidad, sus calles y sus casas. Su sangre generosa corrió a
raudales por su valle. Pero jamás han podido ni podrán los
criminales responsables de la época, ni los gobiernos sucesivos que
han llegado al colmo de prohibir que el famoso cuadro de Picasso se
exponga en Euskadi para el cual el maestro lo pintó en su homenaje,
acallar el grito libertario que surge desde el fondo mismo de las
entrañas de su tierra, de sus valles, de sus montañas y de las
mazmorras españolas en que tantos cientos de hijos suyos, enterrados
en vida están por querer una patria soberana; recorriendo las
conciencias y el más puro sentimiento libre vasco. ¡Gora Euskadi
askatasuna! ¡Viva Euskadi independiente!
Leopoldo
Amondarain
C.I.
950.556-0
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sábado, 28 de marzo de 2015
Semana Santa Por Leopoldo Amondarain
La imagen de
Cristo clavado en la cruz, es la reproducción más viva de los
sufrimientos de los débiles por los poderosos, de los humildes por
los fanáticos del poder, de los pobres y explotados por los déspotas
imperiales apoyados por cipayos ambiciosos y sin conciencia que
explotaron y que lo seguirán haciendo mientras no se quiera
interpretar la sangre, las llagas, la carne lacerada y el monstruoso
infinito dolor y sacrificio que por amor al prójimo sufriente, que
son los míseros del mundo, hizo Cristo. La historia se ha repetido
con un verdadero determinismo inexorable. El imperialismo antiguo
romano apoyado por los pueblos cipayos de la época que ayudaban y
cooperaban en las depredaciones, son los yanquis de ahora con sus
estados satélites Israel, Inglaterra, España, Francia, etc. El
emperador omnipotente de antaño con sus jefes de estado menores no
menos criminales y depredadores con los actuales Obama, Cameron,
Netanyahu, y demás etcéteras.
En aquella época
se crucificaba, se laceraba y se lanceaba, se usaban potros y clavos
en manos y pies y se gozaba colocando coronas de espinas en la
cabeza. Hoy, se quema con fuego líquido –napalm-, bacterias
exterminadoras, se entierran seres humanos vivos, no solamente
ejércitos sino aldeas con civiles inermes bajo dunas de arena, con
topadoras o palas mecánicas, se borran del mapa con misiles de largo
alcance atómicos ciudades históricas milenarias –Bagdad, Basora,
Kabul, etc.- y se barren con niños y jóvenes que solo pueden
responder con piedras y ondas contra metrallas en helicópteros
artillados entre otras armas. Y todo está hermanado en iguales
razones. La ambición del poder y las riquezas ajenas. Cristo no
muere por el poder material o político. Su poder no es de este
mundo. Muere reivindicando espiritual y humanamente a los pobres
sometidos. Es más fácil que un camello pase por el ojo de una
aguja, que un rico y poderoso –Obama, Netanyahu, Cameron, etc.-
entre en el Reino de los Cielos. Nadie tiene derecho de quedarse con
lo ajeno, y con más razón la vida, saldo Dios. Y Dios hay uno solo.
Que no es por cierto Atila, ni Pol Pot, ni Hitler, ni los actuales.
La vida es sagrada ya sea la que fanáticos asesinos terroristas
inmolaron en los trenes españoles de Atrocha, como los cientos de
miles de vidas que para quedarse con el petróleo en un subsuelo o
territorio, hemos sufrido a través del tiempo. Jesús nos representa
y lo sigue indicando con su cruz, una enseñanza de amor pero también
de resistencia estoica que sólo el Hijo de Dios pudo hacer. En medio
de su padecimiento tuvo palabras de perdón para los culpables del
miserable crimen. Perdónalos Señor, no saben los que hacen. Claro,
no obstante las magníficas palabras llenas de infinito amor por el
hombre, es obvio que hubo culpables.
Poncio Pilatos
era el político corrupto que se lavó las manos por cobardía y por
perversa comodidad aceptando la presión del pedido de un pueblo
culpable, carente total de piedad. Tuvo, narra la historia, su
castigo muriendo como un miserable que fue. Al igual que los tiranos
y explotadores imperiales que aunque algunos mueran en la cama, todos
son maldecidos por sus iniquidades.
También es
cierto que siempre cabe el arrepentimiento. Pero los imperios como el
romano antiguo y sus “Poncios Pilatos”, como sus socios actuales,
nunca se arrepintieron y terminaron trágicamente. Y los pueblos
cipayos que los ayudaron entonces y aún ayudan habiendo exigido la
crucifixión de Cristo, jamás a través de los milenios ninguno se
arrodilló ante una Cruz a pedir perdón ante la infamia criminal,
demostrando que dos mil años después aún prefieren a Barrabás.
También sus ambiciones despóticas imperiales caerán de igual
manera.
Los pueblos
oprimidos son los “Espartaco” que también murió en la cruz por
la libertad y dignidad que representa Jesús. Su mensaje de amor,
libertad y justicia, increíblemente sigue sin ser oído por
poderosos.
La bestia
representada por los “Tiberios”, los “Herodes”, los “Poncio
Pilatos” y sacerdotes del templo como hoy los yanquis y sus socios
que dicen defender el mal sobre el bien y masacran naciones enteras
que solo defienden su libertad y soberanía, los culpables de tantos
crímenes, me cuesta creer que puedan entrar en el Reino de los
Cielos.
Soy humano y no
puedo decidir, que lo haga Él. No caben dudas que hará justicia.
¡Felices
Pascuas! ¡Eguberri
zoriontsuak! (en vasco).
Leopoldo
Amondarain
C.I.
950.556-0
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sábado, 10 de enero de 2015
Cardenal Sturla Escribe Leopoldo Amondarain
Hacía más de
cincuenta años que Uruguay había dejado de tener un Cardenal
católico, Monseñor Antonio María Barbieri, único por añadidura.
No faltaron en el ínterin intenciones y movidas a favor de llenar
ese magisterio religioso. Pero había algunos elementos que impedían
la concreción de esto, como fue un Estado que era no solamente laico
sino manifiestamente ateo, era notorio que los sucesivos gobiernos
batllistas eran ostensiblemente agresivos con todo lo que fuera
religioso particularmente, lo católico. No solamente que redundó en
la consecuencia hostil hacia la religión y sus feligreses. No era
solo escribir Dios con minúscula sino que también existía toda una
filosofía contraria a lo eclesiástico que iba desde la enseñanza a
la salud e incluso lo filosófico. Hubo proyectos de retirar las
cruces de los cementerios, dejar una mera lápida con nombre y fecha
y fue tal la “polvareda” que se creó que fue imposible llevarlo
a cabo. Las tumbas y los nichos eran propiedad privada y no se podía
meter mano o disponer sobre cosas sagradas como era la privatización
del descanso final de la familia. Sin embargo se prohibió la misa
dominical en los cementerios (en cripta), costumbre muy vieja
proveniente del siglo XIX. Se retiraron las hermanas de caridad o las
monjas de los servicios sanitarios, hospitales, etc. siendo como eran
un ejemplo de eficacia vocacional que atendían con su amor y
efectividad, no cobraban, era gratuito. Se creó a principio del
siglo pasado el instituto del divorcio, en franco enfrentamiento con
la Iglesia Católica. Más recientemente se acaba de aprobar la
legalización del aborto, atentado contra la vida misma de una
criatura, principio fundamental de la Iglesia. Se atacó el
matrimonio heterosexual estructura básica de toda sociedad sana. En
materia de enseñanza los alumnos que tenían que dar exámenes
provenientes de institutos católicos lo tenían que dar libre,
ajenos a la posible persecución que sufrían si revelaban su origen.
O sea todo se arrastraba en una franca oposición a la Iglesia y
contra el catolicismo, hecho que hizo carne en mucha gente que creó
un Estado bastante ateo si bien la ciudadanía siguió teniendo
mayoría católica y cristiana, 44%, y un porcentaje similar, 40%, de
ateos o agnósticos. Hecho que influyó, opino yo, en la designación
de otro Obispo como Cardenal. El advenimiento del nuevo Cardenal
encaja también en el hecho de una tendencia más bien conservadora
que en ese ínterin tuvo la Iglesia desde el punto de vista
administrativo y político, que cambió con el nombramiento del Sumo
Pontífice Papa Francisco. Se ha dicho y lo creo que el nuevo Papa ha
querido dar un giro diferente, más revolucionario y agresivo desde
el punto de vista progresista. Y conocedor de todas las situaciones
creó la nueva sede cardenalicia en el Uruguay, nominando a Daniel
Sturla para el cargo de Cardenal. Integrar el cuerpo cardenalicio es
de importancia gravitante. No sólo tiene derecho de elegir al Papa
sino que y es fundamental, el asesoramiento político y
administrativo de toda la política vaticana. Piénsese en la
influencia y dimensión de la Iglesia en esta materia. Tal vez una de
las más grandes que existen en el mundo. Baste señalar los
servicios que la Iglesia presta a nivel mundial y nacional en cada
patria, que resulta en inempardable, y donde es preciso justamente
señalar y tener consideración de estas nuevas corrientes. Contemos
desde nuestra propia “chacra”, el Uruguay, universidades, acá
prácticamente dos, súmese colegios, liceos, y enseñanza en
general, hasta jardín de infantes propiamente dichos, asilos de
ancianos y de niños, hospitales, clínicas, sanatorios, mutualistas
e incluso leprosarios, con sacrificio y prácticamente sin ayuda que
la Iglesia se encarga de financiar a nivel mundial. Son un ejemplo de
entrega y devoción por servir a los semejantes. Bibliotecas,
talleres de oficios, e incluso a nivel rural, aquí mismo en el país
tenemos ejemplos en el interior de la república, de escuelas
agrarias. De todos estos salen una pléyade interminable de nuestra
mejor juventud y nunca se pasó “factura” al Estado. No obstante
eso otras religiones, grupos esotéricos, organizados en logias
masónicas vinculadas al quehacer político, siguieron siendo
opositores y lo serán. La designación de Sturla, hecho en la forja
salesiana, y ubicado desde el origen de su vocación en colegios, en
un medio que se prestaba para esa experiencia, director, profesor, en
institutos de enseñanza. Sin perjuicio a todo esto su devoción y
dedicación religiosa lo marcan como un verdadero talento que
justifica con creces lo rápido de su nombramiento. El más joven
Obispo nombrado Cardenal en América del Sur. Encajaría entonces, en
la corriente renovadora que el Papa Francisco ha iniciado con tanto
éxito. Y para nosotros es la inclusión que Uruguay sea ahora sede
cardenalicia, al frente de una Iglesia progresista.
Leopoldo
Amondarain
C.I.
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lunes, 29 de diciembre de 2014
“Heroica Paysandú” Leopoldo Amondarain
“Heroica Paysandú yo te saludo. Hermana de la tierra en que nací.
Tus glorias y triunfos esplendentes se cantan en tu tierra como
aquí”. Así terminó las rimas de su inmortal milonga, el payador
poeta negro argentino don Gabino Ezeiza, en una representación de
gala en el Teatro Colón de Buenos Aires ante los presidentes de
ambos países Williman y Roque Sáenz Peña. Por Uruguay cantó otro
grande del género, Arturo de Navas, entonando las estrofas de su
autoría “El carretero”. Bellísima canción que inmortalizara
también Carlos Gardel. Don Gabino en breves estrofas encarnaba el
verdadero sentir glorioso de una gesta que representa los más caros
sentimientos no sólo partidarios, sino que además nos trae la dulce
y más sentida fragancia de Patria. El sacrificio romántico de la
integridad soberana de la Nación, con su tierra arada, el trino de
sus calandrias y la frescura libérrima de sus prados y cuchillas que
sufría el vesánico, canallesco y cobarde atentado con su invasión
correspondiente de los imperios extranjeros, asociados por la
traición de la canalla cipaya colorada. En todas las guerras se
buscan y hasta se encuentran razones más o menos válidas para
justificar rumores. ¡No fue este el caso! La totalidad de la razón
en la honorabilidad de los principios, defensa de soberanía, de sus
emblemas o banderas, escudos e himnos, las libertades ciudadanas, con
la libre decisión de elegir a sus gobiernos, según su real saber y
entender, los valores morales y espirituales están intrínsecos en
los muros de Paysandú. El sólo nombrar a sus héroes, Leandro
Gómez, Lucas Píriz, Braga, Fernández, Azambuya, remembrando en
ellos hasta el último glorioso gladiador caído con sables y
pistolas en mano entre el polvo y el estallar de los cañones
imperiales y traidores que avanzaban exultantes sedientos de sangre
patria, rechaza la infamia. Enfrentando el remalón de la caballada
invasora, el fuego de fusilería atronante y la artillería porteña
y cambá, luchando ensangrentados y dolientes hasta el último halo
de gloria, para que el pendón de la patria no fuera violado por la
infamia. Hollaban el sagrado suelo oriental el emperador Cai, Mitre
el Jaguá, con el general añamembuí de Venancio Flores, junto a sus
reconocidos asesinos, Goyo Jeta Suárez, Pancho Belén, De Tezanos y
otros de igual calaña al grito del triunfo infame, ahítos de muerte
y ambiciones totalitarias. “Usted es el principal responsable y
será el primer fusilado” dio su resolución el Goyo Jeta a Leandro
sin juicio perentorio ni derecho a defensa alguna, como es de rigor
en el mundo entero. Se cuenta que ante la elección “al boleo”,
el comandante Braga esgrimiendo razones de grado, exigió ser
fusilado después de su jefe Leandro Gómez, mientras Azambuya,
desprendiendo su chaqueta a pecho desnudo les gritó: “¡Tiren
cobardes que no les tenemos miedo!” En tanto el colorado Pancho
Belén reconocido carnicero mostraba y se jactaba de tener el reloj
de Leandro que se lo dio sardónicamente cuando lo llevaban a fusilar
para que no se rompieran las balas. ¡Asesinos! Allá lejos en
Montevideo el gobierno blanco del honorable Atanasio Aguirre con su
canciller Juan José de Herrera firmaba los tratados infames del 51,
por el imperio en la plaza pública, caía así, limbado de gloria
junto a su Heroica Paysandú, el gobierno blanco y democrático,
soberano y libre. Pasarían 93 años para que el milagro y vigencia
de un partido en el más total ostracismo, perseguidos muchas veces,
con diversidad de su gente asesinada, sufriendo intervenciones
imperiales y demás hechos luctuosos, volviese no obstante enancado
en su amor y respeto a la libertad a gobernar democráticamente en
1958. Ese milagro de supervivencia tuvo a lo largo de sus 173 años
de vida el aval de gestas como la de la “Heroica” con sus héroes
del tenor de Leandro Gómez que desde el Libertador Oribe abundan en
la colectividad en su historia gloriosa. Se pudieron cometer errores
como seres humanos que somos, a lo largo de tan prolongado tiempo.
Pero siempre surgió el sentido ético y principista mandatado desde
el origen mismo de la patria vieja, que al igual que la heroica
obliga al cumplimiento de la conciencia sagrada que mandata el
Partido. Felizmente en Paysandú se representó por siempre y para
siempre el espíritu blanco de Patria, de su gente, de su tierra,
tradiciones y costumbres que con Leandro Gómez, Lucas Píriz,
Azambuya y los suyos no cayeron en la “Heroica”, se mantienen
vivos y vigentes en el alma de su pueblo, mientras que los
responsables de la traición y la infamia siempre agonizan sin pena y
ninguna gloria.
Leopoldo
Amondarain
C.I.
950.556-0
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lunes, 15 de diciembre de 2014
Partido Blanco por Leopoldo Amondarain
Perdimos el balotaje. Nos ganaron por una sensible diferencia. No soy de los que creen que por la derrota se viene el mundo abajo. El resultado en medio de todo no es tan malo. Por lo pronto seguimos siendo la segunda fuerza política despegada de todo el resto. Preocupado sí, pueden estar y con razón, los batllistas, que son una fuerza que en este momento cuasi no gravita. Entiendo además que se pueden haber cometido errores que son subsanables con buena voluntad y amor por la causa. Uno de los casos más específicos es no creerse que la colectividad es propiedad de una o de un grupo pequeño de familias “selectas”. Más bien que el Partido, que pudo haber conocido épocas de más absolutismo, es de todos. Y cuando digo todos, digo de aquellos que tienen razón para sentirse blancos, gente que ha dejado fortunas por la causa, gente que ha retaceado horas a su familia por el Partido, gente que se le caen las lágrimas en el triunfo o en la derrota cuando sienten los clarines de la Marcha de Tres Árboles, gente que se ha perdido la mejor parte de su vida, peleando por el Partido trinchera tras trinchera y que se siente orgulloso de ser nacionalista. No pueden venir grupos de jovenzuelos recién salidos de la universidad imbuidos de doctrinas y tesis académicas a tocar la fibra sensible y a decidir sobre el futuro de la vida misma de la colectividad, doctorcitos que nunca se perdieron una siesta ni hicieron ningún sacrificio por la causa de Oribe y de Saravia, sin conocer el sacrificio de los mismos. Por ende no suena bien y es extraño a cualquier viejo blanco que se precie que gente nueva determine quién es el que va de candidato o no, o cuál es la actitud que tiene que tomar el Partido en el futuro. Lo lógico es que decida por méritos partidarios gente que se ha sacrificado y sin necesidad de ser un caudillo con tantos o cuántos votos, sí se trata de una visión con peso político y moral, sobre los temas trascendentes como pueden ser las candidaturas. No se le puede negar a compañeros, sean o no simpáticos, el derecho a esgrimir razones de sus candidaturas. No es una cosa que me siente bien, aunque si hay que acatar se acata por disciplina. Esa democratización debe hacerse en el Partido no de arriba para abajo sino a la inversa. Es doña María y don José que se identifican con tal o cual candidato y que en opiniones diversas el que tenga más prime. El Partido, muchas veces lo hemos dicho, había perdido en determinado momento su tinte populista, aristocratizándose en exceso. Wilson lo popularizó y lo hizo al igual que lo había hecho Herrera, bajar al plano de la igualdad ciudadana. Fue uno de sus grandes logros, lamentablemente con su muerte el Partido empezó a trastabillar con el empuje conservador de vuelta. Hay que tener las dos tendencias la de derecha y la de izquierda para hacer un equilibrio y dar la opción a la ciudadanía para que esté representada cada una de sus tendencias. No es buena cosa en un momento en que las corrientes tiene una preponderancia de izquierda encerrarse en conceptos ultraconservadores. El equilibrio es lo ideal. Además, vale decirlo, salir del encierro de las elites, no se puede trancar a los viejos caudillos el derecho de mantener sus respectivas “chacras”, que las hay. No es posible que se pierda San José y su principal caudillo quede relegado a un segundo plano. Lo mismo Cerro Largo. Algo se desacomodó en la interna que rechazó al que naturalmente es blanco y va a seguir votando al Partido en el futuro. Me animo a decir que si hoy recorremos esos departamentos los arrepentidos se pechan. Basta darles medios y trascendencia a esos viejos caudillos para que el Partido vuelva a triunfar. Tampoco me convence demasiado lo de “por la positiva”. No me cierra el regalar la cancha, cuando la cancha es fácil y la tenemos delante de los ojos. No se habló de la crisis de los Casinos, de ASSE y ni qué hablar de PLUNA, por citar algún ejemplo. “Todo estaba bien pero podría estar mejor si viniéramos nosotros”. Se aceptaba que no era necesario cambiar simplemente para mejorar lo que estaba bien. Mejor regalo imposible. O sea, al Frente se le hizo el campo orégano. No obstante todo eso el Partido entró segundo despegado. En buen romance, si se hubiera hecho una crítica no destructiva pero sí más realista no se hubiesen perdido más votos. Hay que tomar en cuenta todos estos detalles y organizar los cuadros de batalla con gente que tenga ganas de sudar la camisa, recorrer los viejos caminos de la Patria, los barrios suburbanos y pueblos sufridos de campaña, haciendo obras, dentro lo posible, ya que no somos gobierno, pero teniendo la iniciativa. Y de esa manera revolear el poncho de Saravia con sentido de sacrificio. Sentimiento que no lo hacen los doctores sino el esfuerzo de los caudillos. La única manera de afrontar próximas elecciones.
Leopoldo Amondarain
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jueves, 27 de noviembre de 2014
Crisis en el Golfo Por Leopoldo Amondarain
Quien haya pensado que las aguas se han calmado por el Golfo Pérsico, está desinformado. Hoy mismo en la prensa oficial nos llega que vuelve a ponerse en el tapete el tema atómico en Irán. (En próximos artículos los informaremos). Pero lo importante es que el interés tradicional del dominio de la zona con sus influencias y riquezas no ha cambiado un ápice. Los islamitas lo llaman la influencia del “eje del mal”: EE.UU., Israel y el régimen saudita, que están creando un verdadero monstruo. La U.S.A. con su socio entrañable el Reino Unido, apoya estas criaturas que no solo muerden indiscriminadamente sino que incluso terminan mordiendo a quienes les dan de comer. No obstante sigue alimentándolo porque es el modo de justificar las acciones para más espionajes, la venta de más armas y por ende, más guerras. El verdadero negocio de la más pingue producción yanqui. La iniciación del monstruo del 11S (Torres Gemelas) tuvo su oportunidad ya que les autorizó a tener excusas para atacar a las naciones islámicas. Se comenta que al general Wesley Clark, comandante en su momento, se le informó que atacarían a siete naciones islámicas. No obstante en Europa e incluso en la U.S.A. se ha ido formando conciencia de que el monstruo Takfiri-Wahabi rápidamente puede irrumpir en sus naciones. O sea que sus gobiernos han empezado a comentar y quejarse de jóvenes que van a Siria a unirse en la carnicería, degolladores, que ahogan con gas y garrotes a madres jóvenes con hijos pequeños y ellos son los que pueden regresar y emplear garrote en los gobiernos nacionales. Malgré esas instancias desagradables, un ejemplo a señalar es Irak, donde asesinos de Irak y El Levante son sus mejores exponentes. No olvidarse por cierto del norte de Nigeria donde cientos de chicas y niñas pequeñas nigerianas fueron secuestradas, violadas y vendidas por Boko Haram. ¿Quién está detrás de estas recientes atrocidades de Boko Haram? ¿Quién los financia y los crea? No olvidar la pobreza de la zona, donde más del 60% de los habitantes viven con menos de dos dólares por día. ¿Cómo es posible que hayan publicado videos del personaje con blindados y armas pesadas? ¿Dónde encontraron el dinero para comprar esos elementos bélicos? ¿Quién les facilita el armamento? Y concluyen los propios árabes que ni los rusos, ni los chinos, o lo que es publicitado más comúnmente, los iraníes tienen nada que ver, era y es el “eje del mal” al que se referían. ¿Cómo es posible entonces decir a los jóvenes incluso los europeos, que es legal matar indiscriminadamente siempre y cuando no sean ellos mismos? ¿Quién beatifica esas conductas y hechos incalificables? Y agregan como frutilla en postre, que ¡están santificados por Alá! Alegan que son los saudíes, o sea es el régimen saudí, según ellos. Los israelíes y los norteamericanos son los socios que están en las sombras. Esa idea es cada vez más significativa. La U.S.A. y el Reino Unido están teniendo que enfrentar que el pueblo sirio fuera a votar en su momento con el mismo fervor de mantener al presidente Bashar al-Asad. De paso no olvidemos al Hezbolá, a quien en forma señalada ya no se le endilgan tendencias de organización terrorista por los yanquis. John Kerry, secretario de estado, político que según los árabes está empezando a “dormir intranquilo” porque su subconsciente no tiene lógica en su política exterior y se está volviendo fuera de control, el que juega con fuego es obvio que tarde o temprano se quema. No es el caso del deseo de la población siria democrática y moderna, con la cual podrían intercambiar ya sea la U.S.A. como el Reino Unido, relaciones normales, es obvio que el monstruo Takfiri-Wahabi creado y mantenido por ellos realmente se esté arrimando por la puerta posterior. Sin duda que derrocar al régimen saudita se podría lograr y pronto convertirse en realidades. Esperemos que el sentido común les dé la razón a los iraníes y pueblos árabes que desean vivir en democracia.
Leopoldo Amondarain
C.I. 950.556-0
Tel: 099 626 573
jueves, 30 de octubre de 2014
"Fin de los comicios ,Los que piensen que mataron al Partido, no tengan duda que volveremos". Leopoldo Amondarain
Terminó la batalla. La perdimos. No
obstante vale la pena señalar que una cosa es perder y otra cosa es
ser derrotado sin honor. El Partido Blanco perdió muchas batallas y
ganó otras. Pero siempre manteniendo una línea de conducta e ideas
de patria que tienen permanencia eterna. Se perdió sí, pero en
ningún momento se claudicaron ideas o se fue a pedir ayuda ajena, ya
sea extranjera como interna, “los blancos con los blancos” dijo
Wilson. Ideas de honradez, sentido nacional e integridad ciudadana,
se han mantenido. Por supuesto, muchos han caído pero los hombres
pasan y el Partido queda. Otros vendrán que recogerán nuestras
banderas, al igual que cuando cae Saravia en Masoller y el ejército
se dispersa, al poco tiempo surge Herrera, Duvimioso Terra, Basilio
Muñoz y tantos otros. O sea, en buen romance los que piensen que
mataron al Partido, no tengan duda que volveremos. Por supuesto habrá
que recomponer filas, tal vez tanto ideología como empuje. Esta
vuelta se actuó con dignidad y nada sobre nuestras conciencias pesa
como carga, las denuncias que se hicieron no tuvieron la
intencionalidad adversa e impía. Se hizo con todas las reglas y
amparados en la justicia. Jamás hubo un insulto ni un agravio, todo
fue a cara descubierta. No nos avaló ninguna logia, ni
intencionalidad menor de grupos económicos interesados en hacer
algún negocio a costas del país. Por el contrario cuando tuvimos la
convicción, en el acierto o en el error, de alguien que quiso medrar
con el poder se hicieron las denuncias pertinentes, justicia
mediante. Nuestro agradecimiento a la fórmula, nuestro joven
candidato sufrió en primera instancia una derrota, van a ser muchas
las que en el transcurso de la vida política puede llegar a tener.
No olvidar aquel gran viejo, su ancestro, que lo derrotaron en
diversas ocasiones y siempre volvió con más renovado esfuerzo, pudo
triunfar en la última y llevar al Partido al triunfo mayor, con el
drama de no poder verlo porque lo sorprendió la muerte. Pero la
gloria hasta hoy nunca lo abandonó. También la mano tendida y el
abrazo leal al senador Larrañaga. Nadie le puede discutir que en
diversas ocasiones dio la cara por el Partido y lo salvó de varios
desastres. Siempre dispuesto, en las buenas y en las malas, a exponer
su prestigio, sus comodidades y sus afectos morales al mejor servicio
del Partido. Se podrán cuestionar muchas cosas, pero nadie puede
negar ni discutir que es un gran blanco. Fue una muy buena fórmula,
que parte de la ciudadanía no los haya votado no quiere decir que el
cerno del Partido y su militancia no comparta, ni deje de
identificarse con ellos. Mi agradecimiento por hacerme sentir una vez
más, blanco. O sea, habrá que reconstruir en cinco años más, las
tribunas y trincheras del Partido, manteniendo sí la sempiterna
dignidad mencionada. En noviembre y en mayo volverán los caudillos,
armados a guerra cívica a enfrentar los rivales. Otra vez, como
cuando cayó Saravia, tiene que sonar el clarín del negro Camundá y
desde el más allá, debe levantarse el Partido para luchar por la
patria y nuestras ideas. Se gane o se pierda. Con la misma fe que
siempre se tuvo. No es hora de lamentos ni de explicaciones
intelectualizadas. Es la hora de los viejos caudillos que desde Oribe
hasta la fecha han sido la base y cimiento de una colectividad que
nos legó el libertador. Que nos esperen, porque volveremos.
Leopoldo
Amondarain
C.I.
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Tel:
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domingo, 12 de octubre de 2014
Desacuerdo electoral Leopoldo Amondarain
Nuestro Partido Nacional y por
inspiración específica del propio candidato Luis Lacalle, cambió
el estilo de confrontación electoral con las demás fuerzas. Se
alegó, y creo que con acierto, abandonar la oposición violenta o
demasiado radical. La “ciudadanía desaprueba los enfrentamientos
violentos”, se alega. Y eso también es cierto. El Partido sufrió
durante muchos años consecuencias que fueron nefastas, por esa
costumbre de que todo lo opuesto era malo y sólo nosotros teníamos
razón. Y eso también se decía, e incluso dentro de la propia
colectividad, supimos sufrir consecuencias. La división entre
blancos independientes y herreristas duró mucho más de una década
discutiendo ácidamente las diferentes posiciones. El día de la
elección del ‘58 que se logró juntar y hacer un solo haz del
partido, se ganó después de 93 años. Y la realidad fue que
posteriormente, en situaciones similares cuando se juntaban, ganaban.
Se pueden dar sobrados ejemplos de que, evidentemente, no queda muy
constructivo que en las discusiones hasta el hartazgo, en cosas que
no son trascendentes, simplemente, para ahondar discrepancias, la
gente lo apoye. Y cuando nos juntamos siempre fue mejor, sin duda. O
sea, si lo que se quiere es la original idea de Julio María sobre
las familias ideológicas, juntando para futuros comicios
municipales, no empujen lo que tradicionalmente tenemos, sobre todo
los blancos, que es la división absoluta con el Partido Colorado.
Pedro, Bordaberry al fin, nada tiene que ver con el Partido Blanco y
aceptar un debate sería transformarlo en una batalla campal. En este
momento hay que ganar las elecciones que parece un hecho, tiempo
habrá después de triunfar, para discrepar ácidamente como ha sido
costumbre de su Partido con nosotros. Hacer hoy un debate con Luis
Lacalle sería una “pierna” al Frente y a Tabaré. En política,
decía un filósofo de ese negocio don Eduardo Víctor Haedo, “se
puede hacer de todo menos ser idiotas. Los idiotas pierden por
idiotas”. Esa contienda propuesta por don Pedro “suena” como
una pérdida de tiempo. Comparto absolutamente con Luis Lacalle el
ignorar esa intencionalidad de Pedrito. Sí estaría de acuerdo si
fuera un debate general, todos debatiendo con todos. O sea,
exponiendo el “pellejo” en forma general. Los debates son
indudablemente buenos, siempre que se mantengan identidades. En el
mejor de los casos la ciudadanía se está expidiendo a favor de Luis
Lacalle y del Partido Nacional y don Pedro “no corre”.
Leopoldo
Amondarain
C.I.
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miércoles, 1 de octubre de 2014
Presos de Guantánamo Leopoldo Amondarain
Si hay un hecho aberrante que el
imperio yanqui ha hecho últimamente son los presos que hay en
Guantánamo. Presos por luchar por la libertad de su país y por el
derecho de defender sus familias y su patria. No sólo no había ni
hay delitos, al menos conocidos, sino que además y peor se les ha
privado de la libertad sin juicio previo. O sea no veo que haya gran
diferencia entre el terrorista Boko Haram que raptó 200 niñas y
que, por supuesto, no se sabe dónde están vivas o muertas y los
presos de Guantánamo que sí se sabe dónde están (la isla cubana)
y tuvieron una situación de rapto o presidio político no demasiado
diferente. Uno lo hicieron los islámicos y lo otro los EE.UU. Y aquí
paso a estar totalmente de acuerdo con la posición del candidato
presidenciable blanco Luis Lacalle. Nuestro Partido Blanco siempre
fue respetuoso de la ley (“defensores de las leyes”) y de los
derechos humanos. Tampoco es el caso de estos presos. Sin perjuicio
de eso el Partido nunca sacó la cara ni defendió ninguna posición
imperial, cosa que tanto los colorados como el Frente Amplio se están
aburriendo de hacerlo. Con muy poca ética se podría llegar a
argumentar las razones que se esgrimieron en aquella época.
Recuérdese cuando Rodney Arismendi fue preso por la dictadura. No le
tocaron ni un pelo, y al poquísimo tiempo se acordó con la Rusia
soviética y el Partido Comunista hoy Frente Amplio, la libertad del
dirigente Arismendi a cambio de que los soviéticos le compraran a
Uruguay toda una producción de trigo, que había sido muy buena, y
sus excedentes. ¿Remember? Por supuesto se hizo y nosotros no
repetimos el plato. Tampoco es el caso actual porque no hay al menos
visible, apremios que justifiquen situaciones de ese tipo. Me podrán
alegar y admito que por ahora es imposible de saberlo, que puede
haber un acuerdo con EE.UU. que no se ha dado a conocer, pero eso
escapa al conocimiento común. Pero vamos a no disfrazar
posteriormente futuras declaraciones antiimperialistas cuando nada
menos que en pleno gobierno del Frente Amplio se está a los abrazos
y besos con cálidos afectos al yanqui. Sin perjuicio de eso vale
también la mención a la señora embajadora Julissa
Reynoso,
que en un acto de soberbia y aplicando el sable
imperial compromete a futuros gobiernos uruguayos de esta barbaridad
no solamente legal, que es obvio carece desde sus orígenes, sino que
obliga también a pasar por encima de la autorización parlamentaria
que para nosotros los blancos es muy cara. Si en las próximas
elecciones gana el Partido no nos pueden obligar a cumplir algo que
choca con nuestras conciencias. Los blancos no somos imperialistas.
Por supuesto el presidente Mujica, en su permanente verborragia como
es costumbre saca “pechera” y manifiesta: “las decisiones las
tomo yo, y los cautivos van a venir cuando yo disponga. La resolución
la va a determinar el presidente de la república y no va a pedir
consejo a nadie más que con su almohada”. Una soberbia sólo
comparable con alguna de Vázquez, lo que no se tiene en cuenta es
que la responsabilidad es de todo el país no solamente de Mujica
ante los ojos del imperio. La almohada presidencial no es consejera
de resoluciones de Estado. En todo gobierno existe la oposición que,
al menos en teoría y en estas resoluciones con más razón, debe
tener voz y voto. Por supuesto esto no tiene que ver con el aspecto
humanitario de la cuestión, por lo cual es obvio que simpatizo.
Sacarle de las fauces a la fiera imperial, seres humanos a quien no
se conoce delito alguno, no hace perder simpatía, pero el Estado y
el gobierno no sólo debe ser ejercido por “macanudos”, sino por
gente responsable.
Leopoldo
Amondarain
C.I.
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miércoles, 24 de septiembre de 2014
Escocia por Leopoldo Amondarain
El que crea que los nacionalismos
-incluyendo los europeos- puedan desaparecer, no tiene la más pálida
idea de las arraigadas fluctuaciones políticas mundiales. Es muy
cierto, en Escocia aún ganaron los ingleses. Festejan Cameron y las
grandes potencias que lo rodean por los problemas que hubiese
suscitado, desde el punto de vista económico financiero y un esquema
político a reformarse en su totalidad. Pero si yo fuera inglés no
dormiría tranquilo conociendo que el 44% del pueblo escocés no se
siente británico. Es obvio que hay un nacionalismo profundo y muy
arraigado, el porcentaje es demasiado importante como para
desconocerlo. Es evidente que tanto los catalanes como los vascos que
están quietitos “de pata arrollada” esperaban para festejar la
independencia escocesa. Por situaciones e intereses particulares y
parecidos de cada uno. Pero no todos los nacionalismos son iguales, o
sea que también hay variantes son sistemas enfrentados al
imperialismo. La subdivisión inglesa era un poco demostrar la
debilidad de la rubia Albión y una fragilidad futura que comenzaría
a despedazarse. Algo parecido a lo que sucedería en España, que si
los catalanes y sin duda los vascos, tuviesen una situación de
separación sufriría la vieja Ibérica divisiones en las zonas más
prósperas muy difícil de compaginar para soluciones futuras.
Correría el riesgo de disoluciones o rupturas definitivas. Incluso
en este último caso, a diferencia de Escocia, la Iglesia Católica
que siempre jugó un partido muy importante para la unidad de España,
tendría que manejarse en situaciones especiales y delicadas. La
Iglesia vasca por ejemplo, siempre fue separatista. Si bien
doctrinariamente pertenecen a una misma fe, cuya cabeza es Roma, en
lo interno fomentaron y muy activamente la independencia del país
vasco. Connotados historiadores éuscaros han sostenido y con razón
que la propia ETA tuvo sus orígenes en conventos jesuíticos, sin
perjuicio de los variados fusilamientos que Franco en su momento hizo
de curas vascos. En Cataluña es muy similar, vascos y catalanes
siempre fueron vecinos “bien dispuestos” entre ellos. En
Inglaterra es distinto, los ingleses más hábiles que los españoles,
es notorio, participaban fraccionariamente a los escoceses incluyendo
los sectores eclesiásticos, de un cogobierno que trataron siempre de
que fuera globalizado, reinas escocesas casadas con ingleses y
viceversa, por ejemplo, hacía una participación notoria más
abierta que la que tenían con los irlandeses. Y de esa manera se
explican más de 300 años que llevaban de una unidad muchas veces
“atada con hilo dental”. Por todo esto llama la atención la
desesperación que tenían los ingleses desde la Reina y Cameron para
abajo poco menos que implorando ostensiblemente por la unidad de
Inglaterra y a su vez el desprecio de los dirigentes escoceses en
declaraciones que son notorias contra el sentimiento unitario
imperial inglés. Que Inglaterra, uno de los significativos y
emblemáticos imperio que se mantienen a la vieja usanza, con
historia, tradiciones, costumbres, idiomas, unidad comercial y
ejércitos, se haya mantenido todo este tiempo y que de buenas a
primera se puedan quebrar llegando nada menos que a un 44% de gente
que en un pueblo integrado y que además goza de los más homogéneos
en el mundo no es para dormir tranquilos. El tiempo es un “gentil
hombre”, en el transcurso de los años, no lo vamos a ver nosotros
posiblemente, los imperios se van degradando en su momento fue
Francia cuya revolución terminó con el absolutismo monárquico.
También le pasó a España y a Portugal que fueron perdiendo
“pilchas del apero”, dividiéndose correlativamente y hoy día le
puede tocar perfectamente a Inglaterra y con el tiempo incluyendo los
yanquis. Los imperios no tienen amigos. Tienen subalternos explotados
y contra ellos se han levantado siempre los nacionalismos. Se pierde
y se gana, pero la llama siempre está encendida. En Inglaterra todo
quedó como estaba, por ahora. Con cambios estratégicos que se
tranzan en aras de la pacificación inmediata. Pero a la larga es
circunstancial. Lo permanente de un pueblo es su cultura, es su
historia, son sus hombres y descendientes directos, es su
idiosincrasia, sus costumbres, una homogénea manera de pensar, sus
idiomas, sus religiones, todas realidades que no separan sino que
unen. El haber conquistado territorios con otros pueblos que han
sido sometidos y se someten por la fuerza tiende a romperse
institucionalmente. Aunque los hechos dicen lo contrario, los
escoceses no perdieron, su sentimiento nacional sigue vigente y tal
vez necesiten algunos “retoques” para concretar añejos sueños
libertarios.
Leopoldo
Amondarain
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lunes, 8 de septiembre de 2014
Atrocidades varias Leopoldo Amondarain
Es obvio que el mundo está
convulsionado. Las situaciones por diversos lados no tienen mejoras.
En la guerra interminable del Golfo Pérsico y alrededores se siguen
cometiendo horrores que escandalizan al más desaprensivo. Es el caso
por ejemplo y más notorio, de los degüellos humanos publicitados a
nivel de filmación. La inhumanidad o salvajada, no porque sean raros
por el modo que también lo son, no son nuevos en la condición
humana. Nada es justificable. La imagen de seres humanos con uniforme
naranja al lado de un verdugo de túnica negra con cuchillo en la
mano y mostrando el hecho descarnado, es de terror. Tan de terror
como las ejecuciones que la fuerza aérea de Francia y yanqui
cometían con napalm (fuego líquido) sobre las aldeas camboyanas en
la guerra de Vietnam incinerando vivos como teas humanas a mujeres y
niños transformando sus restos en cenizas. Sin olvidar claro está,
algo más reciente como fue la Operación
Tormenta del Desierto, donde el general
Powell enterró vivas en las dunas de arena del desierto a aldeas
enteras de iraquíes y palestinos. No hay mayores diferencias entre
los contendientes actuales, con una diferencia que evidentemente los
imperios cuando masacran a pueblos enteros la prensa no publicita las
monstruosidades con la misma profusión. Indudablemente los degüellos
árabes con la salvajada del caso se publicitan en forma individual
(de a uno), mientras que las masacres y crueldades similares de los
imperios se convierten en forma masiva. Desde el punto de vista
“deportivo” el desnivel es notorio. No hay nada más cruel,
inmoral y salvaje que el ser humano. Las bestias matan para comer la
mayor parte de ellas y en el caso de toda esta gente, de uno y otro
lado, daría la impresión que muchas veces se cometen por placer. De
cualquier manera es importante determinar la justicia del caso, que
si bien es muy difícil explicarla puede tener un esclarecimiento de
parte de los más débiles. Se necesita deslumbrar con un hecho
luctuoso y sangriento de la dimensión con que los otros que hacen lo
mismo lo ocultan, para tener una justificación viable. Lo cierto es
que no obstante estas máximas no explican en absoluto lo que ha ido
sucediendo y llama la atención, vale señalarlo, cómo los imperios
y en este caso el yanqui acumula odios que no terminan de declinar en
todo el orbe. Tantas guerras, producen un desgaste que no los hacen
ser bien vistos salvo que salgan a sobornar afectos. No es buena cosa
acumular odios, ni para ellos ni para los que estamos del otro lado.
Para nadie es placentero convivir en sociedades que están
permanentemente enfrentadas a nivel de esta salvajada. Han llegado a
justificar cosas que son impresentables e incluso vale también
ponerlos de ejemplo, obsérvese ese poderío total que los hace
sentir dueños del mundo como si la única justicia válida fuera la
de ellos. Nos van a mandar en estos días a su pedido, a cinco
islamitas que se transformarán en algunos más, que los tienen
presos y confinados en mazmorras en Guantánamo sin debido proceso.
Los únicos delitos por los cuales pueden ser juzgados como causa de
esos años de hacinamiento es el haber defendido su patria. Si no
hubiese habido guerra es obvio que no habría islamitas presos. Eran
hombres libres y en el mejor de los casos soldados de una guerra que
los propios americanos habían iniciado. Hoy, para justificar
semejantes barbaridades, nos salen a pedir a nosotros y a varios
países más, que es obvio que hasta ahora le han sacado el cuerpo,
que tengan durante meses o años a las víctimas de esa
arbitrariedad, dando una muy dudosa explicación de semejante exceso.
Nada tiene justificación más allá de la ambición fría de poder y
de quedarse con territorios ajenos y sus riquezas, caso del petróleo.
Se apronta, de seguir en este ritmo, una confrontación de
proyecciones alarmantes como puede ser una tercera guerra mundial. La
mayor parte de las creencias religiosas tiene sus filosofías
pacifistas y sus agresivas, estos que no gobiernan terminan eligiendo
la que más poder material les otorga. No hay lástima ni
misericordia. Los árabes con motivo de los degüellos de los
periodistas sutilmente, supongo, lo están revelando. Porque aunque
suene extraño, habitualmente se lo adjudican a los árabes o iraníes
y hoy otra vez, el degollador parece ser un inglés o de origen
sajón.
Leopoldo
Amondarain
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domingo, 31 de agosto de 2014
Realidad electoral Leopoldo Amondarain
En estos comicios generales, la
verdad es que las motivaciones son por cierto mediocres. Es obvio que
no tienen el calor de otras épocas donde había un entusiasmo desde
cuatro o cinco meses antes. Particularmente la propia izquierda,
recordamos aquellos pasajes, esas huestes en bicicletas y con
banderas al hombro como si fueran fusiles al grito de “no nos
moverán” que por cierto no se les podía negar eficacia. Y hoy son
inexistentes. Mismo en los partidos tradicionales se armaban grandes
asambleas como en la época de Wilson para citar el más notorio y
reciente. Hoy sin embargo, desde cosas puntuales, escasa cartelería,
pocos jingles y asambleas pequeñas, particularmente las del Frente
donde llama la atención la poca concurrencia en las giras de sus
candidatos, muestran en fotos de grupos de 200 o 300 personas
escasas. Pero además hay otro problema que es lo magro de las
argumentaciones. Aquellos discursos confrontativos, con insultos,
agravios, calumnias y otras yerbas, desde otro punto de vista
felizmente han menguado. Creemos y eso sí un argumento partidario
blanco que es cierto, que nuestro Partido es el que ha tomado el
perfil más pacífico. O sea no se ha agraviado a nadie. Se exponen
opiniones como la baja de la imputabilidad, las inversiones
internacionales, el enfrentamiento con Argentina y el kirchnerismo,
temas que dan para una controversia de confrontación racional. Los
demás no son así ni el Partido Colorado, que basta escuchar a don
Pedro que es el que más se compromete, opinar agresivamente contra
el Frente, o la muchachada del Frente que no puede con su genio, y
exponen argumentos ofensivos haciendo comparaciones absurdas con el
pasado. Que dicho sea al pasar, es estar descansando en la historia
argumentos que están perimidos en los hechos. Da la impresión que
el seguir recurriendo a presuntos errores, según ellos, que pudieron
tener los tradicionales hace 40 años que son cosas y hechos del
pasado es difícil cotejarlas por inventos actuales. Nadie deja de
percatarse de la crisis económica, falta de circulante,
administraciones caóticas, grandes descalabros económicos, ejemplo
PLUNA, los casinos, los contratos de servicios en Salud Pública,
ejemplo el Maciel, el caos de ASSE, y demás etcéteras. Esto sí
daría para dedicar varios “Tratados” sobre caos administrativos
y afines. Sin embargo el Partido Nacional sigue exponiendo conceptos
y no señalando demasiados defectos. O sea, el operativo electoral no
tiene ni sombra de comparación con el pasado. No es lo que más me
gusta pero admito que el éxito que está teniendo la candidatura de
Lacalle y del Partido marca un cansancio en la ciudadanía donde
insultos, ofensas, e improperios no están rindiendo los tributos de
otra hora. Se está acercando el “emparde” de las principales
candidaturas. A este tren los dos meses que faltan si se llegara a
cualquier crisis por somera que sea pinta para un “cabeza a
cabeza”. Hay en el Partido Nacional el acierto de todos sus grupos
ya sea de Alianza como del Herrerismo de una renovación de la
dirigencia, dicho esto objetivamente. No así en el Frente donde los
gerontos abundan. Son los mismos de siempre y, por supuesto, de ellos
no se puede esperar nada distinto. En cambio en los blancos hay un
recambio que es de señalar tanto en la cámara baja como en la alta.
Son todas las perspectivas que hacen que desde otro punto de vista
más deportivo si se quiere, sea un “match” cuya definición se
complica al punto que los encuestadores no terminan de definirse. Una
cosa vale la vocinglería o el escándalo se eclipsó y se puede
decir que hay más respeto que a lo que estamos acostumbrados. Y eso,
que no es poca cosa, es otro logro que podemos anotarlo en la cuenta
del Partido Nacional, no le faltamos el respeto a ninguno.
Leopoldo Amondarain
C.I.
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domingo, 17 de agosto de 2014
La bufanda Leopoldo Amondarain
Por cierto en toda contienda
internacional política puedo tener la libertad de opinar como se me
ocurra, sin tomar partido por nadie. Objetivamente el hecho básico
estriba en una bufanda que gentilmente y agradecidos los palestinos
obsequiaron al canciller Almagro. Esto ha levantado toda una
polvareda, si el canciller hubiese aceptado un obsequio similar de
los judíos o de los yanquis tendría la simpatía o aplausos de los
que hoy lo critican. Es obvio, aunque no se diga, que no es por
preferencias que Almagro pudo tener al aceptar la bufanda sino es por
un mero hecho protocolar y no para tomar partido o por animosidad por
alguna de las partes. Así lo interpreto. Lo que verdaderamente está
mal es siendo un jerarca la tendencia en un conflicto que no nos
incumbe como el de Gaza, pero que igual se debe opinar
periodísticamente por razones ideológicas y humanistas. Desde el
punto de vista ideológico si somos nacionalistas no nos podemos
escandalizar por una bufanda palestina. Yo también me la pondría
con orgullo. Están defendiendo en esa guerra criminal su patria, sus
bienes, sus hijos, su gente y la soberanía de su territorio invadida
por imperios abusivos y depredadores. Fríamente y sin estamparlo en
letras, objetivamente es así, los hijos de Oribe y de Saravia no
podemos tener otra opinión. Vaya también por ciertas connotaciones
comunes por los niños y familias sirias que estarían por llegar al
país en calidad de refugiados. Creo también que si fuesen
israelitas se debería tener la misma actitud que con los palestinos,
caso en el que los que hoy protestan estarían de acuerdo con los
primeros y en el fondo están en desacuerdo con los últimos. Esas
preferencias nos condenan a priori y de ahí los comentarios con que
nos definen con abiertas simpatías hacia Israel. Hay que tener
cuidado porque si bien la colectividad judía es muy grande y tiene
sus méritos en el país, la palestina tampoco es chica y tanto más
han hecho por la patria. Desde el fondo de nuestra historia oriental,
palestinos, libaneses y árabes en general han cooperado con nuestro
desarrollo y nuestra cultura, sus hijos son solamente uruguayos, su
trabajo, su sudor, su ingenio, su cultura, la han volcado en nuestra
tierra, no se dedicaron a la usura o a la gloria del dinero
solamente, sino que tuvieron desde siempre junto con sus padres,
ciudadanos legales, que ofrecieron desde su nacimiento a los hijos
ser ciudadanos naturales de la patria de Artigas. Entonces gente que
se ha brindado y lo sigue haciendo con esa generosidad si quieren
regalar una bufanda, por decir algo, se le debe considerar como un
honor no solamente al jerarca en particular, sino al país en
general. Es un hecho que no hay que “partidizarlo” en la interna
del país, debe ser tomado por un reconocimiento de un conflicto que
es objetivo en la defensa de los derechos nacionales de cada uno. Hay
que visualizar los fines de toda guerra. Yo respeto mucho por lo que
soy ideológicamente a los nacionales y deploro abiertamente a los
imperios que aspiran a quedarse con territorios, riquezas,
producciones, culturas, despóticamente sobre pueblos que por
añadidura también son milenarios. Se les tiene desconfianza por
hacer lo que Artigas en su origen realizó en la creación misma de
nuestro Uruguay. Hoy vemos que esos imperios feroces depredadores nos
piden, como país pacífico, que integremos los presos políticos y
torturados que supieron defender su patria, para que puedan vivir
dignamente. También estoy de acuerdo con proteger a las víctimas de
Guantánamo y a sus hijos. Por supuesto que hay que proteger primero
a los nuestros. Y que la generosidad de aceptarlos puede ser
entendida como un acto demagógico casi barato, pero desde el punto
de vista cristiano y por ende humano, la aprobación del hecho es
legítima. Ante lo dicho después de mucho tiempo discrepando
permanentemente por lo resuelto habitualmente por el gobierno, en
estas dos puntuales ocasiones y siempre a años luz de ellos, veo con
corrección lo resuelto.
Leopoldo
Amondarain
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