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lunes, 24 de marzo de 2014

La inconstitucionalidad como disciplinamiento por Contanza Moreira



Nació en Montevideo el 22 de febrero de 1960.
Es precandidata a la Presidencia de la República en las elecciones de 2014 por el Frente Amplio. Desde 2009 es Senadora de la República, donde se detaca su defensa por el respeto a los Derechos Humanos y los Derechos de las Mujeres. Es Socióloga, Licenciada en Filosofía, Máster y Doctora en Ciencia Política
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Montevideo Portal



La precandidata a la Presidencia, Constanza Moreira, analiza la declaración de inconstitucionalidad de las Leyes por parte de la Suprema Corte de Justicia.

La declaración de inconstitucionalidad de las leyes por parte de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), es un principio instituido desde la Constitución de 1934, cuyo procedimiento se encuentra regulado en el Código General del Proceso [1]. A diferencia de otros países, donde el control de la constitucionalidad recae sobre tribunales específicos, en Uruguay dicha función es desempeñada por la SCJ, aunque con limitaciones: la inconstitucionalidad determina la inaplicabilidad de la ley al caso concreto, pero no su anulación ni derogación. Por ello, cuando el gobierno, a posterioridad de una sentencia de inconstitucionalidad, decide derogar una ley, o dejarla sin efecto, lo hace en previsión de futuras sentencias en casos similares, o porque lo considera conveniente políticamente.

Las principales sentencias de inconstitucionalidad, según los estudios disponibles [2], se han dictado a propósito de normas referentes a impuestos. Las más célebres recientemente han sido las relativas al IRPF para las jubilaciones y pensiones en 2008, y a la aplicación del Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) en 2013.

En materia de derechos humanos, han habido sentencias contrapuestas: por un lado, la SCJ declaró inconstitucional a la Ley de Caducidad en tres oportunidades (en 2009, 2010 y 2011), pero por el otro, también consideró inconstitucional a la llamada ley de "imprescriptibilidad" (N° 18.331), que suspendía el período en que estuvo vigente la Ley de Caducidad a los efectos de las prescripciones.

En otro orden, los artículos más importantes de la ley de creación y regulación del fideicomiso al que se transfirieron los aviones de Pluna (N° 18.981), también fueron declarados inconstitucionales en noviembre de 2013.

Estas sentencias de la SCJ han significado un freno para leyes que el gobierno del FA ha querido impulsar. Sin embargo, la reacción gubernamental no se hizo esperar: la sustitución del IRPF por el IASS o del ICIR por el Impuesto al Patrimonio, muestran una agilidad política que necesita ser usada en todas las instancias.

Ahora bien, lo más llamativo en estos últimos tiempos, han sido las "amenazas" de inconstitucionalidad de las leyes, en general, proferidas por la oposición durante largas sesiones parlamentarias. En la medida que son repetidas tantas veces, y respecto de una variedad tan amplia de asuntos, resulta difícil rastrear una argumentación jurídica coherente en tal accionar político. A su vez, esas amenazas generan resultados politicos concretos, cuando los partidos de oposicion toman -directa o indirectamente- la iniciativa de recurrir a los tribunales.

Sin embargo, lo más preocupante es cuando "el peligro de la inconstitucionalidad" es internalizado por la propia izquierda como modo de frenar procesos, o cuando esta argumentación amedrenta iniciativas en el avance de los derechos. En este sentido, si bien es cierto que el equipo económico, y el propio Danilo Astori, alertaron sobre la probable "inconstitucionalidad" del ICIR, la inconstitucionalidad de la Ley de Fideicomiso para Pluna parece haber pasado inadvertida, con consecuencias severas y difícilmente subsanables.

Por otra parte, el freno a la aprobación de la denominada ley "interpretativa" para anular la Ley de Caducidad, promovido en mayo de 2011 por el Presidente y el Vicepresidente de la República ante la supuesta inconstitucionalidad del proyecto, derivó en otra ley, amparada por el Poder Ejecutivo y sobre la cual se tejió un importante acuerdo, pero que finalmente fue declarada inconstitucional. No hay nadie dentro del Frente Amplio o dentro del gobierno que pueda arrogarse el derecho de decir: "yo lo advertí". Las declaraciones de inconstitucionalidad nos han alcanzado a los unos y a los otros.

El argumento de la inconstitucionalidad volvió a estar sobre la mesa, a propósito del proyecto de ley que sanciona penalmente a los empresarios, en caso de incumplimiento de la normativa laboral que haga peligrar la vida de los trabajadores. Esa "sombra" reapareció en filas de la izquierda aun habiéndose expedido José Korzeniak, su principal constitucionalista, a favor de la constitucionalidad de la propuesta.

En síntesis, aunque en Uruguay la aplicación al caso concreto de la declaración de inconstitucionalidad le imponga limitaciones al recurso, lo cierto es que últimamente la amenaza de inconstitucionalidad genera más efectos que las propias sentencias. Y ello por el efecto multiplicador de dos procesos que se dan simultáneamente. Por un lado, debido a su potencial de amenaza para "disciplinar" legisladores que quieren ir a más en materia de derechos o impuestos, estableciendo un freno a legítimas aspiraciones por izquierda. Por otro, debido a su potencial para colocarle límites a un gobierno que, pronunciada una primera sentencia de inconstitucionalidad, opta por dar marcha atrás y buscar con mayor o menor éxito una alternativa menos controversial.

Es el potencial "disciplinador" de la amenaza de la inconstitucionalidad, el que funciona como sostén de una ecuación política más conservadora, aún a costa de socavar lentamente las bases del sistema. Primero, porque vuelve al sistema político rehén de una amenaza velada, que se ventila en un ambiente de "entendidos", versiones contradictorias y equívocas, con el penoso resultado de recortar la vocación de avance normativo de un Poder Legislativo que, debemos recordar, es un poder autónomo del Estado. En segundo lugar, porque evidencia un "ida y vuelta" entre poderes del Estado, que dista de ser cristalino, transparente y democrático. En tercer término, porque no le hace bien a la SCJ que los ciudadanos entiendan que ya hay "cosa juzgada", cuando la ley aún no se ha promulgado. Si así fuera, la sentencia respecto al caso -que sólo puede producirse luego de estudiarlo concienzudamente-, necesariamente colectiva e impredecible, se vuelve una "verdad a voces", eliminando el principal principio de la justicia, que es la indeterminación de cualquier juicio, hasta que ésta se pronuncie. Finalmente, porque el hecho de que los ciudadanos sientan que hay "filtraciones" de la SCJ al poder político, y que este último actúa presionado por una probable sentencia, no hace sino perjudicar a los poderes Legislativo y Judicial.

Los efectos generados ante la "amenaza" de inconstitucionalidad de las leyes, no sólo pueden producir un efecto disciplinador respecto de un Parlamento "de avanzada", sino que también pueden resultar nocivos para el conjunto del sistema en términos de la legitimidad, la transparencia y las pretensiones de justicia que hacen a un orden republicano.


[1] Si se dicta una ley y una persona estima que la norma en su conjunto, o parte de ella lesiona "su interés directo, personal y legítimo", puede presentarse ante la Suprema Corte de Justicia, planteando que se declare la inconstitucionalidad de dicha ley. Según establece el Código General del Proceso, el planteo "debe formularse por escrito", indicándose "con precisión y claridad, cuáles son los preceptos que se consideran inconstitucionales y todas las disposiciones o principios que se consideran violentados" (art. 512). Los juzgados pueden hacer esto de oficio. El efecto de la declaración de inconstitucionalidad es producir la inaplicabilidad de la ley pero exclusivamente al caso concreto, sólo teniendo impacto en los procedimientos en que se haya pronunciado (art. 259).

[2] Ver los aportes de Henry Trujillo, en el marco del Informe de Desarrollo Humano 2008 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

SEMBLANZA Por Oscar Bruno Cedrés GRACIELA PEREYRA GUERRA


Dicen que el mundo sin las mujeres no existiría, cosa cierta, pero tampoco el fútbol, tan varonil él, sin las mujeres no sería lo mismo.
Ellas al igual que los hombres gritan, alientan a sus jugadores, insultan a los señores árbitros, a los contrarios, a la policía, y hasta se cuelgan del alambrado, siempre estuvieron en la mejor historia de nuestro balompié rochense.
Y ahora también lo practican, son árbitros, médicas dentro de los vestuarios y las canchas, y por supuesto dirigentes y también periodistas.
También son las que nos contienen cuando nos pasamos de revoluciones y las que nos dan aliento y consuelo cuando nuestro equipo no gana.
De esa estirpe de mujer de ir de frente en defensa de sus queridos colores, la tricolor de la Avenida Ituzaingó, la del linajudo Palermo campeón del Interior, es Graciela Pereyra, fiel representante de todas las generaciones de mujeres rochenses que siempre estuvieron en el centenario y glorioso fútbol celeste esteño.
Con ella conversamos en una típica tarde de este verano lluvioso y caluroso, en su casa, mientras mimaba a su pequeña nieta y de la misma salió esta semblanza.
Graciela nació el 15 de enero del año 1959, en el Barrio Francisco López, fue a la Escuela del Barrio, la No. 44, Felicia Banat y al Liceo No. 1 Cora Vigliola.
Casada con el conocido dirigente de Palermo y del fútbol rochense Jorge Molina, dos hijos Cristian que jugó entre otros en el Palermo y el fútbol sala y Laura, casada con un “albi verde”; dos hermosas nietas, Milagros y la recién llegada Alfonsina.
Funcionaria municipal en comisión en la Junta Departamental de Rocha, hincha de Peñarol capitalino y del Palermo, por aquello de vivir en el barrio, por vecina del recordado “Cholo” Pérez, y de sus hijas las que son como sus hermanas, siendo compañera de Graciela en el Liceo.
Quiero mucho a la familia de Yolanda y el Cholo” nos dice Graciela, de ahí su amor, su cariño inmensurable por los colores palermitanos.
Integró la directiva del Palermo, organizó fiestas, como la recordada que se realizara en el Hotel Trocadero, tarea que hiciera junto al “Conejo” Martínez.
También integró la Comisión de Damas, junto a Rayito Iroldi, la maestra Nahir Pérez, Shirley Huelmo, la doctora María de los Ángeles Delgado, Nelly Rivero, la maestra Pura Rivero, Sandra Antúnez entre otras muchas más.
Palermo le ha dejado muchas alegrías, la mayor el triunfo frente a Lavalleja, aquel día famoso que lo empatan sobre la hora y en el alargue lo ganan y comienza la campaña que los lleva al primer título de campeones del interior, pero también las derrotas duelen, y la que sufrieran frente al Porongos de Trinidad en la semifinal del 88 acá en el Sobrero es la peor.
Para Graciela, el minuano Andrés Berrueta ha sido el más grande jugador con la casaca tricolor y Andrés Muniz uno que recuerda por su entrega, su calidad y su don de buena persona.
Es hincha de la selección y también del Rocha Fútbol Club, pero si tiene que elegir se queda con la celeste del combinado, tiene otra atracción, otra mística.
Para ella los partidos frente al tradicional rival, el Club Lavalleja son lo más grande, le encantan, le gustan, no pueden dejar de existir, son más emocionantes y atractivos que los propios partidos de la selección. Son únicos.
Es partidaria de que la mujer practique el fútbol en forma oficial, aunque ella nunca lo practicó, el único deporte que realizó fue en su etapa liceal y no le gustaría haberlo hecho.
Jugando la selección o Palermo siempre se le verá en la cancha que estos lo hagan, aunque ahora la llegada de Alfonsina la ha atrapado y no hay babero que le alcance, aunque capaz que la nieta luzca los colores albi verdes del tradicional rival, Lavalleja, cuyo escudo está pegado en su termo, por aquello que los nietos son únicos y los adoramos por sobre la casaca que ellos prefieran.
A Graciela Pereyra, palermitana de ley, en el mes del 61 aniversario de la Institución de la avenida Ituzaingó, nuestra semblanza del día de hoy como homenaje a todas las mujeres, madres, socias, hinchas, hermanas, hijas, de quienes han defendido esa inmensa casaca.
Febrero/14
Oscar Bruno Cedrés


AMA DE CASA. TOMAR CONCIENCIA DE SUS VALORES. Por Julio Dornel

                                                  Escritor y periodista Julio Dornel



En una ciudad largamente postergada, no es extraño que la mujer tenga que enfrentar mayores dificultades que los hombres para salir de la casa y cumplir otras tareas laborales. En notas anteriores habíamos señalado que la mujer fronteriza ha luchado permanentemente para integrar los cuadros del Rotary Club, del Club de Leones, de las escuelas, del liceo, del hogar de ancianos, de CAMI, en las oficinas públicas y otras actividades profesionales. Pensamos que por mandatos tradicionales de la sociedad, se fue autoeliminando en sus relaciones personales, sin tomar conciencia de sus propios valores y “pelear” por un lugar junto al hombre. Es la mujer la que debe demostrar lo que vale para superar la educación machista y ocupar el sitio que le corresponde sin salir a competir con el hombre, sino a compartir áreas de trabajo desarrollando su capacidad.

Embajadora de EEUU citó a líderes de la oposición para hablar de los presos de Guantánamo

Se reúne hoy a las 16:30 con Lacalle Pou y citó a Amorín Batlle


La embajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso, citó a los precandidatos de la oposición para reunirse y hablar del traslado de los cinco presos de Guantánamo que estarán refugiándose en Uruguay.
Esto fue confirmado a El Observador por personal de los precandidatos Luis Lacalle Pou y José Amorín Batlle.
El precandidato colorado todavía no ha concertado la hora de su reunión, mientras que Lacalle Pou ya fijó a las 16:30 de este lunes su encuentro en la residencia de la calle Lord Ponsonby.

Personal de Prensa la embajada aclararon que ambas reuniones son de rutina, y que no se deben a la situación de los presos de Guantánamo, que de hecho, al menos el encuentro con Lacalle Pou se había fijado anteriormente al jueves pasado, cuando Búsqueda informó del traslado.

domingo, 23 de marzo de 2014

Jimmy Carter no tiene email porque teme que la NSA lo espíe


El ex presidente demócrata cuestionó el programa de espionaje del gobierno de Obama y reveló que prefiere enviar cartas por correo tradicional cuando les escribe a dirigentes extranjeros


WASHINGTON.- El ex presidente estadounidense Jimmy Carter confesó en una entrevista difundida hoy que prefiere escribir y enviar cartas por correo tradicional en vez de mandar emails, por temor a ser espiado por las agencias de inteligencia de su país.
"Tengo la sensación de que mis propias comunicaciones probablemente han sido vigiladas", reconoció Carter en el programa Meet the Press de la cadena de televisión NBC News.
"Cuando me voy a comunicar con un dirigente extranjero de manera privada, escribo a máquina o de mi puño y letra una carta, la llevo a una oficina de correos y la envío", contó entre risas el ex presidente demócrata (1977-1981).
"Porque yo creo que si envío un correo (electrónico), será vigilado", completó.
Preguntado sobre la política del presidente Barack Obama respecto a las prácticas de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés) y los aviones no tripulados (drones), Carter criticó una política "extremadamente desregulada y maltratada por nuestras propias agencias de inteligencia".


El presidente Obama propuso en enero una reforma de los programas de la NSA, pero esos proyectos deben ser validados por la agencia y el Congreso antes de ser efectivos.
El año pasado, el ex contratista de la CIA Edward Snowden filtró información sobre un vasto programa de espionaje de la NSA del que incluso ciudadanos estadounidenses son blanco.
El año pasado, Carter ya había criticado la política de espionaje del gobierno de Obama al defender la filtración de Snowden. "Él obviamente ha violado las leyes de Estados Unidos, por lo que él es responsable, pero creo que la invasión a los derechos humanos y la privacidad en este país ha ido demasiado lejos", había opinado el ex mandatario en una entrevista con la CNN.
"Creo que el secretismo que ha rodeado esta invasión de privacidad fue excesivo, por lo que creo que traerlo a la esfera pública ha sido probablemente, en el largo plazo, beneficioso", dijo en junio.
Agencia AFP.