domingo, 28 de julio de 2013

AQUELLAS ESCUELAS. Escribe MARIO CORBO DE LEON




                             MARIO CORBO DE LEON 

AQUELLAS ESCUELAS: A occidente de las Sierras de Rocha y en un tramo de diez kilómetros ( dos leguas) por camino intransitable, se levantaban dos escuelas. La No 86 donde desde 1907-1911 asistió como alumno mi progenitor y la No.84 ,rancho largo conocida por la Escuela de Don Carmelo, por haber sido levantada por el albañil Carmelo de León en los primeros años del siglo XX.- A ambos centros de enseñanza Primaria , concurriendo muchos educandos, habiendo ascendido la matrícula escolar, hasta de cuarenta niños en algunos años. La obra educativa y progresista de don José Batlle y Ordoñez comenzaba a dar sus frutos y mucha gente tentada por las ventajas de planes agropecuarios, se radicaba en el campo en tiempos que aún se desconocía el Instituto de Colonización creado por Luis Batlle en 1948.- La escuela No.86 ubicada entre dos cañadas y a la sombra de frondosos árboles, es un lindo y cómodo edificio que se mantiene abierto, gracias a que en las cercanías, en un lugar histórico, conocido por la Tahona , se radicó un grupo humano compuesto por familias naturalistas, que además de plantar productos en forma natural, son verdaderos emprendedores del progreso y la cultura . Esas familias que visten sencillamente y se caracterizan por su forma de ser, amables y cordiales, envían sus hijos a la Escuela del pago. Entre 1947 a 1948, cursé mis primeros años en la escuela No. 84, donde también fueron mis hermanos mayores . Cierro los ojos y recompongo el paisaje en la memoria, en forma tan nítida , que me parece estar asistiendo en estos mismos momentos cabalgando en una yegua tostada que respondía al nombre de “Cotorra” ignorando el motivo de tal denominación- Construida de ladrillo colorado asentado en barro y techada de paja brava, tenía todo el aspecto de un rancho con piso de tierra .- Alambrada en su perímetro, el predio donado por don Ignacio Correa y Odilia Alvarez su esposa, no excedía de una hectárea y media ,o quizá dos.- En esa superficie, cubierta de chilca, pastaban nuestros caballos desde la diez de la mañana a las tres de la tarde , vale decir en horario escolar. Años más tarde, se construyó una escuela nueva a la vera del camino , con más presencia y mejor confort. Hoy, solo quedan las paredes de ese edificio, porque en aras de la emigración rural, nuestra campaña va quedando despoblada. La escuela que llegó a tener en mis tiempos de escolar más de veinte alumnos, fue reduciendo su número de matriculados, hasta que inexorablemente hubo de cerrar sus puertas. Hay una triste realidad que nos llama a reflexionar y es que los Orientales hemos vendido el terrón a los foráneos, con la aprobación de quienes nos han gobernado a partir de la salida democrática en 1985.- Las taperas van quedando como mudos testigos de un ayer y nuestros campos forestados van quedando en manos de extranjeros que ni siquiera se radican en el Uruguay. Invierten seguros de conservar bienes que en sus países pagarían demasiado por estar improductivos. Esa es nuestra realidad y los políticos son los verdaderos responsables de esta situación.-
MARIO CORBO DE LEON

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