De los Santos contó lo ocurrido
Se le vino la noche
Montevideo Portal
El ex director general de la Intendencia Horacio De Los Santos contó
cómo participó en la fiesta en Paysandú, que culminó con su pedido de
procesamiento. “Todas estas muchachas que estaban en la reunión
declararon que no me conocían (...) me gusta tomar unos whiskies y
cantar, pero ninguna otra cosa”, afirmó.
La defensa del ex director general de la Intendencia de Paysandú,
Horacio de los Santos, pedirá la totalidad de las escuchas telefónicas
como prueba de que el jerarca municipal concurrió a la reunión sin saber
que se trataba de una fiesta con prostitución de menores, según informó
este domingo el diario El Telégrafo.
De los Santos-sobre quien pesa un pedido de procesamiento- aseguró que
durante la audiencia se prestaron pruebas que no tienen que ver con los
hechos ocurridos y la fiscal pidió el procesamiento de él y de una
funcionaria de la intendencia por una acusación de una de las jóvenes
que asegura que -a través de la funcionaria- le hizo una oferta.
El ex director general de la Intendencia Horacio De Los Santos contó al
diario El Telégrafo que el martes, Sergio Carballo, procesado por la
organización de fiestas con prostitución de menores, lo invitó a un
asado.
”Como hacía mucho tiempo que no nos veíamos, acepté y le pedí que me
avisara el lugar en donde se iba a hacer. El miércoles por la tarde me
llamó para decirme que no íbamos a poder hacer el asado porque no había
conseguido el lugar, a lo que yo le dije que iba a hablar con mi mujer
para hacerlo en casa. Entran por el garaje, se traen un menaje y comemos
aquí, tomamos unos whiskys o unos vinos. Ante esto el me responde que
no, porque me dijo 'viene mucha gente de Montevideo y se ponen a gritar,
a cantar, y eso va a traer complicaciones con los vecinos'. Ante eso yo
le respondí: 'entonces dejame ver si puedo conseguir con la Intendencia
la Casita de la Playa'”.
De los Santos señaló que cuando pidió la casa al encargado le dijeron
que ya estaba ocupada para ese día: ”Cuando le comunico la situación a
la persona que me había invitado a compartir el asado, me dice 'entonces
dejá, yo te doy el cordero, lo guardás y cuando podamos lo hacemos', a
lo que yo le contesto 'no, dejame averiguar si lo podemos hacer en la
Casa del Parque, por lo que lo que llamé al encargado, quien al rato me
llamó y me confirmó que estaba libre, que podíamos hacerlo allí.
Seguidamente, volví a llamar al organizador de la reunión y le dije que
podía ir; le dije 'mirá, podés ir allá a la Casita del Parque, la
encargada va a estar hasta las 19, y tomás posesión del lugar para
preparar la reunión”.
“A eso de las 10 de la noche voy para la Casita, con plato y cubiertos,
al llegar me pongo a hablar con la encargada y con un señor que estaba
haciendo el asado; y al rato llega el organizador de la fiesta con
cuatro o cinco muchachas, lo cual a mí me sorprendió un poco porque se
trataba de una reunión de amigos. Me las presentaron -ya que no nos
conocíamos- pero como ellas se pusieron después a servir la comida, me
pareció bien. Durante la reunión, yo dialogaba principalmente con la
encargada de la Casita y con el hombre que estaba preparando el asado.
Después, ya pasada la medianoche, tipo 0.30, llegan otros hombres a los
cuales no conocía -si los veo hoy no los identifico, porque no sé
quienes son- y otras dos mujeres, pero ya mayores, de más de 30 años”,
afirmó al matutino señalando que además de las mujeres había entre 10 y
12 hombres.
“Yo llamé a un amigo de la Intendencia para invitarlo y menos mal que
se había acostado y había tomado unas pastillas para dormir, y a otro
amigo que, afortunadamente, tampoco pudo concurrir. En un momento
determinado, yo ya me había tomado unos cuantos whiskies y me levanté
para irme porque, sinceramente, ya no aguantaba más. Además, había
comenzado a percibir algo extraño en la atmósfera de la reunión que no
sé precisar porque yo estaba tomado, pero que no me gustó.
En ese momento, la encargada de la Casita del Parque me pide que la
lleve hasta el Corralón para marcar el horario de salida y que la
trajera de nuevo a la Casita porque allí tenía su moto, ya con la
intención de irse. Como estaba muy frío, accedí de inmediato y, cuando
iba a salir, una muchacha se sube en el asiento trasero del auto y me
dice ´llevame a mí también hasta mi casa'”. “Cuando salgo del Parque,
tomo por Montecaseros, cruzo Parkway y al llegar a Benito Chain me para
la Policía, con un despliegue tremendo de móviles y efectivos. Me bajo
del auto y, al ver que lo revisan todo, les digo 'lo único que tengo es
una bolsa con huesos que traigo para los perros', y efectivamente
verificaron que era así. Yo me enojé incluso y les pregunté '¿qué es
éste despliegue tan grande?, ustedes tienen que andar persiguiendo
delincuentes, tienen que ir donde está el delito y no acá'. Cuando me
subo de nuevo al auto, me dicen “no, espere que le vamos a hacer una
espirometría, bájese”, por lo que me bajo del auto, me hacen la
espirometría, da niveles altos, me retienen la libreta de conducir y me
dijeron “bueno, puede irse, y bajaron a la muchacha que había subido en
mi auto”.
“Luego de eso, llevé a la encargada de la Casita hasta el Corralón y,
como habíamos convenido, volvimos a la Casita del Parque para que
recogiera su moto. Cuando la dejé ahí, se habían ido todos los que
estaban en la reunión. Creo que quedaba gente dentro de algunos
vehículos, prontos para retirarse. Vuelvo a casa, me acuesto, y mi
preocupación era qué iba pasar con el asunto de la libreta de conducir
que me habían retirado. A la tarde siguiente, fui a una comida en las
carreras del hipódromo ya que, repito, mi única preocupación era por la
alta concentración de alcohol en la sangre por la que me habían retirado
la libreta; 'vendrá un procedimiento administrativo y bueno, paciencia,
cometí la falta', pensé”.
“Sobre el atardecer me llama el intendente muy ofuscado, malo, que me
dice 'no me avisó nada de esto, Horacio', a lo que yo le respondo '¿pero
de qué, Bertil? Si es un problema personal, una espirometría que dio
alta, me pareció que no daba ni para avisarle', y entonces me dice 'no,
porque hay un problema también de prostitución con menores y drogas'.
'Ah, pero no sé nada', le digo. 'Yo ignoro totalmente todo eso; si es
así el tema, yo ya pongo a disposición el cargo porque yo no lo quiero
afectar en nada al partido'”.
De los Santos comentó que cuando recibió la citación al juzgado no decía
que tenía que presentarse con un abogado, pero igual lo acompañó uno.
Cuando declaró le hablaron de conversaciones telefónicas en las que él
está organizando la reunión, “pero no se habla de la otras
conversaciones telefónicas que mantuve anteriormente —que obviamente
debían estar en poder de la Justicia, ya que el celular del procesado
estaba pinchado-- en donde yo ofrecía mi propia casa; eso habla a las
claras de que yo ignoraba por completo de que se trataba de una reunión
con mujeres y drogas”.
Las pruebas que faltaron
Según contó en el juzgado se exhibió un video de una fiesta con mujeres
semidesnudas que no tenía nada que ver con la reunión en la Casita del
Parque “porque no hubo baile, ni siquiera música; esas imágenes que
mostraron las habrán tomado en otro lugar y otra oportunidad. Yo se los
dije, pero la fiscal no le dio ninguna importancia; y eso forma parte
del documento que vamos a presentar el lunes para solicitar el
diligenciamiento de pruebas”.
“Otra cosa que surgió claramente ahí es que todas estas muchachas que
estaban en la reunión declararon que no me conocían y que la primera vez
que me vieron fue esa noche. Asimismo, todas las otras personas que al
parecer estaban involucradas en el consumo de drogas, también declararon
que nunca me habían visto; o sea que Dirección de Investigaciones hacía
tres meses que venía siguiendo este caso pero nunca me vio reunido ni
con esta ni con otra gente, porque yo desde que asumí hace tres años en
la Intendencia no hice más salidas de noche, y si salía lo hacía con mi
señora”.
“El único motivo por el cual la fiscal está pidiendo mi procesamiento es
porque una joven de 17 años --que el mes siguiente cumple 18-- dice que
yo ofrecí dinero indirectamente a través de la encargada de la Casita, a
cambio de servicios sexuales, y que dos amigas de ella escucharon
cuando la empleada de la Intendencia hizo esa oferta; pero la
funcionaria lo niega rotundamente”.
Añadió que la joven que formuló esa declaración es la misma que luego se
subió a su auto y con la cual, durante la fiesta “estuvimos cantando
juntos porque yo en las fiestas soy así, me gusta tomar unos whiskies y
cantar, pero ninguna otra cosa; y todos los que me conocen saben muy
bien que es así”.
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