martes, 27 de agosto de 2013

Desde Venezuela Legalización, primer paso para la evolución Por José Briceño


Exclusivo para El Este

En el mundo están pasando muchas cosas, guerras, armas químicas, política , robos y mil cosas más , sin embargo sé que entre esas miles de cosas malas hay también algunas que aún teniendo un origen ilícito están generando una discusión bastante interesante.
Tal es el caso de la marihuana, en varios países no solo están despenalizando su uso, también están legalizando y controlando su distribución además claro, del consumo.
Desde mi perspectiva es un avance cualitativo en la guerra contra el trafico ilegal, ¿la razón? hay varias, sin embargo solo voy a tocar un par de puntos, el primero es que en el submundo del narcotráfico esa es una droga de inicio y el secretismo, impulsado a su vez por la rebeldía juvenil, hace que los incautos busquen otras emociones más fuertes, que de paso son las que dan millones a los traficantes, la yerba es muy barata y según he oído no deja gran ganancia, al contrario de la cocaína y otras “drogas duras” que sí generan millones en dinero igualmente duro así como muertos, violencia y plomo junto con una carga económica para el Estado.

Venezuela es vista como una tierra de gente despreocupada y hasta con cierta tendencia al descaro Muy al contrario de lo que se vende desde los tabloides y páginas de Internet, mi país está lleno de tabúes y temores, tanto así que creo que es el único país de latinoamérica donde la discusión sobre legalización no está en ninguna agenda ni gubernamental ni opositora, nadie destapa el tema (imagino) por considerarlo políticamente incorrecto, cuando lo único políticamente incorrecto es no tocar el tema.
 El narcoestado es una realidad, quien haga una somera investigación en Google verá que hay cuando menos seis altos mandos militares buscados por la DEA e Interpol, lo que indica que es solo la punta de un iceberg de proporciones dantescas, es más , desde las cárceles se maneja el crimen y eso es no solo aceptado por el Estado, también al parecer es apadrinado por ese mismo Estado que debería penar situaciones de ese modo.
Desde mi blog (http://opinionesdesdeestaesquinadeltercermun .blogspot.mx/ ) he realizado algunos planteamientos al respecto, como para que en un futuro nadie diga que no se dijo. Imagino que el mundo debería ser más civilizado. Imagínense queridos lectores de El Este que todo lo que produzca el tráfico legal  sea supervisado por el Estado, que genere impuestos y a su vez estos sean re invertidos en salud y educación. Creo que al final ,sin ese velo de secretismo ,el abuso quedará en desuso tal y como sucede con el alcohol, de paso generaría suficientes ingresos como para establecer clínicas de desintoxicación para usuarios de drogas duras y alcohol , tanto o mejores que las  privadas, esas mismas donde los de clase baja y pobre no tenemos acceso pues no los cubre ningún seguro. Si a eso le sumamos el gentío que sacamos de las calles y los jóvenes que les quitamos a los narcotraficantes que los engatusan como iniciadores, creo que esa decisión de legalizar es una excelente opción para mejorar las cosas y lograr una merma considerable en el flagelo del hampa que en todo el continente es un factor común. Eso sin contar los beneficios que avalan ciertos estudios a la gente que consume ese producto.
En Venezuela son miles los usuarios, muchos profesionales que se fuman un porro el domingo en la tarde para bajar el estrés de la semana, señoras de la tercera edad que hacen lo mismo pero de paso evitan el uso de químicos adictivos, de esos que recetan los médicos y se compran en cualquier farmacia, cientos de alcohólicos rehabilitados que prefieren un porro en las noches y así evitan no solo la resaca si no caer en el vicio de nuevo pues el alcoholismo es una enfermedad tan grave como la adicción a otras drogas duras pero tiene el agravante que es legal y por tanto una presencia ineludible en el mundo.
 En fin existe toda una legión de gente de bien que puertas adentro consume el cannabis sativa, no son criminales, la verdad es que son ciudadanos responsables que pagan impuestos, crían familias, tienen empleos y son personas valiosas para su comunidad, esa misma gente que está esperando algún avance en las políticas gubernamentales, que dicho sea de paso no tiene ningún programa serio de rehabilitación para los jóvenes, es más, ni siquiera las escuelas tienen personal adecuado para atacar el problema de las adicciones y los tráficos que existen en las aulas del país.
Las universidades mucho menos, al Estado al parecer no le interesa otra cosa que hacer desfalcos groseros de todo el erario nacional , nadie levanta la voz por pena seguramente, además claro, el miedo ,pues si los criminales manejan la justicia, los justos siempre seremos criminales.
En Uruguay está en el tapete esa discusión, ya la sola mención del tema me habla de un país pleno y en marcha hacia el progreso pues los temas tabúes, esos que minan la suerte de una nación han de ser investigados, discutidos, ventilados, regulados y al final es el mismo pueblo quien decide lo mejor para si mismos.
Cómo me gustaría que mi nación se contagiase de esa fiebre de modernidad que tanta falta nos hace, que expulsemos la corrupción y terminemos con una epidemia de futuro, no esta peste de retroceso que hoy día vivimos por culpa de unos imbéciles ciegos que no miran más allá de su cuenta bancaria.
José Ramón Briceño Diwan 2013

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