miércoles, 25 de septiembre de 2013

Constanza: realidades y sueños de la candidatura alternativa

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Las revoluciones no suelen cumplir con todos los objetivos que se plantean, pero hacen andar al mundo, dijo cierta vez el presidente Mujica, sintetizando de buena manera la relación que se da entre la realidad y los sueños en el mundo social y político. La historia real no es más que el resultado de la combinación de frustraciones y sueños, al menos en parte, cumplidos, y es siempre la base de nuevas proyecciones.

Sin sueños, no hay progreso.

Claro que un soñador sin los pies en la tierra puede caer fácilmente en el delirio más estéril, pero no menos cierto que aquellos que se resignan ante la realidad son siempre, por las leyes mismas de la vida, superados.

En tal sentido, la pre-candidatura de Moreira ¿es hija de un sueño disparatado o de un análisis serio de la realidad? Seguramente no exista una respuesta absoluta, pero conociendo su realidad y los sueños posibles de sus promotores, quizá la entendamos un poco mejor.



La realidad

La realidad de la pre-candidatura de Moreira indica dos cosas: primero, que su adversario directo, el Dr. Vázquez, es poderosísimo; segundo, que parte de una posición de notoria debilidad.

Vázquez mide muy bien en las encuestas. Y aunque podamos sospechar que su popularidad no tendrá una traducción directa en cantidad de votos, sobre todo luego de que el expresidente salga al ruedo y vuelva embarrarse con las cuestiones políticas más cotidianas, sin duda parte de una situación sumamente ventajosa: alcanza con decir que lo conocen todos los uruguayos, y que la mayoría tiene una valoración positiva de su gestión. Además, cuenta con el apoyo de una maquinaria burocrática colosal, tiene una relación al menos no conflictiva con los grandes medios privados de comunicación, no es mal considerado ni por la central sindical ni por los empresarios, ha establecido fuertes nexos con la Iglesia Católica, es bien estimado por los países centrales y por varios mandatarios sudamericanos, y tiene contacto directo con grandes organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial. En definitiva, un escenario sin grandes amenazas.

En cambio, Moreira sólo cuenta, hasta el momento, con el respaldo de un único partido, el PVP, poseedor de una rica historia y una mística atractiva, pero débil electoralmente y con una estructura pequeña. Los independientes, sectorizados desencantados y pequeñas fuerzas en gestación que la respaldan, tienen la virtud de la libertad casi absoluta de acción y creación: los riesgos son pocos. Pero una campaña también necesita dirección, coordinación y estructuras: la construcción de un espacio alternativo se impone. Y aun si Constanza recibiera el respaldo del PCU, su aparato político (en términos tradicionales) y sus recursos económicos (muy especialmente) la dejarían siempre en desventaja frente al vazquismo. A lo cual debemos sumarle que buena parte de la sociedad la desconoce, y que los frentistas han sido convencidos de que con Vázquez, y sólo con él, el FA podrá ganar la elección.



Los sueños

El sueño primero que se plantea la pre-candidatura de Moreira, es representar a los frentistas que hoy no se sienten, total o parcialmente, representados por el vazquismo-astorismo. Desde lo electoral, algunos soñarán simplemente con obtener una votación “digna” en las elecciones internas, mientras otros no se privarán de soñar con vencer a Vázquez y luego a los partidos Nacional y Colorado. Desde lo estrictamente político, un sueño que asoma es la construcción de un espacio de vieja-nueva izquierda en el FA (donde toda la oferta se ha corrido hacia el centro), con peso en la coalición política, recuperando al frentismo como movimiento y con capacidad para incidir en el escenario político nacional.

¿Hasta dónde todos estos sueños podrán convertirse en realidad?

Felizmente no lo sabemos, puesto que la política, como actividad de hombres libres, se está construyendo cada día. Y de ahí que la suerte de la pre-candidatura de Constanza dependa, entre otras cosas, de cómo se construya, ya no como negación de algo, sino como cuerpo político coherente, diferenciado y con virtudes propias.
Retomando las palabras de Mujica, podemos decir que quizá la candidatura alternativa no alcance a cumplir todos los sueños que se propone, pero es probable que haya puesto en marcha a muchos militantes y sacado al Frente Amplio de su letargo.

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