Las
revoluciones no suelen cumplir con todos los objetivos que se plantean, pero
hacen andar al mundo, dijo cierta vez el presidente Mujica, sintetizando de
buena manera la relación que se da entre la realidad y los sueños en el mundo
social y político. La historia real no es más que el resultado de la
combinación de frustraciones y sueños, al menos en parte, cumplidos, y es
siempre la base de nuevas proyecciones.
Sin
sueños, no hay progreso.
Claro
que un soñador sin los pies en la tierra puede caer fácilmente en el delirio
más estéril, pero no menos cierto que aquellos que se resignan ante la realidad
son siempre, por las leyes mismas de la vida, superados.
En
tal sentido, la pre-candidatura de Moreira ¿es hija de un sueño disparatado o
de un análisis serio de la realidad? Seguramente no exista una respuesta
absoluta, pero conociendo su realidad y los sueños posibles de sus promotores,
quizá la entendamos un poco mejor.
La realidad
La
realidad de la pre-candidatura de Moreira indica dos cosas: primero, que su
adversario directo, el Dr. Vázquez, es poderosísimo; segundo, que parte de una
posición de notoria debilidad.
Vázquez
mide muy bien en las encuestas. Y aunque podamos sospechar que su popularidad
no tendrá una traducción directa en cantidad de votos, sobre todo luego de que
el expresidente salga al ruedo y vuelva embarrarse con las cuestiones políticas
más cotidianas, sin duda parte de una situación sumamente ventajosa: alcanza
con decir que lo conocen todos los uruguayos, y que la mayoría tiene una valoración
positiva de su gestión. Además, cuenta con el apoyo de una maquinaria
burocrática colosal, tiene una relación al menos no conflictiva con los grandes
medios privados de comunicación, no es mal considerado ni por la central
sindical ni por los empresarios, ha establecido fuertes nexos con la Iglesia
Católica, es bien estimado por los países centrales y por varios mandatarios
sudamericanos, y tiene contacto directo con grandes organismos multilaterales
como el FMI y el Banco Mundial. En definitiva, un escenario sin grandes
amenazas.
En
cambio, Moreira sólo cuenta, hasta el momento, con el respaldo de un único
partido, el PVP, poseedor de una rica historia y una mística atractiva, pero débil
electoralmente y con una estructura pequeña. Los independientes, sectorizados
desencantados y pequeñas fuerzas en gestación que la respaldan, tienen la
virtud de la libertad casi absoluta de acción y creación: los riesgos son pocos.
Pero una campaña también necesita dirección, coordinación y estructuras: la
construcción de un espacio alternativo se impone. Y aun si Constanza recibiera el
respaldo del PCU, su aparato político (en términos tradicionales) y sus
recursos económicos (muy especialmente) la dejarían siempre en desventaja
frente al vazquismo. A lo cual debemos sumarle que buena parte de la sociedad
la desconoce, y que los frentistas han sido convencidos de que con Vázquez, y
sólo con él, el FA podrá ganar la elección.
Los sueños
El
sueño primero que se plantea la pre-candidatura de Moreira, es representar a
los frentistas que hoy no se sienten, total o parcialmente, representados por
el vazquismo-astorismo. Desde lo electoral, algunos soñarán simplemente con
obtener una votación “digna” en las elecciones internas, mientras otros no se
privarán de soñar con vencer a Vázquez y luego a los partidos Nacional y
Colorado. Desde lo estrictamente político, un sueño que asoma es la
construcción de un espacio de vieja-nueva izquierda en el FA (donde toda la
oferta se ha corrido hacia el centro), con peso en la coalición política,
recuperando al frentismo como movimiento y con capacidad para incidir en el
escenario político nacional.
¿Hasta
dónde todos estos sueños podrán convertirse en realidad?
Felizmente
no lo sabemos, puesto que la política, como actividad de hombres libres, se
está construyendo cada día. Y de ahí que la suerte de la pre-candidatura de
Constanza dependa, entre otras cosas, de cómo se construya, ya no como negación
de algo, sino como cuerpo político coherente, diferenciado y con virtudes
propias.
Retomando
las palabras de Mujica, podemos decir que quizá la candidatura alternativa no
alcance a cumplir todos los sueños que se propone, pero es probable que haya
puesto en marcha a muchos militantes y sacado al Frente Amplio de su letargo.
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