- Escrito por: Eliana Gilet
Siguen y –probablemente continúen– las detenciones intempestivas de “presuntos sediciosos”. Se denunciaron los hechos ante la inddhh. El ministro anunció una investigación pero Asuntos Internos no ha recibido órdenes en tal sentido. Una categoría de dudosa constitucionalidad, la detención por averiguaciones, estaría habilitando los desbordes.
Cinco días después de haber sido detenida junto a los otros 11, a la doceava la llamaron a su celular desde la Dirección Nacional de Migraciones*. Le comunicaron que el trámite de residencia que había iniciado estaba listo y que tenía que presentarse. Presurosa, agarró la bicicleta, saludó a los amigos con los que estaba y salió. No volverían a saber de ella hasta entrada la madrugada del viernes 30. A las pocas cuadras fue interceptada por efectivos policiales de particular en un auto blanco, detenida sin mediar palabra ni explicación y conducida a la Comisaría de la Mujer, en la calle San José. Eran cerca de las cuatro de la tarde. Allí fue desnudada y revisada por el personal femenino de la dependencia. Fue incomunicada y a nadie se avisó de su detención.
Como las horas pasaban y no tenían noticias de ella, los amigos salieron a buscarla. Teniendo en mente los hechos del 24, se comunicaron con Pablo Ghirardo, el abogado que los había defendido entonces. Se dirigieron a la Jefatura de Policía, al Departamento de Operaciones Especiales. Habiéndose contactado con todas las dependencias policiales, les respondieron que no estaba detenida.
Cerca de las dos de la madrugada, cuando finalmente supieron dónde estaba, su compañero fue a consultar a la mencionada comisaría. Preguntó cuál era el juzgado actuante y a qué hora la conducirían al mismo. Le dijeron que no sabían.
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