CIUDAD DEL VATICANO
En la primera entrevista exclusiva que
concede a un medio de comunicación, el papa Francisco niega "ser de
derecha" e invita a que la Iglesia católica reflexione sobre el papel de
la mujer en la Iglesia y a "curar las heridas" de gais y divorciados
antes de condenarlos.
El País
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Ciudad del VaticanoAFPjue sep 19 2013 17:35
Durante una larga conversación con la revista
jesuita Civiltà Cattolica, el Papa de nacionalidad argentina habló de su
"forma autoritaria y rápida de tomar decisiones", que lo ha llevado "a
ser acusado de ultraconservador" en Argentina, y de la necesidad de la
Iglesia de "acompañar a las personas a partir de su condición" de
divorciados u homosexuales.
Durante una larga conversación con la revista jesuita
Civiltà Cattolica, el papa de nacionalidad argentina habló de su "forma
autoritaria y rápida de tomar decisiones", que lo ha llevado "a ser
acusado de ultraconservador" en Argentina, y de la necesidad de la
Iglesia de "acompañar a las personas a partir de su condición" de
divorciados u homosexuales.
"Mi forma autoritaria y rápida de tomar decisiones me
ha llevado a tener problemas serios y a ser acusado de ultraconservador.
Tuve un momento de gran crisis interior estando en Córdoba. No habré
sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de derecha.
Fue mi forma autoritaria de tomar decisiones la que me creó problemas",
reconoció.
Francisco rememoró los años en que fue provincial de
los jesuitas en Argentina, tema que generó debate al inicio de su
pontificado por haber evitado pronunciarse sobre los desaparecidos
durante la dictadura militar (1976-1983).
"Tenía 36 años: una locura. Había que afrontar
situaciones difíciles, y yo tomaba mis decisiones de manera brusca y
personalista", reconoce en la larga entrevista de 27 páginas.
"Curar heridas, dar calor"
Al analizar la situación actual de la Iglesia, el
Papa latinoamericano reconoce que la milenaria institución necesita
reformas y asegura que considera urgente "curar heridas", "dar calor" y
"acompañar a las personas a partir de su condición", lo que incluye a
los homosexuales y a los divorciados que se han vuelto a casar.
"En Buenos Aires recibía cartas de personas
homosexuales que son verdaderos 'heridos sociales', porque me dicen que
sienten que la Iglesia les ha condenado. Pero la Iglesia no quiere eso",
comentó Francisco.
"En esta vida Dios acompaña a las personas y es
nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar
con misericordia", insistió.
El Papa reconoció que la Iglesia ha estado
obsesionada con temas como el aborto, el matrimonio homosexual o el uso
del anticonceptivo.
"No podemos seguir insistiendo solo en esas
cuestiones. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he
recibido reproches por ello", subraya.
"Tenemos, por tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra
manera el edificio moral de la Iglesia corre peligro de caer como un
castillo de naipes, de perder la frescura y el perfume del Evangelio",
añadió.
"La propuesta evangélica debe ser más sencilla, más profunda e irradiante", dijo.
El papel de la mujer en la Iglesia
En la inédita conversación con el jesuita Antonio
Spadaro, realizada en el curso de tres sesiones por un total de seis
horas durante el mes de agosto, publicada simultáneamente por 16
semanarios de la Compañía de Jesús en todo el mundo, Francisco
reflexiona sobre el papel de la mujer dentro de la Iglesia.
"Es necesario ampliar los espacios para una
presencia femenina más incisiva en la Iglesia", aseguró el papa, quien
subrayó que "el genio femenino es necesario en los lugares donde se
toman decisiones importantes".
"María, una mujer, es más importante que los
obispos. Digo esto porque no hay que confundir la función con la
dignidad", sostiene el papa que aboga por "elaborar una teología
profunda de la mujer".
"Afrontamos hoy este desafío: reflexionar sobre el
puesto específico de la mujer, incluso allí donde se ejercita la
autoridad en los ámbitos de la Iglesia", subrayó.
"Temo la solución del 'machismo' con faldas', porque la mujer tiene una estructura diferente del varón", admite.
Spadaro, quien confesó que entrevistar a Francisco
fue como estar frente "a una especie de flujo volcánico", le pidió que
se definiera.
"Soy una persona despierta", pero al mismo tiempo "bastante ingenuo",
que prefiere "el contacto personal", contó el primer papa jesuita de la
historia.
"De la Compañía de Jesús me impresionaron tres
cosas: su carácter misionero, la comunidad y su disciplina. Esto es
curioso, porque soy un indisciplinado nato, nato, nato", confesó.
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