General
Artigas y Avenida Brasil. Fue desde el primer momento el centro
turístico de la aldea que apuntaba su desarrollo a los últimos
metros de la ruta nacional Nº 9 y la avenida Internacional
marcando límites entre ambos países. Entrada y salida de una calle
divisoria de dos pueblos hermanados por una convivencia centenaria.
Valores astronómicos fueron cimentando las preferencias de los
primeros adelantados, que fueron disputándose palmo a palmo las
ofertas inmobiliarias de la zona “céntrica”. De esta
manera fueron surgiendo en aquel enclave internacional los primeros
comercios; Farmacia EMAIL, Casa Lanusse, Joyería Rubí, Carnicería
PAMPAS, Fiambrería Serranita, una pequeña central telefónica,
Parrillada PAMPAS, Hotel Chuy, el Baratillo y Casa Pienica.
“EL
PATRIOTA”: UN HOMBRE DE LA FRONTERA.
En
el panorama comercial de aquellos años (1950/ 1960), se destacaba
Luis Alberto Lasso, por su espíritu emprendedor y una amplia visión
para encarar los emprendimientos comerciales. De origen humilde,
comenzó a trabajar de cocinero en el Hotel Chuy, donde fue
comprendiendo la importancia del turismo y admirando las bellezas
naturales que ofrecía el departamento. Durante un extenso reportaje
que le realizáramos para el diario LA MAÑANA en el año 1970,
pudimos aquilatar sus conocimientos en materia turística y su
preocupación por los grandes temas que preocupaban a los habitantes
de la ciudad. “Mucha gente tiene un sentido equivocado de nuestra
ciudad, solo se piensa en SAMUEL, cuando en realidad hay mucho más
que eso. Tenemos la playa, la pesca, hay Hoteles a nivel
internacional, hay un parador que debe ser uno de los más lindos del
país, tenemos las históricas fortalezas que son orgullo del
Uruguay. No tenemos ninguna duda de que el turismo se ha convertido
en una de las principales actividades de este departamento. En esta
frontera estamos asistiendo a un auge turístico jamás imaginado,
con un incremento que en algunas oportunidades ha superado las
posibilidades de alojamiento que ofrece la plaza local. Esta
comprobación por demás halagadora
nos hace pensar en el futuro próximo, donde deberemos duplicar los
esfuerzos públicos y privados para ofrecer cada día una mejor
atención a nuestros visitantes. No podemos dejar todo librado a las
bellezas naturales de las playas o a los atractivos que brinda la
naturaleza en la zona del Parque o los fuertes nacionales”.
Señalaba Lasso con orgullo que “en nuestros establecimientos
trabajan en la actualidad más de 100 familias. Desde el histórico
parador de San Miguel le ofrecemos al turista las comodidades propias
de un hotel de primera categoría. A los amantes del campo les
ofrecemos la posibilidad de realizar cabalgatas sin olvidar que
también disponemos de una piscina para niños, cancha de bocha, y
abundante pesca en el arroyo San Miguel. A 15 kilómetros la Laguna
Merín y paseos inolvidables por carreteras que atraviesan bañados
donde abundan las garzas rosadas, patos y cigüeñas que pueden ser
observados desde las carreteras que conducen a Chuy o Cebollatí en
plena cuenca arrocera. Nos ha quedado para el final la costa
atlántica del entorno fronterizo con sus playas extraordinarias y
abundante pesca dijo finalmente Lasso.
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