Esta semana salió primero en un evento
Con tan solo 13 años, Pedro Sales es el
niño prodigio de la robótica uruguaya. El adolescente ganó un evento de
Sumo Libre (deporte de robots) compitiendo contra seis rivales: de
bachillerato, UTU e incluso Facultad de Ingeniería.
Juan Pablo De Marco
El País
Su estrategia fue letal. Robotic Brik, el robot
de Pedro, avanzaba y decodificaba a su oponente, lo levantaba en su
rampa delantera y lo lanzaba fuera del terreno. Los rounds podían ser de
tres minutos, pero en la mayoría de los casos no superaron los 30
segundos.
En diálogo con El País, Pedro contó cuál fue la receta
para avasallar a sus contrincantes: "El hecho de que mi robot tenga una
rampa significa que puede dar vuelta a los otros robot. (…) Se suben a
la rampa, me dan más peso a mí y ellos pierden tracción. Entonces los
puedo empujar". Además, su programación "no es tan compleja", ya que
"solo" le puso un sensor que cuando no detecta nada, gira, y si detecta
algo, avanza.
Pedro tiene 13 años pero la pasión por la electrónica
afloró cuando era más pequeño. Le daban un juguete electrónico y lo
desarmaba para ver cómo funcionaba por dentro. Su tío -el único
ingeniero de la familia- fue quien le regaló su primer soldador de
estanio para confeccionar robots.
A los 10 años fue a su primer evento de Sumo, en la Facultad de Ingeniería y quedó "fascinado".
El sumo de robots es un deporte en el cual dos robots
luchan por quitarse mutuamente de un círculo. Esa es la propuesta de
Sumo.uy un evento que realiza la Facultad de Ingeniería desde el año
2004.
En 2011 Pedro volvió a ir y presentó allí su primer
"seguidor de línea", un robot que debe ser fabricado para que, de manera
autónoma, persiga una raya negra sobre una superficie blanca.
El aprendizaje constante marca el rumbo de Pedro,
quien contó que su papá lo motiva mucho para que siga desarrollándose.
"Mis padres están muy contentos de que me pueda dedicar a algo que me
gusta, que desarrolla mucho la creatividad y el razonamiento", precisó.
En el liceo -asiste a segundo en el Colegio
Seminario- no le han enseñado nada sobre la temática. "Todo lo aprendí
solo, con internet", aseguró. Para complementar, hace dos años realizó
un curso de programación y el año pasado uno de Arduino, una plataforma
para crear programas informáticos.
Hoy destina sus fines de semana a producir robots.
Los realiza con un conjunto de piezas de la marca Lego, que le compraron
sus padres a US$ 450 en Buenos Aires. "Cuando hay un evento como el de
sumo, las semanas anteriores me dedico casi todos los días (a
fabricarlo). En el caso del robot sumo, lo más difícil es la
programación y el diseño, porque el armado se hace en una hora o dos",
manifestó.
"Pedro es un alumno estrella", enfatizó Rodrigo
Dearmas, docente y organizador de Sumu.uy, cuya décima edición finaliza
hoy. La competencia de Sumo Libre que ganó Pedro fue una de las ocho
categorías que tuvo el certamen.
El premio del evento consistió en un certificado,
una medalla y un libro sobre robótica. "El torneo es más bien para
divertirse", afirmó el adolescente. Y también para producir más y
mejores robots.
Dearmas contó que Pedro busca "perfeccionarse año a
año". Viene creciendo en categorías desde 2011 y en la de esta semana
fue el más chico: compitió ante alumnos de 5° y 6° de liceo, un
estudiante de la Facultad de Ingeniería y otro de UTU.
Futuro.
Pedro tiene claro lo que quiere y va por pasos.
"Creo que hay un taller de robótica en el colegio para los últimos años
de Secundaria, pero me gustaría entrar antes", aseguró. También "cree"
que sus profesores "se van a sorprender" cuando les diga cómo le fue en
el evento de sumo.
Luego, cuando llegue a facultad, quiere estudiar
ingeniería informática y profundizar en la robótica. Después, piensa
participar "en otras competencias a nivel internacional", manifestó.
Pero no solo se queda con los robots. Ahora se
involucró en el aeromodelismo, un deporte-ciencia que consiste en el
vuelo de aviones reducidos que imitan a los reales. "Ya tengo uno y
estoy armando otro desde cero por partes, que luego pienso automatizar",
detalló. El niño prodigio sobre la robótica en Uruguay ya ganó una
competencia y va por más en el futuro.
Dearmas contó que la robótica educativa es un
fenómeno que existe desde principios de la década de los 80 y que no
tiene como objetivo que los alumnos "sean expertos" en el tema, sino que
se motiven para aprender. La Facultad de Ingeniería busca así enseñar
ciencias básicas a estudiantes a través de talleres de armado de robots.
ENTREVISTA
Desde los 10 años armando robots
¿Qué te motivó a realizar robots?
Desde chico siempre me gustó saber cómo funcionaban
las cosas y, cuando fui al (evento de) sumo robótico quedé fascinado.
Anteriormente, había hecho cosas con electrónica básica.
¿Cuándo armaste tu primer robot?
Lo hice en 2011. Era un seguidor de línea. Lo soldé
sobre una placa perforada y tenía un circuito lógico, sin programación
alguna.
¿Cómo sería tu robot ideal?
Depende para qué. En el sumo sería un robot con un
peso cercano al límite, con motores que tengan fuerza para mover su peso
y el del oponente. Además, que tenga todos los sensores de distancia
posibles para detectar al rival fácilmente. Si es un desafío de
velocidad, sería un robot con motores más potentes.
¿Cuánto tiempo dedicás a la robótica?
Generalmente los fines de semana hago algún robot
con el kit de Lego Mindstorms NXT. Cuando hay un evento, como el de
Sumo.uy, las dos semanas anteriores me dedico casi todos los días a
fabricarlo.
¿Qué te dicen tus profesores?
Le he comentado a algún profesor sobre los robots
que he armado, pero creo que se van a sorprender cuando se enteren del
resultado del evento de sumo. Creo que hay un taller de robótica en el
colegio para los últimos años de secundaria, pero me gustaría entrar
antes.
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