Yolanda
Nuñez de Pérez, es la esposa del recordado delantero del fútbol
rochense de las décadas del cincuenta y sesenta, Erley “Cholo”
Pérez.
Hincha,
adicta, apasionada del fútbol, de su esposo, de su hijo, quienes
supieron vestir con orgullo, clase y garra, la gloriosa casaca
celeste del combinado de Rocha en las lides esteñas.
Yolanda,
hija de Don Nereo Nuñez y doña Primitiva Cal, nació el 3 de marzo
del año 1932, en el Barrio Marsiscano de nuestra ciudad, luego se
mudó a la esquina de Río Branco hoy Batlle y Ordoñez y Rincón,
donde paso su infancia y juventud.
Alumna
de la Escuela de entonces “niñas” No. 2, José Pedro Varela,
hincha hasta la muerte en Rocha del viejo y linajudo Palermo y en
Montevideo de Peñarol.
Una
vida como operadora de Antel, de los tiempos que la telefonista se
sabía de memoria todos los números de los teléfonos de los
clientes, ahora disfruta de sus hijos y nietos, pero siguiendo las
actividades de fútbol, ahora por televisión.
Se
caso con Erley Pérez el 23 de agosto de 1952, tiempos que el “Cholo”
estaba jugando en la capital defendiendo al Montevideo Racing Club,
el equipo de Sayago, pero al que dejó por Yolanda, su “amor”, de
entonces y de siempre.
Tuvieron
cuatro hijos: Graciela, Miriam, Cristina y el menor el único varón:
Erley Nereo, el “Pipo”.
Luego
de casarse, su esposo regreso al fútbol montevideano, pero esta vez
a defender los colores negriazules del Liverpool.
Eran
tiempo de gloria del fútbol de Rocha, campeones del Este cinco años
consecutivos, campeones del interior del 54, varios vice del
interior, muy buenos equipos en nuestro medio, y su esposo que
también defendió la celeste en varios torneos y que fuera
integrante en varios equipos campeones.
Ella
siempre estuvo a su lado, porque al fútbol lo ama, sufre, y festeja,
según venga la mano.
Tiempos
que se hacía un culto familiar alrededor del combinado y de los
propios clubes locales, esposas, madres, hijos, todos estaban
mancomunados, detrás de los colores celestes o clubistas.
De
esos tiempos Yolanda Nuñez de Pérez recuerda a grandes figuras,
como al Escribano Lino E. Silvera, el presidente del Club Nacional
local, un gran dirigente, un buen hombre, una gran persona.
Al
“Loco” Marcelino Acosta otro gran jugador y personaje de
entonces, otra gran persona, además de pintor. En las navidades
Marcelino venía al hogar de Yolanda y el “Cholo” y les pintaba
figuras acordes con las fiestas navideñas. Junto al “Chiquito”
Rosalío Machado, Marcelino fue de las grandes amistades.
En
la amena charla con Yolanda, que estaba acompañada de “Lola” la
perrita del Pipo, no podía faltar el Palermo, el que le diera
grandes satisfacciones como la del título de Campeones del Interior
del 87 allá en Durazno, donde tuvo el privilegio de estar presente
viendo a su hijo darla la vuelta olímpica como campeón con la
camiseta tricolor del equipo de la Avenida Ituzaingó.
Del
Palermo aquel que cuando las cosas no venían institucionalmente
bien, su casa, se transformó en “sede”. Por entonces vivían en
la calle Saraní al 215 y ahí sacaron adelante a su querido Club.
Con comidas en el galpón, donde ella con gran tesón, empeño, les
cocinaba, y donde además era el punto de reunión de los jugadores
palermitanos y de los otros clubes. Yolanda lo perpetúa con emoción,
diciéndonos “que lindos tiempos y que bien se pasaba”.
De
esos tiempos recuerda entre otros muchos al “Cacho” Píriz, al
recordado y querido “Charrúa” García y la “Pacha”. El
“Charrúa”, cartero de oficio, era el kinesiólogo del Palermo y
de los seleccionados rochenses.
Hoy
una foto colgada al lado de su cama, de la delantera del Nacional
campeón del 58,que recuerda el pasaje de su esposo filas albas, allí
están Roberto Acosta, Marito y Juan María González, el “Cacho”
de los Santos junto al “Cholo”.
Como
también le quedó una muy conmovedora y emotiva carta que le
escribiera otro gran dirigente de nuestro fútbol con el que los unía
una gran amistad, Juan J. Nogueira Sosa, quien además fuera
compañero del “Cholo” en Irineo de Espada.
Hoy
un nieto, Gonzalo Martínez defiende los colores del River Plate, y
un sobrino nieto Oscar Velázquez, los del Deportivo Tabaré,
mientras su hijo “Pipo” desempeña funciones en las Escuelitas
Municipales de Fútbol, y fue el director técnico del seleccionado
rochense vice campeón del interior sub 18 de la presente temporada.
Su
hija Graciela, como en tiempos del “Cholo” sigue siendo socia del
club Liverpool capitalino, y el “Pipo” hincha de los negriazules,
para seguir recordando sus pasos.
Yolanda
Estela Nuñez de Pérez, una de las tantas mujeres anónimas que
fueron baluarte indispensable, casi imprescindibles, de aquellos
héroes deportivos de Rocha de las décadas del cincuenta y del
sesenta, merecía esta semblanza como agradecimiento y recordación a
esa invalorable función simultánea de esposa y madre de esos
gladiadores
Setiembre/13
Oscar
Bruno Cedrés
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