Viveros Cartes había sido interceptado en Durazno por la Fuerza Aérea, en julio, cuando retornaba a su país
+ Nicolás Delgado @nicodelgado13
Eñ Observador
El 29 de julio, una avioneta de origen paraguayo fue interceptada en el departamento de Durazno por aviones de combate de la Fuerza Aérea uruguaya por volar sin autorización. Al descender, el piloto de la aeronave se identificó como Juan Walberto Gómez, de 65 años, aunque no tenía ninguna documentación que corroborara dichos datos. Luego de enviar fotografías con su rostro y el registro de huellas dactilares a Paraguay, la Policía pudo comprobar que, en realidad, se trataba de Juan Domingo Viveros Cartes, tío del presidente de Paraguay, Horacio Cartes. La Justicia especializada en Crimen Organizado procesó este viernes con prisión al piloto, luego de que confesara que aterrizó con 450 kilos de marihuana, informaron fuentes del caso a El Observador.
La falsificación de identidad no fue el único artilugio que ensayó Viveros Cartes. A pesar de que el piloto tiene un extenso prontuario de delitos vinculados al narcotráfico, en un primer momento alegó ante la jueza de Durazno, Mirtha Bobadilla, que no volaba sobre Uruguay con fines delictivos.
A falta de pruebas, puesto que en la avioneta no se encontraron drogas, la jueza lo procesó con prisión de forma provisional por sobrevolar el espacio aéreo uruguayo sin autorización.
Mientras Viveros Cartes pasaba sus días tras las rejas en la cárcel de Las Rosas, en Maldonado, el Juzgado especializado en Crimen Organizado lo investigaba. Indicios de que estaba vinculado a narcotraficantes locales, sobraban. El mismo día que lo capturaron en Durazno, la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas había detenido una avioneta en el departamento de Rocha, proveniente de Paraguay, con 478 kilos de marihuana. Al día siguiente, 12 personas fueron procesadas con prisión, en el marco de la operación Wayra, pero ninguno confesó conocer a Viveros Cartes. De hecho, el piloto paraguayo no estaba vinculado a esta organización.
Los investigadores rastrearon las huellas que dejó el piloto en su celular y la pista llevó hasta otro narco, procesado con prisión hace una semana, el 11 de octubre, durante la operación Halcón, en la que se incautaron 173 kilos de marihuana.
Uno de los cinco procesados tras la operación Halcón volvió a declarar ayer al juzgado especializado en Crimen Organizado, para explicar por qué en el celular de Viveros Cartes aparecía su número. Y, finalmente, ante la fiscal Mónica Ferrero y la jueza Adriana de los Santos, el narco confesó.
Aquel 29 de julio, el tío del presidente de Paraguay aterrizó en un campo cerca de José Pedro Varela, en el departamento de Lavalleja, con 450 kilos de marihuana. Horas más tarde, mientras la Fuerza Aérea uruguaya detenía al piloto paraguayo en Durazno, la droga viajaba hacia Montevideo para distribuirse en distintas bocas. Tras la confesión del narco local, Viveros Cartes también admitió en el Juzgado que había traído cannabis a Uruguay.
A solicitud de la fiscal, la jueza procesó al tío del presidente de Paraguay por “tráfico ilícito de estupefacientes en la modalidad de importación y transporte”.
El procesamiento es una mancha más para Viveros Cartes, que fue condenado a 17 años de prisión en Brasil, luego de que en 2001 lo capturaran piloteando una aeronave sobre San Pablo, en la que transportaba 250 kilos de cocaína. Además, tiene una orden de captura vigente en Paraguay. A pesar de la condena, logró que lo extraditaran a su país para cumplir arresto domiciliario. Pero Viveros Cartes, evidentemente, no se quedó en su casa. Por eso, la Justicia paraguaya había emitido una orden de captura.
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