sábado, 2 de noviembre de 2013

1º de junio de 1919. LOS ARGENTINOS VISTIERON LA CELESTE. Por Julio Dornel.



                                                     Escritor y periodista Julio Dornel
                                                         Wilson Correa Blanco


Como lo señaláramos en notas anteriores, el aporte de nuestros lectores nos permite reproducir páginas históricas y emotivas, sobre temas variados, que de otra manera quedarían relegados para siempre. Los aportes reiterados de Wilson Correa Blanco, transitando siempre por el fútbol, nos permiten compartir acontecimientos deportivos que solamente los estudiosos pueden ofrecernos. Cabe recordar que Correa Blanco, integró varios equipos y selecciones locales, alcanzando títulos de relevancia en Nacional y Deportivo Chuy, Campeón departamental en dos oportunidades, integrando formaciones con Arturo Altez, Alberto Ferreira, Juan Carlos Fernández, Kerpo de León, Alberto Viojo, Pocho Martínez y muchos otros. Del abundante material que dispone nos detenemos en un libro denominado “25 Años en el Deporte” del periodista uruguayo Ricardo Lorenzo (BOROCOTÓ) donde relata una emotiva circunstancia en que la selección argentina vistió la celeste.”El tiempo en su infatigable andar, va rodando cantos, quitando asperezas, y nos pule los acontecimientos para que surjan más gratos en la recordación. Pero existe una página que no necesita mejoras. Se escribió el 1º de junio de 1919 en Río de Janeiro. En la tarde de ese día y por única vez en la historia, los argentinos vistieron las clásicas casacas celestes de los uruguayos. Un suceso doloroso lo dispuso. Se jugaba el Campeonato Sudamericano. En el match Uruguay- Chile, una intervención arriesgada del “goalkeeper” uruguayo le produjo una hernia. Roberto Chery, a quien llamaban el Poeta, por unos versos suyos entre los cuales había compuesto un canto a Peñarol, salió de la cancha rumbo al sanatorio. Sobrevinieron complicaciones y lo que pareció en su primer momento, simple hernia, determinó que el 25 de mayo, Roberto Chery muriera en la capital carioca. Los uruguayos ya finalizada su actuación en el certamen, solicitaron no disputar con los brasileños su tradicional encuentro por la Copa Río Branco. Tal depresión les había ocasionado el deceso del compañero que deseaban apresurar el regreso a Montevideo, conduciendo los restos de aquel muchacho alto, de mentón prominente y de cabellos lacios, cuya infancia, arrullada por el oleaje que golpeaba en el murallón de su barrio recostado al mar, le infiltrara en su alma, aquella dulce pasión por los versos. Fue entonces que los argentinos se ofrecieron gentilmente a representar a sus tradicionales adversarios. La Confederación Sudamericana resolvió instituir un trofeo denominado Roberto Chery, y en la tarde del 1º de junio de 1919 los argentinos penetraron al campo de juego con las casacas celestes, en tanto los brasileños lo hacían vistiendo las de Peñarol. El match terminó empatado en tres tantos por bando y el producto se destinó a la familia del arquero fallecido.

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