sábado, 15 de febrero de 2014

Arzobispo Monseñor Daniel Sturla Escribe Leopoldo Amondarain


Sin perjuicio de la inspiración divina, para los que somos católicos, hay perfiles y formas de carácter administrativo en las decisiones de la Iglesia que, por supuesto, las resuelven por indicación humana. Pasa en todas la religiones. Es obvio que la elección de sus hombres entra dentro de ese contexto. Monseñor Cotugno cesa en su cargo. Otros destinos como obispo emérito ocupará su experiencia y sus esfuerzos, pero el arzobispado no. Por mandato del  Derecho Canónico que dispone un tope de 75 años de edad, salvo excepcional resolución pocas veces dada del propio Papa. La decisión del  nombramiento del nuevo Arzobispo, recayó, malglé las previsiones de alguna prensa en el obispo auxiliar Daniel Sturla, obviamente por decisión del Santo Padre. Nacido en 1959, realizó sus estudios primarios y secundarios en el San Juan Bautista y obtuvo el bachillerato de derecho en el Juan XXIII. Instituto del cual tiempo después fuera director. Realizó sus estudios de Filosofía y Ciencias de la Educación en el instituto Miguel Rúa, recibiéndose de doctor en teología en el entonces Instituto Teológico del Uruguay Mariano Soler. Se ordenó sacerdote el 21 de noviembre de 1987. En diciembre del 2011 es nombrado por el Papa Benedicto XVI Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Montevideo y por tanto del Departamento de Misiones y del Departamento de Laicos en la Conferencia Episcopal ocupando el cargo del Consejo Latinoamericano CELAM. Profesor de historia de la Facultad de Teología,  ha publicado diversas obras entre otras, sobre la Semana Santa, que  en nuestro país se desvirtúa con el nombre de Semana de Turismo. Ha marcado como una de sus especialidades, propia de los salesianos, sus preferencias por la enseñanza, dirigiendo diversos institutos de esa especialidad. Preguntado en una entrevista sobre el marco de una estrategia de mayor impacto de la Iglesia Católica en el Estado,  respondió muy gráficamente que el mejor aporte de la Iglesia Católica es la educación en el Uruguay en el sentido de la defensa de la vida. O sea los que se piensen que la Iglesia cambia o puede cambiar según las personas en los cargos, su filosofía, yo creo que le erran y muy feo. Pueden cambiar en las estrategias y prédicas al mundo, pero los principios seguirán siendo los mismos, o sea en contra del aborto, oponiéndose a la sodomía, favoreciendo el cuidado de los niños y su futuro, particularmente los más desvalidos que son los huérfanos. O sea el futuro del país, ordenado y ético cristiano. Encaja esta designación en una estrategia que ya anunció el Papa Francisco de apertura de la Iglesia ventilando la vetustez de los monasterios, que él definió como el apoyo al cura “callejero”. Me explico, la revolución religiosa tiene que competir con otros cultos y prédicas políticas francamente enemigas de la Iglesia, esto no quiere decir que los monasterios sean malos, sino que su excesivo conservadurismo le da demasiada ventaja a quienes sin tener ni por cerca las obras ni las misiones del catolicismo gozan de apoyo económico y político que fue ganando terreno, particularmente en América en perjuicio de lo que tradicionalmente hizo siempre la Iglesia. Moral cristiana, ética cristiana, derecho a la vida, oponiéndose al aborto, defensa de la familia heterosexual, para construir una generación futura, de juventud sana no entregada al terrorismo,  a la vida disipada y a doctrinas materialistas. Sturla es un representante, sin desmerecer a otros, típico de esa concepción, la Iglesia abrió sus ventanas, bien por Francisco que tiene una mirada al futuro positiva y realista. La lucha contra los enemigos tradicionales de nuestra fe, materialistas, abortistas, negadores de lo ético cristiano, masónicos  y demás tradicionales enemigos, tiene que ser defendida no solo con dialéctica sino con hechos, que en la Iglesia han abundado. Instituciones de enseñanza por miles, hospitales, leprosarios, empresas de caridad, asilos, etc. Siempre hemos puesto la otra mejilla y lo seguiremos haciendo multiplicando la lucha popular, en los barrios casa a casa, en los cantegriles los que  Sturla conoce muy bien por haberlos trabajado. La principal misión de la Iglesia es salvar almas y hacer dignos hijos de Dios justos y equilibrados. Le deseamos un arzobispado piadoso y muy digno.


Leopoldo Amondarain
C.I. 950.556-0
Tel: 099 626 573

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