lunes, 3 de marzo de 2014

La vida de don Francisco Bruno,importante comerciante rochense contada por su hijo, el escritor Oscar Bruno

                   Escritor y periodista Oscar Bruno Cedrés



FRANCISCO A. BRUNO ISNARDI
Biografía”

Francisco Antonio Bruno Isnardi, nació el 9 de setiembre del año 1919 en la 7ª. Sección Judicial de Rocha, conocida como Garzón, en el departamento de Rocha.
Fueron sus padres Francisco Gabriel Bruno Diayuto, oriundo de la 2ª. Sección Judicial de Rocha, de padres italianos y Clorinda Isnardi Díaz, oriunda de la ciudad de Maldonado, de padres de origen español.
Fue el mayor de 8 hermanos, 6 varones y 2 mujeres.
Su padre tenía Almacén y Ferretería en la zona del Sauce de Rocha, conocida comúnmente como El Ombú, siendo el referido comercio parada o posta, de las carretas y diligencias, que venían por entonces de Montevideo, por el llamado Camino Real.
El nombre del comercio fue también el de la zona: El Ombú.
Esta casa natal construida por su abuelo y su padre, con el aljibe, los árboles frutales, palmeras, ombú, sigue igual sin tan siquiera habérsele cambiado los vidrios. El material para la construcción vino por tren desde el Puerto de La Paloma, siendo su procedencia italiana.
Comienza en la Escuela del Sauce, siendo su Maestra Directora doña Cata Pioli de Rodríguez.
Siendo aún un niño, la familia se traslada a vivir a la ciudad de Maldonado, en la zona de la avenida de entrada de la ciudad de San Carlos.
Continúa el ciclo escolar en un Colegio en la ciudad fernandina hasta cuarto año, dejando la misma para ir a trabajar el comercio de su tía Elena Isnardi y su esposo E. Presno, también lo hace en la Panadería La Virgen de su tía Isnardi y su esposo Tejera en la “cuadra” como ayudante en la elaboración, en ese período que vive en la capital y mientras concurría al Colegio hizo de monaguillo en la Iglesia de Maldonado
Luego ya siendo joven pasó a trabajar en la construcción en el balneario de Piriápolis.
Vuelve a su zona natal de paseo, concurre a una de las populares “kermeses” de la Escuela de el Sauce de Rocha y se enamora de la hija del “Alcalde de la 7ª. Sección”, con la que luego se casaría: María Luis Cedrés Martínez.
Se casaron en la ciudad de Rocha en el Juzgado de Paz, el día 26 de Julio del año 1941.
Tuvieron un hijo: Oscar Antonio y una nieta: Rossana Verónica Bruno de los Santos, dos bisnietos, Luca y Malú.
En el ámbito familiar y de las amistades como el “Quito”, sobrenombre que le pusiera su hermano Sergio, porque como le decían Francisquito, su hermano repetía: Quito.
Luego de casarse se radica con su esposa en el Balneario La Paloma, trabajando como mozo en el viejo y recordado Parador del Parque Andresito, donde hoy esta el Centro Cultural de la Intendencia Municipal de Rocha.
Lo hace por una temporada y se trasladan a la ciudad de Rocha, se radican en la casa de sus suegros ubicada en la Avda. Julio J. Martínez casi Lavalleja.
Comienza a trabajar en “El Molina del Pueblo”, propiedad de Don Francisco Vázquez Curcho, el que estaba ubicado en la calle Ramírez, entre Zorrilla y Ansina. Tenía en el frente del mismo como símbolo un arado pequeño puesto en la pared.
Este establecimiento comercial muy importante de nuestra ciudad durante muchas décadas, comenzado en los primeros años de la década del treinta y que cerrara por la mitad de la del setenta, era además de molino de harina, maíz, comercio mayorista, tenían en el terreno contiguo tambo, donde se le sacaba leche a las vacas que se pastoreaban en lo que hoy es la Plaza Ansina o en el terreno de en frente de la calle Ramírez, además de empresa de traslado de correspondencias y encomiendas a Montevideo, actividad que realizaba un hermano de Vázquez, Juan Carlos, en el tren o motocar que iba desde nuestra ciudad a la capital. Desde la Estación Rocha al comercio la mercadería se trasladaba en un “charret” tirado por caballo, siendo Aquiler Pereira quien conducía el mismo.
El reparto de mercadería en la ciudad lo hacía Bruno en bicicleta, habiendo tenido entre otros como compañeros de trabajo a Santiago Rodríguez, que era quien hacía el reparto en carro con caballo, el Pocho Sosa y Gómez que trabajan en la parte de almacén.
En este comercio Francisco Bruno desarrolló muchas actividades, era vendedor de lotería en la calle, encargado de sacar leche en el establecimiento donde hoy está Canal Ocho con sus oficinas y equipos de trasmisión.
También era el que hacía la tarea de molienda en el molino que daba a la callejuela Montevideo, hoy Sención.
Al tiempo que trabajaba en lo de Vázquez Curcho, tomó clases de “tenedor de libros” que era como se le conocía por esos tiempos a quienes se preparaban para llevar la contabilidad de las grandes empresas.
Don Victorio Forapagliero Vinoi y Don Francisco Váquez Curcho fueron quienes le marcaron el “rumbo” en el arte del comercio. Estas dos personas fueron grandes comerciantes, muy importantes en nuestra ciudad y marcaron una época y un estilo, del que Bruno fue un brillante representante a lo largo de toda su vida.
La familia Bruno luego de residir en la Avda. J. J. Martínez, pasa a la casa de la calle Rodó No. 30, luego al Barrio José Machado, alquilando la casa esquinera de Avda. Agraciada y Andrés Chevestre, frente de donde hoy está la sede del Club Lavalleja, propiedad de la muy popular y conocida Doña Juana Díaz.
En esos tiempos Bruno trabaja en la Empresa de Ómnibus de Jacinto de los Santos, lo hace como guarda en las excursiones que realizan a diversas ciudades, como a Montevideo a los partidos clásicos en el Centenario, a Chuy con paseos incluidos por la Fortaleza de Santa Teresa, entre otros.
A principios del cincuenta pasan a la casa de la calle Ansina No. 71.
En esos tiempos Francisco Bruno además de trabajar en el “Molino del Pueblo”, lo hace los fines de semana como mozo en el Rocha Atletic Club, cuando la sede estaba en la calle Treinta y Tres, los domingos lo hacía en la fábrica de pastas del “Pera” Schiavo, ubicada en la esquina de Leonardo Olivera y Lucio Sanz y Sancho y por las noches en su casa realizaba tareas junto a su esposa en cardo, tapizando sillas para la Fábrica de Juancito Nogueira, la que estaba en la calle Treinta y Tres casi Ansina.
En 1953 deja todas esas actividades y pasa a la cantina del Rocha Atletic Club, esta vez como socio propietario con la Directiva de dicha Institución. Tiempos de gran auge del viejo Club, que tenía un gerente, el señor Miguel Ángel Cola, 4 porteros, uno por turno, Hernández, Artigas H. Corbo, Álvarez, entre ellos, un encargado de la ropería, Eguren, dos orquestas estables, la típica de “Panchito” Teibo y la jazz de Domingo D!Elía, en la cantina Bruno tenía tres mozos estables, los fines de semana y los de grandes bailes se agregaban un ayudante en el mostrador y dos mozos. Mientras estuvo en esta actividad su esposa estuvo permanentemente trabajando con él. Los mozos estables eran Carlitos Rivero, el “petiso”, Cirilo Martínez, y Tulio Machado, el “chiquito”, los extras de los bailes eran Martínez y un argentino de nombre Ricardo y Tomás Pereira, para los grandes bailes se contrataba un encargado de lavado de vasos y limpieza de botellas, uno de los que más estuvo en esta tarea fue Luis A. Dominicci.
En el año 1955 pasa a vivir con su familia en el centro, Treinta y Tres esquina 25 de Agosto, a media cuadra del Rocha Atletic, un año después se mudan para la casa pegada, ubicada en 25 de Agosto al 148.
Trabaja en la Institución Social de la calle Treinta y Tres hasta marzo del 58.
Ese año comienza una nueva actividad para Francisco Bruno y su esposa: la comercial, como viajero primero, luego con la distribuidora.
Este establecimiento comercial rochense, fundado por Bruno, fue por más de cuarenta años distribuidora de importantes empresas nacionales e internacionales.
Comenzó con las actividades en marzo del año 1958, teniendo su residencia por entonces en la calle 25 de Agosto al 148 y el depósito en la misma calle, donde existía un galpón de los Rocca, pegado donde estuvo el Teatro ASTRAL, (qué digo... la vieja Fragata).
En los comienzos la Distribuidora, que con los años tendría como slogan: “EL DECANO DE LOS REPRESENTANTES”, vendía los productos de Oneto, Vignale & Cia. S.A. comercio mayorista de Montevideo que tenía una línea de productos muy importantes y conocidos por aquellos tiempos, como Yerba Toro, Sidra La Dominga, Hojas de Afeitar Cadiz, y lo hacía no solo en el departamento de Rocha, sino que también en las ciudades de San Carlos, Maldonado, Aiguá, Minas y Solís de Mataojo.
En 1959 se suma a la cartera de distribución los Vinos Boina Roja, que venían de Melo y los Productos BAYER, como sub distribuidor de Ledo Bentos Llano distribuidor en la capital olimareña y comienza la misma a crecer...
En la Navidad de 1959 se traslada hacia donde sería por el resto del su existencia el local de la Distribuidora: Zorrilla de San Martín No.68, con el teléfono 323.
Había que hacer kilómetros para ganar el peso y conservador como lo fue siempre Francisco Bruno, gastó poco en vehículos. Le conocimos la cupé amarilla marca De Soto; el Austín A-40 color negro; una camionetita SIMCA y la Crysler Rural modelo 51 que por más de treinta años fue su compañera de giras.
La década del 60 llega con un vendaval de oportunidades de mayoristas capitalinos que confían la distribución de sus productos a Bruno... a aquel modesto dependiente del Molina del Pueblo de Francisco Vázquez Curcho de los años 39. Ya tiene vuelo propio. Vende de todo... Tabacos, cigarrillos, papel de fumar, té, insecticidas, flores y coronas, golosinas, vinagres, detergentes, hojas de afeitar, yerba, heladeras, televisores, bebidas y buenos whiskys.
Y ahí surgen los nombres de Fleischmann Uruguaya Inc. y su larga lista de productos: Postres y flanes Royal y Royarina; Levadura seca Fleischmann, Polvo de Hornear Royal, las Gelatinas y los Bizcochuelos, luego vendrían los Helados, Salsa Blanca y Refrescos Royarina; Compañía Industrial de Tabacos con sus cigarrillos Nevada, Flor de Lis, Oxi Bithué, Plymouth, Colibrí y los Tabaco Toro, Cerrito o Yaguarón; Casabó con Papel Jaramago, Naipes Tatú y Papel Alquitrán; Té Hornimanns, Bayer con sus populares analgésicos: Cafiaspirina, Aspirina, Evanol, Aspirinetas, Instantina; Refagán, Aspirina C y los insecticidas: Mafú; los caramelos y dulce de leche de Moure y Cia: Glorieta; vinagres J.P. Gamberoni; la Imprenta S. Gómez de Minas, Sapriza Grundel; Productos Monte Cudine; Barraca Deambrosi y su Sal Sek y los Vinos argentinos “Promoción”; los productos Vesubio: Amarga, Grapa Miel, Cogñac El Peñasco, Anís, whiskys Tiller’s, Teachers, Doctors, Famous Grous (el escocés de la perdíz) y una extensa lista de grandes e importantes empresas más.
Fue Bruno otro de los personajes típicos de las calles de Rocha, fundamentalmente en horas tempranas de la mañana, por aquello de que había que repartir la levadura fresca Fleischmann a las panaderías, dentro de las que surgen los nombres de la de Silvera, La Francesa, La Española, la Victoria, Nuevos Rumbos, La Golondrina, La Italiana, El Cañón, La Comercial, La Uruguaya, Artigas, La Porteña, San Jorge, La Nueva Victoria.
Vale también recordar algunos precios de tiempos “ha”, como una botella de vermouth 21,36; la cebada malteada en paquete de 500 grs, 2.05; la fruta picada de Aromacos Ltda.. el kilo 28,oo; la caja de Aspirina C de 24 sobres 87,77; el vino argentino Promoción, en caja de 1 lt. 13 con 60; Amarga Vesubio la botella a 78,oo pesos, la caja de grasa vacuna Super Star de Fleischmann de 15 kilos, $ 100,oo, precios estos con la moneda uruguaya de hace más de 10 años.
En esta historia los medios de transporte de las mercaderías desde la capital tienen su lugar y hay que darle su inmenso valor, así el viejo y recordado ferrocarril fue de los primeros, hasta la Estación de A.F.E. había que ir un par de veces en la semana a buscar las encomiendas, también ya estaba Expreso Rocha que era todo un símbolo en el transporte carretero, no podemos olvidarnos de O.N.D.A. todo un emblema en la vida de nuestro país; luego vendrían Fernando Recuero; Transporte Bosco; Juan Carlos Maurente, hasta que llegaría el tiempo de que muchas Fábricas comenzaron a usar sus propias empresas transportistas como “El Tiburón” de Luis Martínez que traía los cigarrillos y tabacos; o los propios camiones de Fleischmann.
En noviembre del año 1988, en la Criolla del Este, la Empresa festejó junto a su personal, autoridades, representantes capitalinos de diversas empresas y amigos, los 30 años como distribuidora y los 25 años que se cumplían ese mes de la representación de Cigarrillos Nevada.
En noviembre de 1995, abrió sucursal en el Balneario La Paloma, con local en la esquina de Urano y Júpiter, que era atendida por su nieta Rossana Verónica Bruno.
La Distribuidora de Francisco A. Bruno, tuvo a lo largo de sus más de 40 años muchos empleados, desde los cadetes hasta los vendedores, pasando por los administrativos, al hoy recordar algunos pasajes de esta Empresa rochense, no pueden faltar los nombres de quienes siendo todos muy jóvenes ya no están entre nosotros: Mario Santos, que tuvo toda una vida como vendedor y que fue uno de los paladines de la misma; José Conde, uno de los primeros vendedores en la ciudad; Pedro De León, Cabrerita y George Viega, tres de los muchachos de los “mandados”.
En este recordar de nombres los primeros vendedores fueron Darli García Silvera en Rocha y Miguel Cruz en Castillos; Sonia Rodríguez y “Charo” Silva las primeras administrativas; Sergio Chápore, Juancito Willebald y Juan Carlos Deliotti los primeros mensajeros.
Marino Arriola, Ángel “Cacho” Eguía, Carlitos González Moreira, Wilmer Silva Ledesma, Silvia De León; fueron por gran parte de la historia de Francisco A. Bruno Representaciones, pilares que secundaron la diaria labor de la empresa por muchos años.
También quienes estuvieron en los últimos tiempos como Daví Pereyra, José Illia, “Cococho” Cáceres merecen una mención.
La empresa Francisco A. Bruno S.A., en sus algo más de 40 años, tuvo de las buenas y de las otras, en el invierno del año 1994, el comercio fue robado y los maleantes además prendieron fuego, ardiendo gran parte de uno de los depósitos.
Fueron su esposa María Luisa Cedrés y su hijo Oscar, quienes estuvieron junto al fundador Francisco Bruno desde el comienzo e inclusive luego de fallecer éste en julio del año 1995 siguieron por un tiempo más con las representaciones.
La empresa Francisco A. Bruno S.A. Representaciones, cerró sus puertas el día 4 de mayo del año 1998, habiendo marcado un mojón importante en el diario vivir comercial del departamento de Rocha, siendo permanente colaboradora de todo el quehacer cotidiano de la zona, instituciones de servicio, escuelas, acontecimientos deportivos y sociales, y todo el que lo necesitó tuvo el apoyo de la Empresa y sus propietarios, incluida la prensa.
Desde el 58 hasta el final de sus días estuvo siempre al frente de “su” empresa, marcando un estilo y perfil propio, de un comerciante de las viejas escuelas rochenses de Don Victorio Forapagliero y Don Francisco Vázquez Curcho.
Falleció en la ciudad de Rocha a los 76 años, el 9 de julio del año 1996, en su domicilio de la Avda. Juan Zorrilla de San Martín No. 68.
La vida social de Francisco A. Bruno fue mucha y también muy variada, su militancia política la hizo siempre dentro del Partido Colorado, primero apoyando la candidatura de Julio María Sosa, luego en el Batllismo de el Diario El Día y su lista 14, donde ocupó cargos dentro de la conducción interna de la Agrupación por los Ideales de Batlle, alcanzando a integrar listas a la Junta Departamental en los primeros lugares.
Era un batllista de la vieja guardia, la de Don Pepe Batlle con su socialismo y su coqueteo anarquista.
Su pasión por el fútbol siempre fue muy grande, hincha fanático de Peñarol de Montevideo, desde su niñez, admiraba a Raúl Schiaffino, a Roque Gastón Máspoli, a Obdulio Jacinto Varela. Tenía un dicho, en toda actividad que él emprendía le gustaba ser como en el fútbol: “el Cinco” como Obdulio, el que mandaba y el que distribuía el juego.
En Rocha su equipo lo fue River Plate, en él fue dirigente por la década del cincuenta y sesenta, junto a grandes directivos de los decanos como Fabián González, Conrado Corbo, Sánchez Eguía, el “Gordo Pizza”, Byron González, Cando González, poniendo plata de su bolsillo y también su casa para alojar jugadores que por entonces venían de la vecina ciudad de Maldonado.
Participó activamente desde su puesto de cantinero del Rocha Atletic Club en las colectas para los Campeones del Este de fútbol del 55 y en la de recolección de fondo para que Javier Barrios concurriera a los Campeonatos Mundiales de Ciclismo de Italia.
En el básquebol local su preferencia fue por los rojos de La Estiva, el CADER, lo que le costó más de un dolor de cabeza, y también su trabajo como cantinero del Rocha Atletic, que no aceptaban que “su Cantinero” fuera hincha del equipo archi rival.
En su pasaje en el Rocha Atlétic, tuvo participación muy activa en la organización de Campeonatos de Tenis de Mesa Inter. clubes, donde participaban entre otros representantes de Peñarol, Nacional, Rocha Atletic, La Parroquia, Bancarios, el Club Obrero, deporte que por entonces se conocía como el Ping Pong. Trajo a los por entonces 6 veces campeones nacionales, que eran jugadores del Club Nacional de Fútbol de Montevideo, también fue el propulsor del partido más largo y por entonces record jugado por estas zonas, casi 24 horas consecutivas lo hicieron Juan San Martín Teliz y el profesor Walter Nieves.
Su actividad en el Club Deportivo Unión fue larga y muy importante, en colaboración con otros grandes dirigentes que tuvo la Institución de la calle Gral. Artigas, como Juan Carlos Maurente, Niver Benencio Terra, Miguel Ángel Casanyes, Juan Carlos González Moreira. Ocupó varios cargos dentro de la Directiva siendo Presidente, Vicepresidente, Vocal, etc. En su Presidencia fue cuando más se le dio impulso a la construcción del primer gimnasio cerrado que tuvo nuestra ciudad, dejándolo habilitado para el uso no solo de los socios sino que vino a llenar una necesidad que tenía toda la sociedad rochense de tener un local amplio y cerrado para todo tipo de espectáculos.
Durante varios años Presidente de la Comisión de Fiestas de Verano y Carnaval de la Intendencia Municipal de Rocha, en esta trabajó con otro grande del Carnaval como lo fue Alfredo Núñez Silvera, y Herley Quartino, Juan San Martín Teliz, Ramón Fernández entre otros, llevando las fiestas carnestolendas a todas las ciudades y pueblos de nuestro departamento y de Maldonado.
Fanático de la selección de fútbol de Rocha, la acompañó a todos los rincones del país donde los celestes jugaran. En auto, taxi, ómnibus, en excursiones, con amigos, con la familia, pero siempre junto a los representantes de nuestro fútbol, desde el cincuenta hasta que su salud se lo permitió.
Le quedó en el debe el haber ido a Italia, a la zona de donde provienen los Bruno que viven en nuestra ciudad y Maldonado, que es Salerno, viaje que siempre quiso realizar pero que por diversas circunstancias se fue postergando y nunca pudo realizar. Para él Italia y todo lo que estaba relacionado con el país de la “bota” lo atrapaba y emocionaba mucho.

Oscar A. Bruno Cedrés
Octubre/07

No hay comentarios:

Publicar un comentario