Escritor y periodista Julio Dornel
Han pasado 17 años de su desaparición física, y la sociedad fronteriza recuerda con cariño, tristeza y amargura la vida breve (47) de este chuiense que supo ganarse en un tránsito tan corto la consideración y el respeto de la sociedad fronteriza. Finalizaba el Año 1997 cuando el periodista Bernardo Pilatti, desde las páginas de EL FANAL, intentaba ofrecer la semblanza más aproximada sobre la personalidad de William: “Lo conocimos hace pocos años cuando su reconocida Casa William se encontraba en su anterior ubicación en la calle Guaraníes frente al Banco República. No conocimos la época en que formo una orquesta y salió a recorrer el departamento. Tampoco conocimos la época en que se arrimó al fútbol o a su querido Peñarol. No era necesario descender por la cuesta de los años para conocer al verdadero William. Fue siempre el mismo; tanto en el 83, en el 72 o en el 65. Siempre la misma bondad, siempre la misma sonrisa y el mismo afecto para sus amigos y conocidos. El crecimiento de su empresa fue producto natural de ese carisma que lo distinguió y lo hizo diferente. Todos sabíamos de su final irreversible. Todos de alguna manera estábamos preparados para recibir la noticia. Sin embargo el destino suele jugarnos una mala pasada. De todas maneras la población ha valorado su estatura de hombre de bien, de jefe de familia, de hijo y de amigo”. William había nacido el 13 de agosto de 1950, falleciendo el 29 de diciembre de 1997.
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