La reforma electoral de 1996 complica a los líderes nacionalistas
En épocas de elecciones, los líderes blancos no solo reciben demandas de sus votantes. También los dirigentes que los acompañan les reclaman que tengan cuidado al conformar las listas al Parlamento, ya que lo que puede ser la salvación de unos puede convertirse en la perdición de otros. Algunos de los que comienzan a sentirse inquietos a medida que se acercan las elecciones son los candidatos a diputado ya que temen que la apertura de varias listas al Senado les arruine la posibilidad de ser electos.
Tanto el entorno de Jorge Larrañaga (Futuro Nacional) como el de Luis Lacalle Pou (Todos) han recibido inquietudes de los parlamentarios del interior del país a los que la reforma electoral de 1996 les impide acumular por sublemas. Es decir, si existe una sola lista al Senado en todo el país, los diputados acumulan votos entre sí. En caso de que un grupo largue una o más nóminas al Senado, se dividen las fuerzas entre los candidatos a diputados que los apoyan.
Larrañaga tiene toda la intención de presentar una sola lista al Senado pero en el caso de Lacalle Pou la cuestión está más complicada y la reciente incorporación a sus filas de Sergio Abreu torna aún más compleja la confección de una sola lista al Senado.
En febrero de 2004, en un artículo publicado en El Observador, el politólogo Oscar Botinelli daba su opinión sobre la ingeniería electoral aprobada en la reforma del año 96: “La interpretación de la Corte Electoral, al impedir que una lista de candidatos a diputado figure en más de una hoja de votación, creó una restricción a la elección de senadores, restricción que no figura en el texto constitucional. En forma clara impide que varias listas de senadores concurran a la elección con una sola lista de candidatos a diputado. Obliga pues a dividir las candidaturas a diputado, exige que haya en un mismo departamento tantas candidaturas a diputados como listas senatoriales”.
Es decir, Larrañaga y Lacalle Pou no solo miden fuerzas en su postulación presidencial y en sus listas al Senado, sino que se repartirán los diputados que le pertenezcan al Partido Nacional, y tendrán más posibilidades de llevárselos aquellos que respeten el espíritu de la reforma constitucional.
Como ya fue dicho, Larrañaga envió el mensaje de que encabezará su lista al Senado y que el resto de los lugares dependerá de los votos que cada uno obtenga en los comicios internos, de sus dotes técnicos o de la confianza que le genera al candidato. Pero para Lacalle Pou, las cosas están más complicadas porque tiene a varios aspirantes para el Senado. Luis Alberto Heber, Gustavo Penadés, Javier García, José Carlos Cardoso y Juan Chiruchi además de la del propio Lacalle Pou, quieren lugares de privilegio en las listas. Asimismo, le debe guardar un lugar a una mujer para cumplir con la cuota femenina. En caso de ganar la interna, Lacalle Pou probablemente obtendrá cinco senadores; en caso de perderla, serán cuatro. Al menos, esas fueron las representaciones en la anterior elección. En cualquiera de los dos casos no hay lugar para todos los aspirantes. Además, el recién incorporado Sergio Abreu anunció que sacará su propia nómina al Senado. De cualquier forma, las principales decisiones acerca de la confección de las listas deberán aguardar a la resolución de las internas del 1º de junio.
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