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La nunca muerte es privilegio de pocos, se palpa en ese patio de ángeles con unas alas enormes el día en que uno puede desnacerse.
El escritor permanece en un estadio del tiempo, en una esquina de relojes inasibles pero poderosamente llenos de humedad y música de latir interminable.
La perpetuidad de las palabras vivas no tienen cien años de soledad y el coronel enciende los papeles del mundo en los cuales de manera sorprendente muchos que no lo vieron nunca, hoy le escriben.
¿Aureliano, llueven las mariposas amarillas, puede caminarse en la magia de tu mundo de vida irresistible?
Gabriel García Márquez no ha muerto, acaba de nacernos para siempre, nos reinventa como desde el día en que supo que había nacido para escribir y nunca pensó en hacer otra cosa que visitar el otro lado del espejo.
Todos los que amamos su literatura nos sentimos en un día como el jueves santo en que muriera Úrsula Iguarán extrañamente desgarrados, casi mudos, pero era el día de encendernos para llevar la vida del escritor que son sus palabras-puente por el mundo,combatientes sin duda alguna, implacables ante cualquier golpe del tiempo.
El Alzheimer castigó su su cerebro hasta el punto de no recordar que había sido el creador de una de las maravillas literarias del siglo XX, con sus hijos extraños de fantásticas maneras de caminar por el sueño
Llueve en Macondo, llueve, el misterio llueve en cada lugar olvidado del lenguaje que traduce a los hijos del insomnio desnudo y los despierta
Nos dejó muchas obras maestras, como la extensión de Cien años de soledad en muchos capítulos de realidad que aparenta ficción.
El mismo lo decía,” nada es verdaderamente ficticio, todo nace de realidades humanas”, entre ellos,” El coronel no tiene quien le escriba””,El funeral de la mamá grande”, “El general en su laberinto”, “Ojos de perro azul y otros cuentos”, “El otoño del patriarca”, “Memoria de mis putas tristes”, “Crónica de una muerte anunciada”, enormes destellos de una increíble lucidez que paradójicamente se extravió en los escondrijos de la memoria.
Decimos que fue el creador del realismo mágico que no es nada más que el realismo respirable en todos los lugares prodigiosos y desmesurados, en sus bondades y en sus tortuosidades de nuestra América Latina que tan magistralmente reflejaba en su obra. En sus novelas habían, golpistas, coroneles, latifundistas, especímenes callados, sonámbulos con extremo coraje putas melancólicas y tiernas, mujeres entregadas al cuidado de sus maridos descuidando los relojes de las venas, asesinos y víctimas que no podían escapar al destino que quien sabe que oráculo les tenía trazado.
El fue el ojo poderoso que nos contó como se escuchaban los golpes de las arterias en aquellos caminos deslumbrantes de los viajes humanos introspectivos mas fantásticos, no por eso menos reales
Un alfarero de cada una de sus creaciones literarias como el mismo decía,obras hechas con cuidado, lentitud, en varios laberintos y encrucijadas destrabando candados y palpando el oro de inimaginables telarañas,sufría en cada página que escribía para que otros obtuvieran placer de aquella dedicación intensa y bellamente productiva que nunca descuidó ética ni estética como corresponde a un gran artista.
Nosotros al leerlo lográbamos sentir casi a modo de susurro las historias mas trágicas y fantásticas, nacidas de la tragedia griega con aroma tropical.Cada página que nos legó huele a sangre, follaje, bosque, muerte, nacimiento, amor, olvido, encuentro y despedida
Era de esos escritores ante los cuales estallaba el lenguaje. Lograba mantener la tensión en su narrativa con frases largas muy cuidadas, para no romper jamás el ritmo de una música en pentagramas de ideas , maravillas, nacía en una palabra y en la última nos reconciliaba con la profunda vigilia que enciende las maravillas inexplicables para hacernos temblar salvajemente de libertad para soñarle.
Tiempo después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
Escritor colombiano que se durmió en México para que sus cenizas fueran aire, tierra y cielo, nos dejó el legado de su nunca muerte.
Altamente comprometido con la vida y el arte, gran periodista padre de otros muchísimos periodistas, enormísimo escritor, valiente, jugado, inimitable, con una ideología muy clara hoy nace definitivamente para siempre.
Aureliano está ahora seguramente finalmente descifrando sus pergaminos.
Gracias Gabo por la estirpe de la noche que ahuyenta nuestra mas profunda soledad.
Hasta pronto
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