viernes, 25 de abril de 2014
La buena fe de Irán Leopoldo Amondarain
Veíamos en informativos occidentales que habrían conversaciones entre Israel con Kuwait y Arabia Saudí para formar un frente común contra Irán. O sea cuando las aguas parecían aquietarse, siniestras intensiones afloran.
Hagamos historia: las conversaciones entre Irán y el Grupo G5+1 hace unos meses (EE.UU., Rusia, Reino Unido, China, Francia y Alemania) culminaron una década de prolongadas conversaciones sobre el programa nuclear persa. Recuérdese los problemas del enriquecimiento de uranio por parte de Irán, por el peligro imaginado por la U.S.A. e Israel fundamentalmente por la creación de bombas atómicas, mientras los persas aseguraban la sola utilidad industrial del uranio. El acuerdo Irán G5+1 detuvieron esas previsiones que afectaban particularmente a Israel. De allí las insistentes declaraciones de Natanhyu sobre el peligro nuclear, incluso la extinción de Irán como potencia atómica. Repasemos los últimos años nucleares de Irán: a partir del 2002 se negó la existencia de pruebas sobre desviaciones de actividades nucleares por parte de Irán. La Unión Europea (UE) y la U.S.A., con Israel atrás, rápidamente impusieron duras sanciones contra Irán, a los efectos de suspender esas presuntas actividades. Esto no solo no se cumplió sino que Irán como signatario de un tratado de no proliferación de armas nucleares, prosiguió con el programa bajo la plena sumisión de la Comisión de Energía Atómica. En setiembre de 2012, un año antes de las elecciones presidenciales, la U.S.A. y la UE volvieron a imponer más sanciones, que a confesión de parte de autoridades yanquis fueron de las más “duras” que podían pesar sobre un país. Inocultamente se pretendía mediante estos embargos, presionar al pueblo iraní, para que se acusara a la república persa de su intransigencia y negativa al diálogo, para enfrentarla con el sistema y autoridad de Teherán en los diálogos con el Grupo G5+1. A pesar de ello, los comicios se celebraron con una masiva participación. Un 72 % de las personas aptas para votar usó su derecho, algo que demostró que la presión e intrigas no funcionaban en el caso de Irán. Tanto fue que la unidad de la nación y su sistema a pesar de las presiones llevó al poder con perfiles basados en la moderación y la interacción con el mundo, a Hasan Rohani con una línea moderada. Tanto la UE con su política exterior, como Catherine Astor, como la Casa Blanca se expresaron sobre su disposición a dialogar con Irán. A tan solo 99 días después del advenimiento del nuevo gobierno de Rohani, surgieron rondas de diálogo en Nueva York y Ginebra, en la última que duró varios días ambas partes llegaron a un acuerdo inicial que duraría hasta seis meses prorrogables. Durante el semestre se deberían cumplir obligaciones de ambas partes. A) el Grupo G5+1 cesar el esfuerzo por reducir la compra de crudo de Irán, sin limitación alguna para los diversos clientes y el dinero bloqueado del mismo ingrese al país persa legítimamente como es de esperar. Respecto a los intercambios petroleros se suspenderán las sanciones de la UE y EE.UU. contra el seguro y los servicios de transporte. Incluye también la suspensión de las sanciones hacia las exportaciones iraníes petroquímica, oro y demás metales y el sector automotor persa. Inclúyase además piezas de repuesto por la seguridad de vuelos y aviones civiles de Irán y demás servicios. B) No aprobar más sanciones nucleares en el Consejo de Seguridad de la ONU, ni tampoco de la UE, y el de la U.S.A. contra Irán. Se establecerá un canal financiero para facilitar el comercio en asuntos humanitarios de Irán que permita solucionar las necesidades internas mediante sus ingresos petroleros en el exterior. Los intercambios de alimentos y agricultura, medicina y gastos médicos de pacientes en el exterior, abarcando determinados bancos extranjeros y entidades iraníes que no estén sancionadas. C) la mitad del uranio enriquecido al 20% se reservará en forma de óxido para el combustible del reactor de investigación de Teherán y el resto del uranio enriquecido al 5% para el uso habitual. Irán se compromete a no enriquecer el uranio a más del 5% durante los 6 meses. D) no habrá nuevos lugares de enriquecimiento. El programa de investigación y desarrollo continuará bajo supervisión así como las investigaciones y desarrollo del enriquecimiento de uranio.
Por supuesto ante esto reacciona Israel por lo inevitable de los hechos, o sea Irán cumple al pie de la letra con todas las condiciones que le exigen demostrando su buena fe. No se puede decir lo mismo de la U.S.A., ni del Reino Unido e Israel, por supuesto, estos quieren quedarse con el petróleo persa y no están de acuerdo. Inclúyase por razones políticas estratégicas algún país árabe, caso de Kuwait y Arabia Saudí, socios incondicionales de los imperialismos occidentales. De ahí esos acuerdos que se programan con Israel.
(Continuaremos)
Leopoldo Amondarain
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