domingo, 20 de abril de 2014

Los partidos pequeños


Cinco nuevas colectividades políticas competirán en el presente ciclo electoral: hay de izquierda, ecologistas y uno liderado por un empresario con ideas populistas



Cinco escudos nacionales, banderas patrias con flecos dorados y una pared cubierta con la imagen del prócer José Artigas en la puerta de la Ciudadela. Así se decora la sede del partido Unión Para el Cambio, más conocido como Partido Uruguayo. En el hall de entrada se ve una bandera del Partido Nacional y una bandera del Partido Colorado unidas con un estandarte del Partido Uruguayo en el medio.
Marcelo Fuentes es su candidato a la Presidencia. Tiene 53 años. Es empresario del rubro financiero-inmobiliario y tiene un estudio jurídico notarial contable. Es admirador de Domingo Perón y le “cae bien” Pedro Bordaberry, el candidato favorito en la interna colorada. Para él, Jorge Batlle fue un buen político y Pablo Mieres –candidato del Partido Independiente– “no existe”. Piensa que las figuras actuales buscan atornillarse a su sillón y ganar abultados sueldos. Según dijo a El Observador, todos los políticos “roban” y son “mentirosos”.
Fuentes no tiene antecedentes en la política y afirma: “Odié siempre la política. Yo no quiero ser político, quiero ser gobernante”.
La Corte Electoral habilitó para el actual ciclo electoral a cinco nuevos partidos políticos. Además del que conduce Fuentes, participarán Unidad Popular, Partido de los Trabajadores, Partido Ecologista Radical Intransigente y el Partido Unidos por Nuestras Riquezas Naturales.
Otros cinco intentaron cumplir con las exigencias de la corporación electoral, pero murieron en la orilla, como el Partido Pirata del Uruguay y el Partido Verde del Uruguay.
Adriana Raga, directora de la consultora Cifra, estima que ninguna de estas nuevas colectividades políticas va a alcanzar el piso de 1% de los votos en la elección nacional.
El líder de Unión Para el Cambio asegura que no es de derecha, ni de izquierda, ni del centro “inoperante”. Se etiqueta como “partido de tercera posición”, con inspiración en el peronismo. El Partido Uruguayo se identifica con la zamba Disculpe, una canción elogiada por la dictadura uruguaya de los años de 1970. De todos modos, Fuentes enfatiza: “¡En este partido no hay fachos! Incluso comités de base del Frente Amplio se han borrado completos y vienen acá”. No nombró ninguno en concreto.
Al analizar el programa de esta nueva colectividad aparecen propuestas claramente de izquierda, como la creación de un frigorífico nacional, y otras de ultraderecha, como aplicar una especie de cadena perpetua. Todas las ideas tienen un perfil populista muy marcado.
Gonzalo Abella, candidato a presidente por Unidad Popular, cree que la Unión Para el Cambio es “nazi”. “Esa gente tendría que estar presa (…). Pido cárcel para ellos”, dijo a El Observador. “Todos los partidos pequeños y los que votan anulado somos hermanos de intemperie (…), todos menos el partido nazi”, agregó. Unidad Popular agrupa diversos sectores que antes pertenecían al Frente Amplio y algunos nuevos, entre ellos, Asamblea Popular, Partido Humanista y algunos grupos bolcheviques y trotskistas. Abella quiere restaurar las viejas banderas de la izquierda. Admira a Fidel Castro y a Hugo Chávez. “Nos oponemos al Frente que se arrodilla frente a las multinacionales al igual que la derecha (…). Defendemos las ideas. Hoy los partidos mayoritarios, y también el Partido Independiente, no son partidos de ideas”.
Tanto Abella como Fuentes tienen esperanza de ganar una banca en el Parlamento.
El Partido Pirata del Uruguay ni siquiera buscó las firmas para ser reconocido por la Corte Electoral. “Para hacer un partido necesitas gente con tiempo y dinero”, aseguró Gustavo Azambuja a El Observador, uno de los impulsores del partido. “Queremos que los intermediarios y las editoriales no se adueñen de las obras (…). Más libertad para los creadores y para quienes reciben las obras”, dijo Azambuja. No tienen programa de gobierno ni ideología. “Las propuestas surgen después de que lleguemos al Parlamento”. Azambuja está convencido de que, cuando se presenten, van a obtener una banca.
El Partido Verde del Uruguay tampoco alcanzó las firmas exigidas por la Corte. Claudio Diz coordinó el surgimiento del partido a través de las redes sociales. Tienen un programa de gobierno y critican a los partidos que se basan en una sola consigna. Quieren “seguir la lucha”, dijo a El Observador. Diz es diseñador gráfico y afirma que no se podría dedicar full time al partido.
En la radio
El Partido Uruguayo presentó 4.600 firmas en la Corte Electoral, pero no se pudieron anotar con el nombre que querían. Tuvieron que recoger las firmas de nuevo. Llegaron a 2.600 bajo el lema Unión Para el Cambio. Fuentes se queja porque la Corte está manejada por los tres partidos grandes. “Les preocupa que entre un nuevo partido, y más que nosotros vamos contra la corrupción”. Según Fuentes, en caso de llegar al gobierno, llevará a la Justicia a los políticos de otros partidos.
Santiago Bernaola es el nuevo vocero del Partido Uruguayo. El expolicía y experiodista conduce el programa La otra opinión, un espacio contratado por el partido en Radio Carve. Allí hablan los principales referentes de la colectividad y la audiencia llama para expresar sus opiniones.
La mayoría de los oyentes se repiten día tras día y repudian al gobierno: “¿Por qué no se cae un avión con todos los integrantes del gobierno adentro, así hay una buena masacre como la de Malasia?”, preguntó un oyente en uno de los programas, semanas atrás. Susana Salvat tiene 59 años y se queja de la falta de valores, y culpa al gobierno. Pero confía, al menos, en el nuevo partido: “Mi política es muy color de rosa, pero voy a creer. ¡Tenemos que ser dueños de nosotros mismos!”.
Los más partidarios se despiden con la frase “¡Viva la patria!”. Cuando habla de blancos y colorados, Bernaola les dice: “Nuestros partidos”.
Fuentes dedica casi todo su tiempo a Unión Para el Cambio. A veces visita su empresa. Sus hijos le reclaman más tiempo con ellos, pero lo apoyan.
La campaña lo cansa, pero está entusiasmado. Tiene certeza que va a obtener más de 2% de los votos. Apoyará a los nacionalistas Jorge Larrañaga o a Luis Lacalle Pou en un balotaje con Tabaré Vázquez. Para 2019, tiene fe en que será presidente.

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