Don Pedro León Ventura y sus hijos Mario, Ilde, Adalberto, y su nieta Marina, junto a Ruben Leal y el niño Arnubio Rocha.
Mientras algunos lectores nos van recordando determinados temas, que de alguna manera contribuyeron al desarrollo de esta frontera, van surgiendo nombres, empresas y situaciones que se ganaron con todo derecho un lugar importante en la historia de esta ciudad. Una de nuestras materias pendientes está relacionada con una de las familias fundadoras y vinculadas desde el siglo pasado al quehacer comercial de este enclave fronterizo. Se trata de la familia Ventura con una tradición centenaria, confirmada por el primer documento
oficial emitido por la Junta Económica Administrativa de Rocha el 2 de febrero de 1888, donde se reconoce como integrante de la primera comisión fronteriza a León Pedro Ventura. A partir de ese momento esta familia y sus descendientes se fueron integrando a todas las actividades del norte rochense. Sin embargo el hecho más significativo que rodea el entorno familiar está relacionado con un presunto tesoro que todavía descansa en las bodegas de La Porteña, una embarcación hundida frente a las costas de La Coronilla. La zona marítima del departamento de Rocha ha representado un permanente peligro para las embarcaciones que surcan el atlántico a poca distancia de la costa existiendo en la actualidad un verdadero cementerio de barcos hundidos. Ofreciendo abundante documentación Mario Ventura nos revivió hace algunos años, una leyenda trasmitida de generación en generación y donde se mezclan situaciones insólitas con su cuota de realidad y fantasía. En diversas notas periodísticas realizadas a los descendientes de don León Ventura se ha confirmado la existencia de un importante cargamento de oro en las bodegas de una embarcación que todavía continúa hundida frente al balneario La Coronilla. Mario Ventura residente en esta ciudad ha señalado en reiteradas oportunidades que hace más de 100 años entre los restos de una embarcación que fuera adquirida por su abuelo se encontraría un importante cargamento de oro. De acuerdo a sus declaraciones los antepasados habrían adquirido el barco hundido en la subprefectura de La Paloma en la suma de 600 pesos, sin saber que en sus bodegas se encontraba el valioso cargamento. Aunque se manejan varias hipótesis, en principio se descartaría la posibilidad de que se tratara de una embarcación pirata atacada en alta mar y hundida finalmente en las costas rochenses. Durante muchos años los hermanos Ventura, han señalado que el “tema ha sido un secreto de familia, pero tenemos la documentación necesaria para probar la existencia y la propiedad de La Porteña.” Dijo además que “esta historia comenzó cuándo mi bisabuelo León Ventura, que tenía por aquella época un negocio de ramos generales, compró en forma documentad en la subprefectura de La Paloma, los derechos para desguazar una embarcación que había embicado en La Coronilla. Como la misma no se enterró totalmente en la arena, mi bisabuelo fue desguazando y vendiendo lo que podía recuperar. Sin embargo todo hace pensar que algo de la bodega fue recuperado porque mis familiares comenzaron a disponer de mucho dinero. “Mis padres- dijo Ventura- estaban convencidos de que se había secado todo lo que se pudo antes de que las arenas lo cubrieran totalmente y sin saber realmente lo que contenían sus bodegas. La imaginación levanta vuelo, mientras la familia Ventura va perdiendo las esperanzas de recuperar el tesoro enterrado bajo las arenas de la costa rochense.
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