Mareque y el Yaco, dos figuras
representativas del fútbol fronterizo, matizando la alegría del
carnaval con la inalterable condición de futbolistas. Descollando
con la casaca aurinegra o la selección, transitaron siempre por los
caminos del éxito, codeándose con el mejor fútbol del
departamento. Debutaron en los primeros “campitos” de la aldea,
con la esperanza de que algún dirigente los arrimara al equipo de
primera. También en esas canchas solían terminar algunos veteranos
vencidos por los años, con sus recuerdos de tiempos mejores. Por lo
general los partidos se jugaban por la mañana para no perjudicar el
campeonato de la Liga y poder observar a los “gurises” que
pretendían ganarse un ligar en el equipo “oficial” a taponazo
limpio. De esta manera llegaron a primera Mareque Selayaran y el Yaco
Decuadra, tras muchos años de picado callejero, en la Corea, famosa
canchita en territorio brasileño o en algún baldío de la
incipiente aldea. Las reservas, primera, y la selección, donde
masticaron con rabia el hambre de nuevos horizontes en algún cuadro
de la capital.
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