LA REPÚBLICA
De la Sota participó anoche en actos por Artigas
El
gobernador de la provincia argentina de Córdoba, José Manuel de la
Sota, calificó de “inoportuna” e “intransigente” y de ser similar a un
“parte de guerra” la decisión del gobierno del vecino país y la posición
de la Cancillería comandada por Héctor Timerman, sobre la autorización
de Uruguay a UPM para aumentar en 100.000 las toneladas de celulosa en
su planta de Fray Bentos.
En diálogo
con LA REPÚBLICA, el gobernador De la Sota apostó al entendimiento
bilateral o a los instrumentos que posee el Mercosur para saldar las
diferencias esgrimidas por Uruguay y Argentina con respecto al
emprendimiento fabril.“Los uruguayos y argentinos no nos merecemos un diferendo y no hay por qué tenerlo”, sostuvo, destacando que “acá en Uruguay hubo y hay una política de Estado que fue la forestal e indudablemente terminaba en un proceso industrial de la forestación”, consideró. Sostuvo que “Argentina eso lo supo desde siempre y si no lo hablaron antes, con el proceso ya avanzado, es muy difícil imponer condiciones a un país hermano y a un país vecino”.
En repetidas oportunidades durante la entrevista con este diario, el gobernador De la Sota subrayó que al gobierno presidido por Cristina Fernández “le quedan 540 días de gestión” y que la posición asumida hacia Uruguay “es inoportuna por generar este momento de tirantez”. Confesó haber tomado contacto con la carta emitida por la Cancillería del vecino país. “Yo leí el documento de la Cancillería argentina e indudablemente el canciller argentino (Héctor Timerman) no sabe quién es (el general José) Artigas, porque no puede dirigirse en la manera que lo ha hecho, en los términos que lo ha hecho. Parece un parte de combate”, evaluó.
Para el gobernador de la provincia de Córdoba, “acá hay dos pueblos hermanos que si bien pueden tener una diferencia respecto a un asentamiento industrial, este se debe resolver de una manera cordial y en el marco de los intereses de la patria ampliada que es el Mercosur (porque) no hay futuro si no estamos juntos. ¿Qué más necesitamos para darnos cuenta que el futuro es juntos?”, se preguntó.
Consultado al respecto, De la Sota entiende que el funcionamiento de la planta de UPM en el departamento de Río Negro “no divide a los argentinos”. Destacó que en su país, muchas provincias argentinas estaban esperando inversiones similares a la de UPM ex Botnia “porque también en muchas de ellas se tiene y se lleva adelante una política forestal. Lo que hay que buscar son las condiciones tecnológicas que eviten la contaminación ambiental y la mejor tecnología para preservar el medio ambiente, y después, mecanismos de controles que pueden ser binacionales o del mismo Mercosur. Lo fundamental es que en lo que se haga se respete el medio ambiente. Tampoco podemos estar en contra de un ecodesarrollo que utilice los recursos naturales que tenemos”.
De la Sota, que se perfila como uno de los más serios precandidatos a la presidencia de su país, sentenció que “no acepto posiciones divisionistas dentro de mi región, que es el Mercosur”. “La hermandad entre uruguayos y argentinos no puede lesionarse por intransigencias”, sostuvo, y consideró que le parece “ridículo e incomprensible que por tener un diferendo como el existente entre nuestros países, no hayamos podido tener la capacidad, fundamentalmente de parte de la Cancillería argentina, de sentarse a dialogar con las autoridades del Uruguay y resolver el tema”.
“Países están juntos”
El embajador uruguayo en Argentina, Guillermo Pomi, dijo a LA REPÚBLICA que como embajador el diálogo que mantiene con las autoridades del vecino país no es con la Cancillería sino con las más altas autoridades del gobierno.
Pomi consideró que la respuesta que Uruguay ha hecho a la carta de la Cancillería “fue muy concisa” y “políticamente muy concreta” y que el gobierno debe estar “absolutamente tranquilo” que se han cumplido todos los pasos y respetado todos los acuerdos bilaterales e internacionales. “Así seguiremos actuando con la misma coherencia y afán de integración”.
Aseguró que “estoy en consulta permanente” con el canciller Luis Almagro y con el gobierno uruguayo. “Acá hay un conflicto y un intercambio epistolar y pese a ello, los dos países siguen estando juntos”, consideró.
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