sábado, 7 de junio de 2014

La pantalla de Lacalle Pou Por Matías Rótulo

 ESA CAJA BOBA QUE NOS TRATA COMO IDIOTAS



¿Qué tiene Luis Lacalle Pou que no tiene ninguna otra estrella de televisión?: Poder. Los que trabajan en televisión tienen poder, pero Lacalle Pou tiene más porque es un político y ya gobierna desde la oposición y podría llegar a ser Presidente. Además ha utilizado con inteligencia a los medios de comunicación esta semana. Definitivamente es un hombre poderoso.

Por Matías Rótulo (en Semanario Voces 432)

Todos hablan de su renovación o su conservadurismo, de su simpatía o su falsedad, de su familia casta de gobierno tradicional y con sangre blanca, pero se olvidan de mencionar su poder vestido de inocencia. No es la misma inocencia llorona de Pedro. La inocencia, Luis la construye a partir de retórica de la humildad. Empezó presentándose como un segundón con esperanzas y ahora se posiciona en la cima del Cerrito (o del Edificio Malecón en Pocitos) y nos mira a todos aplaudiéndolo como focas. La televisión lo acompaña como una esclava desde el domingo y se somete a él mirándolo con una fingida neutralidad, especulando con la posibilidad de verlo en el sillón de la Torre Ejecutiva. Si Luis se sienta en ese sillón, los dueños de los canales se acomodarán también en alguna butaca de privilegio y alcahuetería, tal como lo han hecho sistemáticamente (Dictadura incluida) con todos los gobiernos.
¿Cómo demuestra Luis Lacalle Pou su inmenso poder? Con la palabra, la imagen, los votos y el respaldo de un partido político histórico (además cuenta con un enorme aparato de marketing y económico). La palabra es poder y cuando alguien le cede la palabra al otro, le permite hacer uso de ese poder. Piense en José Hernández dándole voz al gaucho desplazado y temido, representado en el matrero Martín Fierro: el gaucho tuvo poder. Desde el domingo, le dio la palabra al otro para que el otro (el periodista) le pregunte cosas tan banales como intrascendentes: su vida, su campaña, su éxito, y muy poco de su plan de gobierno. El domingo de noche, Luis Lacalle Pou le dio la palabra a Tabaré Vázquez y lo dejó hablar por televisión. No quería salir hasta que no terminara su competidor. El jovencito le dio poder (da poder quien lo tiene) al viejito y le cedió la palabra, y por más que el viejito anunció diez medidas de gobierno, el tono torpe, asustado, tembloroso, y descontracturado del joven Luis Lacalle Pou opacó al entrajado estadista. Luis Lacalle Pou tenía la posibilidad de empezar a hablar cuando hablaba Tabaré y ser ignorado por los canales de televisión. Entonces esperó, y tuvo su premio.
Desde el Frente Amplio se mordieron los labios viendo cómo la frutilla de la torta televisiva la ponía el poderoso blanco.

Él fue el protagonista de la noche desde el momento mismo en que las encuestadoras dieron como un vómito los resultados de los demás partidos y se demoraron entre quince y cuarenta minutos en dar los del Partido Nacional. Con los blancos dudaron, titubearon, le pusieron suspenso ¡Eso es tener poder Luis!
Tabaré habló y se fue a dormir o a sembrar rosas en el Prado. Luis Lacalle Pou, horas después de su discurso se fue vestido de lagaña (no de Larrañaga) a Telebuendía. El lunes se paseó por las radios, y más informativos. Lacalle Pou mostraba su cara triunfante, con el “aguante” y la resaca de la fiesta.
Mientras en la sede del Partido Nacional se escuchaba por televisión que uno gritaba “vamos a mamarnos” en el medio del discurso de Lacalle Pou, un grupito de señores bien conocidos por todos nosotros cantaban “Tabaré, Tabaré”, con el mismo tono de bienvenida al Papa Juan Pablo II en Tres Cruces, donde las fieles damas del club floral de alguna Iglesia entonaron al unísono “Juan Pablo segundo te quiere todo el mundo”.
Mis alumnos adolescentes de catorce años, días antes de la elección cantaban la canción de Lacalle Pou en el recreo. ¿No saben que ese que ven por televisión quiere juzgarlos como adultos en caso de cometer una falta? No, porque lo que vieron por televisión fue una canción pegadiza y a un hombre más cercano a ellos en edad que los otros señores adultos.
El lunes fui a la panadería y en la televisión estaba él. La panadera no me atendía porque estaba atenta escuchando lo que se decía. “¡Qué increíble que sea candidato!” me comentó y agregó “tuvo mejores propagandas que Tabaré”.


Nota: Siendo las 23:10 del martes 3 de junio pienso que el poder de este hombre es tal que no dejamos de escribir de él, inclusive yo. Repaso las notas que saldrán el jueves en Voces y casi todas hacen referencia directa o indirectamente a Luis Lacalle Pou. Desde la izquierda, en las redes sociales, no dicen nada sobre Tabaré, sólo recuerdan que Lacalle Pou tiene propuestas conservadoras y es hijo de... El retador paso a ser el retado: eso es tener poder.

4 comentarios:

  1. Yo estoy de acuerdo que a los jóvenes se nos trate como adultos, tengo 14 años y estoy de acuerdo con la baja de edad de imputabilidad.

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    1. Sr. anonimo: los jovenes o niños son solo eso "jovenes o niños", los adultos somos "adultos", no creo que ningun niño sea chorro por eleccion sino que las circunstancias de su vida lo llevan a eso, quizas tu tengas una familia integra que te enseño valores pero todos no tienen esa posibilidad.

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  2. Sr. anónimo. ¿Usted tiene 14 años y está escribiendo en blogs sobre proyectos de gobierno? Lo felicito. Usted tiene un próspero futuro por delante. Yo tengo 22 semanas de gestación y no estoy de acuerdo con el aborto legal.

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  3. aguante el frente vieja dejate k blanco ni blanco

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