domingo, 22 de junio de 2014

Los imperios en Lejano Oriente Leopoldo Amondarain



Nos informábamos en internet que los EE.UU. con el Reino Unido, Israel y los saudíes estaban formando movimientos de carácter terrorista, francamente - según ellos- tortuosos. Tenían precedentes con el “11S” entre otros, que fue acertado ya que les permitió una razón fundamental para atacar las naciones islámicas. (En los hechos se le dijo al general Wesley Clark que querían atacar a siete de ellas). Hoy se estaría formando el movimiento Tak siri-wahby que estaría recibiendo un gran aporte, especialmente de los EE.UU., que quiere nutrirlo armamentísticamente cosa fundamental para alimentar el Eje del Mal (USA, Israel, Arabia Saudita e Inglaterra) de manera de colocar sus excedentes armamentistas entre otras “menudencias”. Este invento tiene su riesgo, no es la primera vez que terminan mordiendo la mano que los ayuda y pueden darse vuelta en algún momento y terminar siendo enemigos. Muchos gobiernos occidentales se quejan de jóvenes que van a unirse a los terroristas sirios que asfixian con gas y torturan con garrotes a mujeres jóvenes. Un ejemplo es Irak donde los asesinos de este estado y el levante son la realidad más tremenda que puede producirse de esta clase de monstruo. Otro es el norte de Nigeria donde cientos de niñas se secuestran, violan y son vendidas como esclavas por Boko Haram (200 víctimas conocidas y desaparecidas). ¡Salta a la vista que alguien tiene que financiar esta atrocidad de Boko Haram! ¿Quién lo creó? ¿Quién lo financia? No olvidar que la pobreza es paupérrima y en esa zona más del 60% de la población vive con menos de dos dólares por día. Se han tomado videos de Boko Haram (incluso publicados en la prensa) con vehículos blindados. ¿Cómo consiguieron el dinero? Incluso ¿quién le suministra la artillería, armas largas y los blindados? Este tipo de elementos no llueven como el Maná de los cielos, era y es el Eje del Mal, según ellos. Y su clave a entender del Tak siri-wahby es interrogarse quién inventó la motivación sicológica que dice a los jóvenes que es legal matar a cualquiera menos a ellos mismos. ¿Quién avala conductas tan denigrantes que justifica la monstruosidad de todo lo que hacen, que no sólo es real sino que tiene la santificación de Alá? Según ellos el mundo sabe la respuesta: son los saudíes, apoyados por el imperio yanqui, inglés e israelita. En Baréin por otra parte, los saudíes andan detrás de las torturas y muertes que mantiene el régimen criminal de Al Jalifa, que utilizan hasta escuadrones de la muerte para aterrorizar a sus ciudadanos que sólo quieren un poco de paz y democracia. Por esos lares han sido los ingleses sus principales actores. Sin perjuicio de ello también EE.UU. y asociados han tenido que enfrentarse en los hechos a que millones de sirios fueran a votar en forma masiva para mantener al presidente Asad, quien era tildado de asesino y torturador de su pueblo en forma inoculta. Sin olvidar el movimiento Hezbolá que “pintorescamente” tampoco se le tilda como una organización terrorista por el secretario de estado norteamericano John Kerry, quien tendrá que empezar a admitir que su política exterior es hoy completamente contradictoria sin lógica y obviamente sin moral, supongo que Kerry, de ser cierto, tendrá que reconocer que el monstruo está fuera de control. Como resultado de todo esto ¿dónde está la solución? Por lo pronto es poco o nada lo que se puede hacer dado que es parte integral de la existencia del estado saudí y el régimen que mantiene su control. Claro si todo esto que nos dice internet y que acá periodísticamente se ignora intencionalmente, (la prensa informativa la domina la CNN) que además nos muestra una Siria tiránica y absolutamente cruel, en los hechos y esto sí es concreto el gobierno de Asad acaba de ganar una elección libre, aceptada hasta por los mismos imperios, donde el 73% de la ciudadanía concurrió a las urnas libremente, el equivalente a 10.319.723 votos por mantener el mismo régimen, un hecho que ni la CNN y toda la prensa cipaya osa mencionar. La oposición en Siria llevó un candidato con un 4,3% y el otro un 3,2%. Más aplastante triunfo de Asad no se le puede pedir, lo que avala su legítimo gobierno. Es obvio que de seguir esta situación el régimen de Arabia Saudita debería caer, para que la ciudadanía de esa sufrida nación amanezca con una sociedad verdaderamente democrática y moderna. El régimen saudita centro del Eje del Mal y sostenido por los imperios muy pronto debería convertirse en un derrocamiento indispensable.
Leopoldo Amondarain
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