Hace tres años que se denunció la
situación existente en ASSE y los manejos irregulares de Alfredo
Silva. En aquella oportunidad se presentó una solicitud en el
Parlamento para constituir una Comisión Investigadora y el partido
de gobierno se abroqueló bloqueando la iniciativa y usando su
mayoría absoluta para impedir cualquier investigación.
Tres años después, durante los
cuales este conjunto de funcionarios y sindicalistas corruptos
seguramente siguieron robándole plata al país, la Justicia
determinó que efectivamente lo denunciado en el Parlamento era
cierto y como consecuencia de tales investigaciones judiciales, el
Director de ASSE en representación de los trabajadores junto a otras
nueve personas (funcionarios y empresarios) fueron procesados.
Conjunción del interés público con el interés privado y cohecho
fueron los hechos delictivos imputados a estas personas.
Gravísima situación. Se esperan
nuevas actuaciones para determinar el alcance de lo ocurrido.
Pero digamos las cosas como son. El
gobierno entero es responsable por omisión y obstrucción de lo
ocurrido y de la continuidad de esta situación por tanto tiempo.
En efecto, toda la bancada
parlamentaria del Frente Amplio impidió que se investigara en el
Parlamento. No hubo un solo legislador, de ninguno de los sectores
del Frente Amplio que apoyara la constitución de una Comisión
Investigadora en el Parlamento.
Pero también el Poder Ejecutivo y el
resto del Directorio de ASSE dejaron hacer, miraron para el costado,
hicieron “la vista gorda” y no frenaron el accionar de estos
malos funcionarios. Cuesta creer que nada se supiera al respecto. En
todo caso hay responsabilidad por omisión.
Justamente, este caso deja al
descubierto nuevamente los efectos negativos de un ejercicio abusivo
de la mayoría absoluta en el Parlamento. Desde que el Frente Amplio
obtuvo la mayoría absoluta impidió que se investigara cualquier
asunto por más evidente que fuera.
Así pasó con ASSE y así pasó con
PLUNA. En los dos casos los fallos judiciales posteriores demostraron
que los pedidos para la constitución de una Comisión Investigadora
eran pertinentes y necesarios.
Muchas pérdidas para el país se
hubieran ahorrado si el Parlamento hubiera iniciado una
investigación, tres años atrás. Pero no. El Frente Amplio prefirió
bloquear ese camino y defender contra toda evidencia todo y a todos
los que integran el gobierno. Ahora se les cae la estantería encima
y ninguno puede desvincularse de la responsabilidad política, porque
todos y cada uno de los legisladores del gobierno votaron para
impedir toda investigación.
Pero este episodio también pone en
discusión la participación corporativa en la conducción
gubernamental. Nuestro diputado, Daniel Radío, presentó un proyecto
de ley hace ya más de dos años para excluir a los representantes
sociales del Directorio de ASSE. Estamos en contra de corporativizar
la conducción gubernamental, pueden participar con voz y asesorando,
pero no es correcto que los representantes de corporaciones tengan
parte en la conducción de la gestión de organismos públicos que
ejecutan políticas estatales.
La confusión de roles es muy mala
para el gobierno y para la propia organización social. Es
indiscutible que el jerarca de ASSE ahora procesado, además de los
manejos de sobrefacturación de servicios, también incurrió en
abusos promoviendo a sus “compañeros” del sindicato y
persiguiendo a aquellos que, con independencia de sus méritos, no
integraban su organización.
Es imprescindible deslindar funciones
y tareas. Los sindicatos son esenciales para el funcionamiento
democrático y tienen que hacer valer su voz y sus demandas, pero no
deben cogobernar, porque no representan intereses generales, sino
reivindicaciones particulares que deben ser articuladas por el
gobierno que debe ponerse por encima de esos intereses particulares,
para garantizar el interés general.
Este episodio de una gravedad
inusitada, pone en evidencia una vez más la relevancia e importancia
de nuestra convocatoria a la ciudadanía para que no otorgue mayorías
absolutas a un partido. La ciudadanía sabe que es necesario poner
límites a un partido que se ha mareado en el ejercicio del poder.
El pronunciamiento ciudadano de
octubre debe generar las condiciones para que se produzca un nuevo
tiempo político. Con independencia de quien obtenga la Presidencia,
lo verdaderamente importante es que no cuente con mayoría
parlamentaria propia. De este modo, comenzará un tiempo político de
diálogo, acuerdos y coincidencias puesto que el presidente electo,
sea del partido que sea, deberá buscar acuerdos políticos amplios y
plurales.
En ese esquema el fortalecimiento del
Partido Independiente es fundamental porque somos el único partido
que puede servir de “puente” entre las dos mitades. El partido
que puede brindar la gobernabilidad y asegurar el control desde el
Parlamento al nuevo gobierno.
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