Los conflictos armados entre Israel
y los países árabes, ya toman cuerpo interminable. El intento
altruista y humano de la Iglesia Católica con su Papa Francisco, de
reunir en el Vaticano a las cabezas de las principales iglesias del
mundo buscando la paz al conflicto, no obstante la aprobación de
“tirios y troyanos”, al primer intento de socavar la iniciativa,
sea del lado que sea, sufrió un deterioro definitivo. Tres muertos
jóvenes judíos más el desquite del asesinato de un joven
palestino, más el incineramiento de otro y alguna víctima más, dio
por liquidado el buen intento. Hubo más iniciativas, la de John
Kerry anteriormente, la última de Egipto, en las cuales Turquía y
Qatar, se afiliaban a la misma, esa duró poco menos que horas esto,
claro está, sin perjuicio de la cantidad de intentos de paz que hubo
desde hace años. Para que haya intento de paz viable tiene que haber
intencionalidad real pacifista que es obvio, no la hay. Los hechos
marcan que por encima de los aspectos humanos o religiosos pesan
mucho más, aunque sea irracional, los intereses materiales,
incluyendo el petróleo es obvio. El oro negro es fundamental para
las potencias imperiales occidentales lo mismo que el poder material
económico y político de los directamente vinculados. Lo que hace
que haya una parte muy fuerte con una diferencia muy marcada y
notoria a favor de una de ellas, se observa que en todo el conflicto
hasta ahora, siempre aparece la sombra del imperio mayor: EE.UU.,
respaldando a los israelitas. No se puede pensar que haya quien se
pueda enfrentar a todo el poder militar, económico y político
yanqui y menos los países árabes, nadie bélicamente puede hacerlo.
O sea cada vez, que algún enfrentamiento toma cuerpo a favor de los
países árabes interviene el peso del imperio. Es muy heroico lo de
Palestina, también lo de Irak, Irán y cualquier otra nación árabe,
pero el resultado futuro siempre acaba siendo el mismo. En el 2008,
la siniestra y criminal operación “Plomo fundido” tuvo una
duración de 22 días con un resultado de 13 judíos muertos y 1.700
árabes arrasados, no da ni para comentarlo, la diferencia es obvio
que es abusiva. Últimamente hubo otro “pilar defensivo” donde
murieron 6 judíos y 170 palestinos. Un poquito mejor, pero la
disparidad sigue y seguirá siendo la misma. No es el caso de
retirarse para que no sigan matando gente. En última instancia los
países del Golfo Pérsico están luchando por su patria, por su
territorio, por los millones de ciudadanos que tienen a su cargo y de
sus hijos que quieren una patria libre y soberana que ocupan desde
milenios y que nunca abandonaron el lugar. Tienen derecho a sus
dunas, con su petróleo, sus aceitunas y sus dátiles incluidos. Son
razones incuestionables que a los imperios no les conviene aceptar en
aras del poder económico. Hoy mismo los informativos están dando
que si bien Hamás lanzó 740 cohetes contra Israel, en estos pocos
días que se lleva de enfrentamiento, 220 víctimas palestinas yacen
en defensa de su patria. Se está recurriendo incluso para evitar
mayores males, supongo que tocando la humanidad de una de las partes,
a poner en la zona de Gaza encima de sus casas a civiles,
particularmente niños, para evitar los bombardeos. Un llamado de
piedad absolutamente infructuoso. A Wall Street y a sus dueños les
importa un rábano los niños árabes. La crueldad materialista, o
sea el vil metal, o sea las 30 monedas, no tiene conciencia. Se habla
de otro intento de Obama con la intencionalidad publicitaria
mundialista de buscar una piadosa paz, a quien defiende su familia,
su patria, su sangre y su historia es difícil forzarle la voluntad.
Ese conflicto lamentablemente se terminaría si se agotara el
petróleo en la zona, ya lo hemos dicho alguna vez. Nadie
razonablemente recurre a guerras de exterminio por lugares tan
inhóspitos que sólo se adaptan a la convivencia de los naturales.
Intentos de paz van a seguir habiendo, el de Francisco fue el último
desinteresado y humanístico, obligó a las partes a disfrazarse por
un ratito para no revelar su siniestra conciencia, pero a la máquina
calculadora de la muerte y sus resultados económicos no le llegaron
ni por cerca. Seguirán habiendo criaturas muertas, como las 4
criaturas masacradas con las bombas que cayeron en una plaza pública
recientemente, en el territorio de Gaza, la mayor de ellas tenía
cinco años. Quien dio la orden de apretar el botón del misil, hoy
capaz que está festejando el éxito de su “puntería”. No hay
otra salida más allá del agotamiento del oro negro, ya dicho, o el
exterminio de una de las partes, que es lo que se está buscando.
Leopoldo
Amondarain
C.I.
950.556-0
Tel:
099 626 573
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