Nuestro Partido Nacional y por
inspiración específica del propio candidato Luis Lacalle, cambió
el estilo de confrontación electoral con las demás fuerzas. Se
alegó, y creo que con acierto, abandonar la oposición violenta o
demasiado radical. La “ciudadanía desaprueba los enfrentamientos
violentos”, se alega. Y eso también es cierto. El Partido sufrió
durante muchos años consecuencias que fueron nefastas, por esa
costumbre de que todo lo opuesto era malo y sólo nosotros teníamos
razón. Y eso también se decía, e incluso dentro de la propia
colectividad, supimos sufrir consecuencias. La división entre
blancos independientes y herreristas duró mucho más de una década
discutiendo ácidamente las diferentes posiciones. El día de la
elección del ‘58 que se logró juntar y hacer un solo haz del
partido, se ganó después de 93 años. Y la realidad fue que
posteriormente, en situaciones similares cuando se juntaban, ganaban.
Se pueden dar sobrados ejemplos de que, evidentemente, no queda muy
constructivo que en las discusiones hasta el hartazgo, en cosas que
no son trascendentes, simplemente, para ahondar discrepancias, la
gente lo apoye. Y cuando nos juntamos siempre fue mejor, sin duda. O
sea, si lo que se quiere es la original idea de Julio María sobre
las familias ideológicas, juntando para futuros comicios
municipales, no empujen lo que tradicionalmente tenemos, sobre todo
los blancos, que es la división absoluta con el Partido Colorado.
Pedro, Bordaberry al fin, nada tiene que ver con el Partido Blanco y
aceptar un debate sería transformarlo en una batalla campal. En este
momento hay que ganar las elecciones que parece un hecho, tiempo
habrá después de triunfar, para discrepar ácidamente como ha sido
costumbre de su Partido con nosotros. Hacer hoy un debate con Luis
Lacalle sería una “pierna” al Frente y a Tabaré. En política,
decía un filósofo de ese negocio don Eduardo Víctor Haedo, “se
puede hacer de todo menos ser idiotas. Los idiotas pierden por
idiotas”. Esa contienda propuesta por don Pedro “suena” como
una pérdida de tiempo. Comparto absolutamente con Luis Lacalle el
ignorar esa intencionalidad de Pedrito. Sí estaría de acuerdo si
fuera un debate general, todos debatiendo con todos. O sea,
exponiendo el “pellejo” en forma general. Los debates son
indudablemente buenos, siempre que se mantengan identidades. En el
mejor de los casos la ciudadanía se está expidiendo a favor de Luis
Lacalle y del Partido Nacional y don Pedro “no corre”.
Leopoldo
Amondarain
C.I.
950.556-0
Tel:
099 626 573
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