sábado, 10 de enero de 2015

JORGE RIAL, MARCELO TINELLI, LA NIÑA LOLY. 2.015.LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO. Por Julio Dornel.

Escritor y periodista Julio Dornel


Estamos transitando las primeras horas del nuevo año y la página en blanco se nos presenta como un desafío de final incierto, con la seguridad de que solo lograremos reflexiones intranscendentes.  Mientras por un lado apelamos a la resignación y nos vamos acostumbrando a sobrevivir, algunos colegas se revelan ante los cambios que estamos enfrentando y señalan su discrepancia ante una “pérdida de valores” jamás imaginada. Es posible que todo tenga un límite,  y que lo difícil es saber cuándo llegamos. Para orientarnos un poco donde quedan esos límites, la televisión nos viene mostrando algunos programas que al margen de batir todos los record,  nos enfrenta a una realidad muy cercana a la que vivimos actualmente.
Hombres y mujeres luchando diariamente por la sobrevivencia, mantenerse en la casa del gran hermano, en una competición  cuyo objetivo final  está relacionado con la fama y el dinero.  También en esa competencia de la vida es la propia sociedad que va eliminando a los integrantes menos capacitados (según ellos)  para vencer las dificultades que se van presentando diariamente. Todo esto nos hace pensar que existe cierta vinculación entre el programa periodístico y la realidad que vive actualmente la población. Señalaba un conocido periodista radial que “ es la naturaleza humana haciendo lo posible para no ser nominada y permanecer algún tiempo en sociedad. Pese a ser un programa de bajos valores, sirve para que podamos reflexionar sobre algunas cosas que suelen pasar inadvertidas  y que solo valoramos cuándo se pierden. Se puede comprobar además la fragilidad humana de los participantes que es también la nuestra, demostrándonos que se puede vivir sin celular, sin auto, sin televisión, sin amigos ni  familiares, apelando solamente a las relaciones humanas de un grupo de personas desconocidas.
La  recompensa es el dinero y la popularidad para quienes participan y vencen las distintas pruebas que se van presentando semanalmente. Hay que señalar y respetar el derecho que tienen los televidentes para asistir a una programación, lo que tampoco nos quita el derecho de rechazar lo que para muchos está considerado solamente como escenas de sexo y mal gusto. Tampoco podemos negar que se trata de un nuevo fenómeno de la televisión con diversos nombres que van desde el Gran Hermano, Factor Miedo, Sobreviviente, El Bar y otros semejantes donde los participantes son sometidos en algunas oportunidades a peligrosas pruebas  de sobre vivencia para ganar mucho dinero y pocos minutos de notoriedad. Sin embargo como la  mayoría gusta de estos  programas, aumentando considerablemente el “rating” las emisoras no se preocupan por las críticas que vienen recibiendo por parte de un sector minoritario de televidentes.

 Los tiempos han cambiado.
 Nadie duda de que debemos aprender a vivir con las dificultades. Los tiempos han cambiado y debemos acompañar estos cambios de la mejor manera y añorar a la distancia otras  épocas que no volverán. Alguien nos señalaba que en la actualidad se conversa poco. En otras épocas  se jugaba al futbol, al truco, al golfo familiar,  al ajedrez, a la escoba  o al “puntiño”.  En otras épocas se contaban cuentos, chistes y hasta se organizaban  campamentos para pescar o cazar. En otras épocas el tiempo sobraba para tomar vacaciones  y disfrutar de la licencia  con amigos y familiares. En otras épocas la gente se reía, cantaba, bailaba y hasta le sobraban algunas horas para  visitar a los vecinos.  En la actualidad todo pasa demasiado rápido. Ya estamos nuevamente ante una nueva temporada veraniega que también terminará enseguida.
En otras épocas la temporada de playa duraba tres meses. Decimos esto porque la población de esta frontera nunca quiso imaginarse la línea divisoria al otro día de la temporada. Pensamos que los años con estas temporadas tan cambiantes están abusando de la felicidad de la población. De todas maneras no adelanta llorar. Debemos reconocer que la historia no se repetirá  y que Chuy ya no será  el mismo del 60, del 70  o del 80. En primer término debemos aprender a vivir con las dificultades sin bajar los brazos. También hemos notado que la crisis suele alterar el espíritu colectivo con reacciones  que en otras circunstancias se hubieran limitado a clarificar los problemas mediante el dialogo y la tolerancia.
La convivencia en sociedad no debería  alterarse con declaraciones agresivas que en algunas oportunidades pueden motivar reacciones  que dejen traslucir  un síntoma de violencia que puedan escapar al control de la población en su conjunto por el efecto multiplicador  que las mismas puedan tener. Como consecuencia de la crisis económica que mencionamos  y los problemas que esta genera en los hogares fronterizos, es posible que haya faltado serenidad y comprensión por parte de algunos actores que por su representatividad deberían evitar estos enfrentamientos , aún reconociendo la razón que puedan haber tenido en algunas circunstancias.

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