Escritor y periodista Julio Dornel
Poco importa que el 1º de marzo fuera declarado feriado nacional, por el cambio de nuestro presidente. Los vecinos de esta frontera, representados por varias generaciones tenían un motivo extra para festejar: ese mismo día pero del año 1930 había nacido en La ciudad de Castillos la maestra Milka Prieto. Los avatares del magisterio la trajeron a Chuy 1954, tras haber pasado por las escuelas rurales de Maturrango y Las Sierras. Quiso el destino que también un 1º de marzo del 55 se casara con Wilkins Machado, funcionario aduanero procedente de la ciudad Melo. Durante 30 años alternó en las escuelas 28 y 88, cerrando su ciclo educativo en el liceo local dictando clases de Idioma Español. Tres décadas consecutivas dedicadas a la enseñanza están demostrando sin magnificar el tiempo transcurrido, que la docencia suele ir más allá de la vocación, convirtiéndose en un proyecto de vida compartido diariamente con los alumnos. Con motivo de su aniversario nos hemos encontrado con algunos mensajes de amigos, familiares y ex alumnos testimoniando su eterno agradecimiento por la labor educativa desarrollada durante treinta años en distintas escuelas del departamento. Vivía en el centro de la aldea, en una calle muy corta, de tierra y sin nombre donde era muy fácil identificar a los vecinos; la farmacia de Bernardo, Campito, la Junta Local, el escribano Arimón, el Dr. Campos Ross, Amadita, Julio Corbo y el Dr. Aristimuño. Allí estaba su reducto cultural, junto a sus hijos Marcela, Rocío, Tabare y el inolvidable Wilkins. Pasan los años y por distintas razones, los hijos partieron en busca de nuevos horizontes. Como no podía ser de otra manera tenía que conocer los nietos que nacían en el norte y comenzó a devorar distancias con viajes reiterados. En el 2000 se radica definitivamente en Chicago, pero manteniendo en orden, el regreso sin fecha marcada. En la actualidad se encuentra en Montevideo por problemas de salud, que viene enfrentando con la entereza y el valor que ha puesto de manifiesto en sus 85 años. Nos resulta imposible reproducir correos y mensajes de familiares, amigos, colegas y ex alumnos, por lo cual queremos deteneros solamente en dos: Maestra Susana Rocha:”Guardamos hermosos recuerdos de su presencia en esta ciudad. Buena maestra, excelente persona, conductora de una linda familia y buena vecina de la aldea inicial. Sin ninguna duda, una MUJER para recordar”. Por su parte el maestro Félix Flugel, ex alumno y colega señalaba que “corría el año 1965. Cursábamos 3er. Año del Plan Piloto en el liceo de Chuy. Las clases se dictaban en el turno vespertino en el salón Nº 5. Ese año hubo varios ingresos, renovándose no solo el alumnado, sino también en parte el grupo de profesores. Entre los nuevos profesores estaba Milka Prieto, conocida por ser la señora de Wilkins Machado, pero más aún por referencias de mi madre, de quien es familiar directo. Como maestra titulada se le había presentado la oportunidad de dictar clases de Geografía en Educación Secundaria. Como la asignatura era una de nuestras preferidas disfrutamos de un año pleno. A ello se sumaba la personalidad de Milka, capaz de crear un clima de trabajo apropiado, en un grupo difícil desde el punto de vista disciplinario. Con voz pausada guiaba el aprendizaje, poniendo los límites que a esa edad eran muy necesarios. En cierta ocasión estaba tomando unos apuntes de geografía, que nada tenían que ver con la temática de clase, siendo advertido de buena manera por mi querida profesora: “No se puede atender dos cosas al mismo tiempo”. Caí en el error de “desafiar” a la docente afirmando que yo podía copiar aquellos datos y seguir el tema de clase. Bueno yo te doy cinco minutos para que sigas sacando estos apuntes y después expliques lo que estamos tratando en clase. Aquella respuesta no la esperaba y las consecuencias de mi acción menos. Cinco minutos después había logrado copiar algunos renglones de aquel libro que tanto me fascinaba, pero no fui capaz de captar la idea medular de la clase de ese día. Pedimos disculpa a nuestra profesora, reconociendo el valor de su observación y ya no volvimos a distraernos en clase. Quiso la vida que años después desempeñando tareas docentes en el mismo liceo, tuvimos algunos de sus hijos como alumnos. Eso posibilito conocer a Milka como madre, preocupada por sus aprendizajes y ofreciendo siempre un apoyo generoso al colega que se iniciaba en la profesión. A través de los años la imagen de Milka se proyecta nítidamente en nuestra memoria. La recordamos por su bondad y su generosidad, y porque su siembra en el surco de la vida, nos ha dado el más hermoso de los frutos: la gratitud…
Distintas etapas en la vida Milka: Junto a Tabaré en Chicago y emotivas evocaciones junto al monumento a Leonardo Olivera, con Alejandro, Marcela, MaIKA, Rocío y Tabare. En el otro registro con Rocío y Tabare.
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