En el Día del Abuelo, la psicóloga Fanny Berger habló con Montevideo Portal sobre esta etapa de la vida, que describió como de gran sensibilidad y amor. "Es una etapa muy rica para poder cerrar asuntos que nos quedaron pendientes", comentó.
Fanny Berger es psicóloga con una amplia
trayectoria en trabajo terapéutico tanto con niños como con adultos. En
2013 publicó el libro Ser abuelo hoy, en el que analiza esa etapa de la vida que denomina la abuelez.
Con motivo de la celebración este 19 de junio del Día del Abuelo,
Montevideo Portal dialogó con Berger sobre los roles que desempeñan los
abuelos en la actualidad y cómo deberían relacionarse con sus hijos
(yernos o nueras) y sus nietos.
"Miro la abuelez como un
disparador que enciende varios circuitos: uno es la relación entre los
abuelos y los nietos, otro con el hijo del abuelo hoy transformado en
padre y el tercer circuito es el propio abuelo cuando fue hijo y nieto",
explicó.
"La abuelez es una época de gran
sensibilidad, que sirve para cerrar asuntos inconclusos. Yo soy
gestáltica y en Gestalt uno de los conceptos es que en la vida nos van
quedando asuntos inconclusos que podemos cerrar con actitudes, ya sea en
lo afectivo, en lo familiar, en lo profesional en lo deportivo. Como
padres siempre decimos '¡ay, por qué no hice...', 'por qué dije...'
cuando criamos a los hijos, entonces, esta hipersensibilidad que despierta la abuelez es una etapa muy rica para poder cerrar asuntos que nos quedaron pendientes", agregó.
En
opinión de la profesional, los abuelos cumplen dos funciones
importantes. La primera, como encargado de transmitir el relato
familiar, "para que el niño sienta el sentido de pertenencia, se sienta
bien con él mismo y pueda transitar la vida con objetivos". La segunda,
como transmisor de valores "positivos".
"Asistimos a la
presencia de valores negativos, que son pensamientos que guían acciones
que pueden dañar a otros. El abuelo puede ser un gran transmisor de
valores positivos, en estos momentos donde no estamos muy seguros de qué
es lo que vale y lo que no vale, que estamos en un período de
transición. El abuelo, por haber sido criado en una época de valores
positivos, y de familia nuclear, puede transmitirlos a los nietos,
cuando los padres están ocupados en la subsistencia, en criarlos y
trabajar", comentó Berger.
La psicóloga lamentó que se considere al abuelo como un "niñero". "En todo caso es un niñero de lujo, es más que un niñero. Es una pena tener a un abuelo de niñero. Es un transmisor de valor y de la historia familiar. Está bien que dé una mano, porque son sus nietos", dijo.
"Lo
que siempre digo es que los abuelos tienen que ayudar a que los padres
ocupen su rol de la mejor manera posible. Siempre el primer paso es
ayudar a que mi hijo, mi nuera o mi yerno puedan desempeñarse mejor.
Ahora, no tenemos que competir con los padres, hay que ayudarlos a que
se desempeñen mejor. El tema es que tienen que ver cómo, cuándo y dónde
emiten sus juicios", apuntó.
En este sentido, Berger recordó la
importancia de que los abuelos no desvaloricen el rol de padre o madre
ante el niño. "Hay que ser muy cuidadoso. Uno puede ver cosas, por la
experiencia: el abuelo estuvo ahí hace unos años, entonces no es lo
mismo ser una madre joven con ciertos objetivos en la vida que una
abuela que ya vivió unos cuantos años y crió hijos. Vos tenés derecho a
opinar y a poder decir: 'la actitud mejor para mi nieto sería esta',
pero nunca transmitírselo a los nietos. Lo que a los nietos les importa es ver adultos que se traten bien.
Esto, que parece tan simple, en los hechos no lo es, porque a veces uno
está dolido, se siente mal y opina, y no se da cuenta de que
desvaloriza al padre o la madre y eso los nietos lo sufren", reflexionó.
Por último, consultada sobre el sentimiento que generan los
abuelos hacia sus nietos, Berger lo describió como una "fuente
inagotable de amor".
"Cada vez que en terapia un nieto recuerda o habla del abuelo se le enciende el rostro por el cariño y el amor. Son
figuras importantísimas, en ausencia o presencia de los padres. Son
fuentes inagotables de amor. He visto que, tanto niños como adultos,
cuando están contando un relato y llega el turno de hablar de un abuelo o
una abuela, se les encienden los ojos. Son fuentes de mucho amor",
concluyó.
Montevideo Portal
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