En
el escenario en que se debaten las diferentes representaciones de la
“realidad”, ya es poco probable reconocerse en la misma como actor pues
uno se convirtió en espectador del drama de este milenio que presenta la
apertura de un abismo entre quienes piensan que viven y quienes dictan
sobre el mundo, o piensan actuar sobre él.
Abismo
donde se precipitan, con el éxito que es conocido, todos los
funcionarios políticos corporacionistas, que manipulan sobre la
geografía este
planeta, destilando en sus discursos reciclados, un tufillo de
intolerancia a quienes intentan poner en juego valores fuera de los que
ellos protegen en nombre ¿del entendimiento y las buenas costumbres?,
ante la mirada mansa de una comunidad de naciones, que asiste mansamente
a su exterminio, como seres en acto de elegir y expresarse en libertad.
El
presidente Obama, en ejemplo puntual y estricto de lo que manifiesto,
hace unos días dijo que la razón del liderazgo de su país es “su
disposición a actuar en nombre de la dignidad humana. El apoyo de
Estados Unidos a la democracia y los derechos humanos va más allá del
idealismo, es un asunto de seguridad nacional”, agregando a este absurdo
discurso: “que debido a los esfuerzos de Estados Unidos, debido a la
diplomacia de Estados Unidos y la ayuda al exterior, así como al
sacrificio de nuestros militares, más gente vive hoy con gobiernos
elegidos, más que en ningún otro momento de la historia humana”.
Irak,
un país devastado, destruida toda la infraestructura sanitaria,
educativa y de salud, con más de un millón y medio de muertos, 4
millones y medio de refugiados, 5 millones de huérfanos, más de 8
millones que requieren de ayuda humanitaria, con 75 por ciento de la
población que no dispone de agua potable y sumido en el caos de una
guerra confesional propiciada por la potencia ocupante.
Bien,
ante el atroz ejemplo de Irak, al que puedo sumar el del complot hacia
Grecia... el intento de avasallar la libertad de naciones como Ucrania,
Siria, Libia... pienso que en el pasado dominaba el dogmatismo de la
lucha de clases, hoy las simuladas gesticulaciones humanitarias,
carnales y sexuales, que con ¿certeza? eliminaron la fractura social, o
aliviaron el “repentino e insoportable malestar del mundo”, con la
instalación de naciones funcionales al imperio en territorios que se
autodeterminaban como naciones libres, con sus milenarias tradiciones y
culturas, hoy inexistentes, eliminadas de la faz de la tierra, ¿hay
alguna duda? …Justificando estos genocidios, las sucesivas y siempre
perentorias “opiniones”, con que nos abruman los artículos periodísticos
y publicitarios, de las corporaciones económicas de los medios del poder.
Y
he aquí, el momento culminante, en el que debo advertir “la sumisión de
lo evidente”. Sumisión, que deviene en un pensamiento libre, al que no
le interesa mucho influir en las masas ansiosas, hipnotizadas y
prostituidas, ante toda la basura no biodegradable, incluidos corrupción
de la FIFA, que actúan en las redes sociales y medios de publicidad,
haciendo nido en un inconsciente, que se disparará en un instante y por
siempre, hacia un porvenir difuso, ahistórico, como el poder político
neoliberal lo imaginó y efectivizó.
La
democracia, recuerden, no es una sistema de consenso. Es un sistema en
el que cada uno tiene el derecho de expresarse desde sí mismo, por sí
mismo y a elegir, acorde a sus inclinaciones y capacidades. Cada uno es
el realizador de sí mismo, y punto.
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