jueves, 28 de enero de 2016

“LONDON PARÍS” Y LA ESCUELA 28. Por Julio Dornel

                 Escritor y periodista Julio Dornel

                

En forma sorpresiva como suceden las cosas inesperadas, un hecho fortuito nos permite hoy valorar la importancia de Internet cuando logramos utilizar sus canales para facilitar la información y complementar de alguna manera estas evocaciones.
Carlos Arce, periodista y “amigo desconocido” radicado desde hace varios años en Porto Alegre publicó en sus crónicas semanales los recuerdos de otro uruguayo radicado en Canadá, sobre su infancia montevideana y de alguna manera su vinculación con el London París.
Roberto Sanguinetti que así se llama este compatriota señalaba en la publicación aludida que “Es increíble que el ser humano guarde tantas cosas en su cerebro y en un instante, basta que alguien haga un gesto, diga una palabra, un comentario, para que se amontonen en nuestra mente viejos recuerdos que los recomienzas a vivir, a soñar, a disfrutar!!!
Mi madre fue costurera del London París por muchos años. En su vieja Singer confeccionaba pantalones de mujer para las cuatro estaciones del año, clásicos, de vestir, deportivos etc. Aproximadamente cada dos semanas mi madre hacía la entrega de lo confeccionado  y le volvían a dar otros dos fardos de telas cortadas.” El contacto entre Chuy y Canadá fue inmediato quedando pendiente las evocaciones de una tía de Roberto que también trabajó en el London y que vive actualmente en Montevideo. Sin embargo era impostergable ordenar los recuerdos y ofrecer un adelanto puesto que el tema para la crónica surgía automáticamente y por varios motivos.
En primer término darle luz verde a los recuerdos y evocar los años de la escuela Nº 28 cuándo los cuadernos TABARE, los lápices, las gomas y las hojas perforadas con las imágenes de Artigas o el desembarco de los Treinta y Tres, eran encargadas por correo a una dirección muy montevideana: LONDON PARIS S.A.  18 de Julio y Río Negro.
 Para evocar al London debemos clasificar detenidamente los recuerdos apilados en la mente para disfrutarlos con un dejo de nostalgia “chacarera”, que pueden ser triviales para quienes no vivieron las etapas de ese pasado irrepetible y sin duplicado.
Todo había comenzado en 1890 cuando una compañía de seguros (The Standard Life) encomendó la construcción de un majestuoso edificio en la céntrica esquina. Pasan los años y allá por 1908 don Pedro Casteres resuelve instalar una tienda distinta a las ya existentes en Montevideo y exige para ello la planta baja de este edificio.
La ciudad contaba por aquellos años con una población estimada en los 320000 habitantes, mientras que los principales acontecimientos de la época se habían centralizado en la inauguración del Hospital de Niños, la facultad de Medicina y el Hospital Militar.    
Crónicas de prensa nos recuerdan que en aquel año se iba para siempre  en Italia el amigo de los niños Edmundo de Amicis y el Río de la Plata desaparecía Jorge Newbery con su globo "Pampero”. También en 1908 surgía a la vida comercial del Uruguay el LONDON PARIS y en 1914 editó su primer catálogo con el “último grito de la moda” y una excelente encuadernación. Estos catálogos representaban un capítulo al margen, salían dos por año y eran enviados más de 60.000 ejemplares al interior del país y lo más anecdótico es que los precios de los artículos se mantenían hasta que se editara el próximo número que era enviado a sus clientes sin costo alguno. Este catalogo fue siempre una publicación apreciada y esperada por todo el país para realizar los pedidos por correo.
Cabe señalar además que el LONDON PARIS nunca tuvo  agencias ni sucursales en ningún punto del territorio nacional, el catálogo se enviaba gratis y su sistema de ventas establecía que si la mercadería recibida no era del agrado del comprador, se podía devolver o cambiarla por otra.

"NOS VEMOS EN EL LONDON"

En la década del 50 la empresa llegó a tener más de 1400 funcionarios y trabajar en la misma significaba por aquellos años, recorrer un camino de muchas posibilidades y de progreso personal. Cuándo viajábamos desde Cebollatí a Montevideo (una vez por año) en los camiones del “capataz Moreno” no podíamos dejar de visitar el “LONDON” y recorrer sus instalaciones, lo que significaba en aquellos años juveniles una aventura inolvidable.
Evocamos también su majestuoso edificio que nos deslumbraba en los primeros viajes a la capital y para no perder a nuestros ocasionales compañeros sentenciábamos al separarnos: “nos vemos en el London”. Como no recordar también los VIERNES ESPECIALES con extraordinarios descuentos y una multitud se hacía presente para comprar de todo. Cuando se entraba al LONDON teníamos la sensación de haber entrado en un mundo diferente del comercio montevideano, orgullo de esa ciudad y donde se podía observar una tendencia nueva en materia de comercialización. Hoy todo es historia que sirve para recordar a esta empresa que se mantuvo 58 años marcando rumbos en el comercio montevideano y desarrollando una actividad que lo llevó a convertirse en uno de los capítulos imborrables de aquel Montevideo. El LONDON PARIS cerró sus puertas en el año 1966. Nuestro agradecimiento a Carlos Arce (Porto Alegre) y Roberto Sanguinetti (Canadá) por el material aportado.

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