Hace algunas horas,
quiérase o no, el fútbol uruguayo nos ha mostrado la otra cara de
un deporte convertido en “pasión de multitudes” por las
conquistas logradas en un siglo de existencia. El enfrentamiento a
balazos entre parciales de Nacional y Peñarol, culminó con la
muerte de un joven de 19 años, en elocuente demostración de que la
violencia, el odio y el fanatismo siguen vigentes en el ámbito
deportivo. La información periodística señala que “ un joven de
19 años vistiendo la camiseta de Nacional fue ejecutado con un
disparo que le impactó en la zona torácica”. Hace algunas décadas
pensábamos que estos casos de extrema violencia estaban limitados
fundamentalmente a los estadios de Inglaterra y en menor grado a
otros escenarios europeos. El periodista brasileño Sergio Da Costa
Franco, analizaba en su momento, la violencia que recorría los
estadios ingleses cuando los famosos hooligans (barra brava)
recorrían los estadios sembrando el terror entre los aficionados.
“Bicho extraño y
singular el hombre, –dijo Franco- la noticia viene de Inglaterra,
país de alto nivel de civilización, de instrucción popular, de
democracia política y de equilibrio social. Sin embargo diariamente
son investigados por la policía los promotores de conflictos y
agresiones violentas en los estadios de fútbol, lo que demuestra la
existencia de militantes de la violencia gratuita, vinculados a
determinados grupos clandestinos. Se puede observar en la televisión
el instrumental medieval utilizado por los nuevos bárbaros. Pelotas
de hierro con cadenas para ser usadas como instrumento contundente,
dagas y puñales, que los monstruos preparaban para llevar a Méjico
en la copa del mundo. Hay ideologías con explicación para todos los
fenómenos sociales e individuales. Pero hay momentos en que los
razonamientos lógicos se desmoralizan, la psicología se desmorona,
la antropología y la sociología entran en pánico. Qué intereses
podría llevar a estos fascistas a reclutar militantes para promover
violencia entre las hinchadas que asistían a un partido de fútbol.
Sabemos que las ideologías totalitarias tienen razones que la razón
desconoce”. Debemos señalar que no solamente Europa soportaba la
violencia en sus campos de juego. La Copa Libertadores de América,
vivía tiempos violentos, sospechas de doping, invasión a sus
estadios y presiones generalizadas en todos los frentes.
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