jueves, 24 de marzo de 2016
Los Excesos Marzo 2016 De pensamiento De palabra De actos Luis E. Pini
Cuando nos enfrentamos a las acciones de otros, nuestro pensamiento reacciona con la instrumentación que hemos adquirido consciente o inconscientemente a lo largo de la vida.
Sin considerar el bagaje emocional y el bagaje genético, donde la información ha sido gravada convenientemente, instrumentándonos evolutivamente hacia una mayor consciencia y una mayor evolución individual.
En nuestra vida consciente, tenemos instrumentos afectivos que nos proporcionan un estado de bienestar o de incomodidad, en función de aquella mayor evolución individual.
Descubrir nuestra razón de vida y acordar en nuestro interior, una vez descubierta, es el camino que nos queda por recorrer en la concreción de nuestra función y al hacerlo logramos la felicidad.
Esto en estados de reflexión que nos debemos brindar a nosotros mismos, cada “un tiempo”, que estará marcado por la necesidad interior de hacerlo y “ver” cuan cerca de ese camino instrumental, hemos estado y cómo, cuándo y dónde, hemos estado dormidos, distraídos o avasallados por las circunstancias externas, sin consciencia de nosotros mismos y sin el poder que nos pertenece como entidades creadoras.
Es evidente por otra parte la interdependencia como seres humanos, de otros seres humanos, lo que parecería no sabemos o queremos reconocer.
Los motivos de este no reconocimiento, están en la falta de reflexión, individualizadora e identitaria, como ser único y a la vez ser uno en todo, al menos en lo que al mundo sutil se refiere, al mundo de la energía en la que tenemos la vida o la “experiencia de vida”.
La distorsión de nuestra individualidad se lleva a cabo por la educación, por el ejemplo de otros que nos rodean y “enseñan” hasta lo que no quieren enseñarnos. De ahí la responsabilidad personal de querer o no, hacerlo consciente en nuestro sistema Sico-biológico.
Por otra parte la distorsión, generada por un entorno egoísta, por interés o dominio, de poder, de acumulación indebida, por medios cada vez más sofisticados y engañosos, nos ponen en una situación de violencia y distracción permanente, que nos hace que seamos espontáneamente reaccionarios.
Esta reacción, supone a su vez una confrontación con un número de circunstancias y personas, que cumplen un rol tan inconsciente de que lo ejercen, como nosotros ignoramos los verdaderos responsables de la situación.
Convirtiéndonos entonces en investigadores, aviesos, alertas y sistematizadores de nuestras experiencias y las posibles causas, es de primordial importancia.
Los tiempos parecen apremiar soluciones, así que cuanto más pronto nos pongamos en camino, mayores probabilidades de sobrevivir tendremos. Sí sobrevivir.
La distorsión es energética, la distorsión es del sistema y los responsables de su manejo, aún sabiendo que tenemos el poder de inclinar la balanza desde nuestra exclusiva individualidad, conscientes de pertenecer a un grupo social, en un país determinado, en un continente particular, en un mundo llamado tierra, que pertenece a un sistema solar, entre muchos sistemas solares, de una galaxia, La Vía Láctea, entre muchos miles de galaxias y cúmulos de galaxias, también por no se sabe cuánto.
El saber y estudiar, el preguntar y conversar estas cosas, debería ser materia cotidiana en todos los hogares y en muchos ámbitos educativos, sin miedos a paradigmas de perfección y/o responsabilidad, aunque obviamente se deba procurar demostrar y sistematizar, simplemente la advertencia “esto está en estudio”, o “tomémonos la libertad de abrir el espectro de otras posibilidades” y ver desde dónde y a dónde queremos o podríamos llegar con ello.
Luego vendrán las instrumentaciones, más concretas y necesarias, conocer la historia, la filosofía, la matemática, (sabiendo que nuestra capacidad perceptiva y de análisis intelectual, tanto nuestra como la de los que estudian y transmiten es limitada y el sistema procura que siga siendo limitada, para poder dormirnos, hipnotizarnos, condicionarnos para que realicemos sus aspiraciones, no las nuestras, que nos hemos ganado con creces a lo largo de la historia evolutiva, como humanos) y otras materias imprescindible para una sana comprensión de las ideas y las relaciones, de las cosas y de nosotros mismos.
Conocer la ciencia en general y en particular introducirnos en la filosofía, la espiritualidad de la que somos parte, aún sin saberlo o ser conscientes de ello, en el arte que nos instrumenta (o debería y más su ejercicio) en esas miles de formas de generar instrumentos perceptivos diversos y amplios cada vez.
Entender los mecanismos de dominación políticos, económicos, culturales, informativos y formativos, para un mundo que (hoy) no es, ni siquiera para el 1% de los humanos. Es de primordial importancia para un salto, que estamos intentando dar en cada milenio y como parte de un ser vivo que también evoluciona y nos alberga.
Paralelamente a todo ello siempre atentos a nuestro sistema biológico, a nuestra salud mental, nuestro equilibrio psico-físico, a nuestra felicidad y evolución más elevada, que es la fuente de nuestra energía de vida, cuanto menos egoísta, más salud y fortaleza.
¡¡Basta de guerras, prepotencia, explotación y daño a un otro diferente, sea individuo o pueblos, diferente!!
No lo somos tanto como para que no podamos reconocernos como tales.
Salimos todos de una ingeniería genética, que hoy nos pertenece y debemos asumirla como tal y únicamente nuestra, con la consciencia de ser, en un mundo o universo mucho mayor.
Me queda por comprender el par de opuestos, generadores de movimiento, de vida y más y también de confrontación y por tanto de muerte o pérdida y cambio.
TENGO LA SENSACIÓN QUE NO QUEDA CLARO EL OBJETIVO DE ESTAS REFLEXIONES, PIDO DISCULPAS POR ELLO. Sin embargo los invito a pensar en sus vidas y cuanto coincide o discrepa con estas ideas, a lo mejor nos ayudamos en avanzar hacia nuestra mejor felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario