domingo, 17 de abril de 2016

“Elite global de miserables” Eduardo Sanguinetti, filósofo



Todo lo que viene aconteciendo, en este mundo violentamente banal, me lleva a meditar en comunidades temerosas de su ser y estar en un tiempo, donde el capitalismo jamás dejó de imponer su criterio, de degradación, farsa y sojuzgamiento… Panama Papers, un tema para tratar de manera muy puntual, en cuanto al por qué y para qué de toda esta porquería de sociedades, fraguadas en sombras… conformadas por políticos, gobernantes, farándula, deportistas, putas, proxenetas y toda la fauna que conforma, lo que tan a gusto, los medios informantes y esclavos del infecto sistema, denominan “personajes de elite”, siendo solo, miserables de su propia avaricia y brutalidad.
Relaciono este tema de Panama Papers, con el indiscutido avance de la ciencia, en estas décadas, que generó una grieta de dimensiones gigantescas, de quienes, en conocimiento y a favor de las corporaciones fantasmas, aplican la “inteligentzia” a las comunidades, que, sin poseer los elementos indispensables para poder refutar la manipulación, día a día, caen derrotados en un estado de impotencia y tristeza, ante la evidencia de ser esclavizados, desde todos los frentes.
La biología, la neurobiología y la psicología aplicada, adquiridas, por el “sistema” se solazan del conocimiento avanzado del ser humano: físicamente como psicológicamente. El sistema neoliberal, en este caso, ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Deviene pensar, meditando con huellas, que, el sistema ejerce un enorme control y poder sobre los individuos, incluso mayor que el de los individuos sobre sí mismos… ¿trágico?, ¿dramático el estado de las cosas?, creo que deberíamos preocuparnos un tanto, sin dar espacio a confrontaciones estériles entre ideologías, hoy carentes de significado real, y paso a paso, desandar hasta el origen de todo este estado demencial, en que se debaten las comunidades.
Basta como muestra hacer un análisis mínimo del estado de las cosas en la aldea global, donde todo está articulado de tal manera que la espontaneidad y la naturalidad de nuestros actos son condenados y penados con el exilio y el silencio de quien actúa como aventador de “lo que vendrá”, atreviéndose a decir la palabra que las hipócritas y oportunistas corporaciones mediáticas de la derecha liberal silencian y excluyen del acontecer.
Estamos en situación de riesgo extremo, pues quien puede dudar que estamos siendo invadidos y sometidos, con peones del ajedrez planetario. Del mismo modo, como lo son los presidentes, tan
funcionales a imperios y sus alfiles… siempre dispuestos a servir al invasor, instancia que en nuestra historia se replica hasta el hartazgo… la denominada justicia y sus mandaderos acompañan vilmente y siniestramente, toda la destrucción que se está llevando a cabo de nuestras identidades, destrucción de la voluntad de simplemente permanecer en paz y armonía, solidarizándonos con quienes lo precisan ahora-aquí-ya… pero no!, prohibido ser solidario, fraterno y asimilarse a la igualdad, como modo de convivencia, para de ese modo hacer frente al enemigo, que ya está entre nosotros.
Los “papeles de Panamá”, de un inapreciable valor para conocer cómo la “elite global de farsantes, delincuentes, corruptos y demás detritus”, evade el pago de impuestos y blanquea su dinero, son la “punta del iceberg” de la guerra que mantienen distintas fuerzas económicas para hacerse con el control del nuevo orden mundial que se está gestando hace tiempo.
Por otra parte, portales estadounidenses críticos con la Administración Obama afirman que la empresa Mossack-Fonseca está dirigida por el hijo de un ex oficial nazi de la Waffen SS que trabajó para la CIA después de la guerra y fue enviado a Sudamérica al igual que miles de nazis en la operación “línea de ratas”, organizada por Allen Dulles, creador y primer director de la CIA, para combatir el comunismo.
Todo lo que he manifestado, me lleva a afirmar que para preveer el futuro, que es el hoy que estamos transitando, hubiera sido trascendente, entender el pasado, sin engaños, como pretendieron y pretenden, inculcarnos los gobernantes, que sin dudas, por cobardía, oportunismo o vocación de esclavos, serviles al poder imperial, desdibujaron nuestra historia y los destinos de millones de seres, que apostaron por la libertad y la verdad… los pueblos, como el argentino, sigue apostando a estos principios, sigue marchando, por una existencia digna, sin parásitos fraudulentos que decidan sobre sus vidas… no olvidemos que la perpetuación de la obra de William Shakespeare, reside en que logró tratar de manera magnífica, todas las grandezas y miserias del ser humano, con una audiencia de siglos que no se agota…

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