domingo, 23 de octubre de 2016

UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS. Por Julio Dornel.



Las fotografías que suelen utilizarse para ilustrar algunas notas, sirven por lo general para complementar  situaciones y reconocer personas, aumentando la nostalgia como lo señalan diariamente los propios lectores. Nunca pretendemos transitar por el ridículo, mostrando  situaciones que pudieran molestar  a sus amigos o familiares. Respetamos los gestos y la vestimenta de los mayores que puede contradecirse con el último grito de la moda actual. Es fácil advertir en las fotografías, que el mundo infantil se mostraba feliz con sus trajes marineros, mientras los mayores  simulaban una entrada “triunfal” cuando ingresaban al club social exhibiendo trajes encargados por correo al London Paris en la ciudad de Montevideo. Por ese motivo las fotografías utilizadas en estos casos tienen la finalidad de recordar a los vecinos, recuperando de alguna manera la identidad perdida y la fisonomía olvidada o maltratada por el paso de los años. Todo esto es normal, porque tampoco podemos detenernos en el pasado y olvidar a los vecinos que apuntalaron el desarrollo social, cultural o deportivo de este enclave fronterizo. La nota fotográfica que adjuntamos nos muestra la alegría contagiarte de los hermanos Muller (Carlos y Teddy), Rosario Decuadra, ¿? y en primera fila sin saber qué hacer con las manos: Roberto Laborda,  José Lirio Fernández, Mauricio Fernández, “Chumbito”  Da Terra y Susana Laborda. (1968). Hijos  de Chuy-Chui que acunaron sueños juveniles transitando distintos caminos para lograr el desarrollo personal y colectivo de ambos municipios. Quienes garabateamos recuerdos tenemos la obligación de recoger imágenes, con la sana intención de reconocer el esfuerzo que realizaron en su momento para lograr metas y cumplir utopías que por aquellos años parecían lejanas.

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