En mi barrio hay una plaza de deportes. Tiene un enorme gimnasio donde se practican todo tipo de disciplinas. Hasta tiene piscina, aunque funciona solamente de noviembre a marzo porque todavía no se ha podido climatizar y menos cercar para utilizarla durante todo el año. La plaza es muy concurrida porque además es accesible para un vecindario compuesto por gente trabajadora, en su mayoría. La gigantesca fachada del gimnasio fue pintada con escenas alusivas al deporte, como es natural. El trabajo se encargó a algunos artistas que realizaron una obra prolija y decorosa. La natación está representada por una persona, sin rostro, que “bracea” sobre el agua, para las bochas se eligió a dos personas con aspectos de adultos mayores, también sin rostros definidos. Hay escenas de basquetball y las de boxeo y fútbol tienen dos particularidades. Para el boxeo eligieron a Muhammad Alí (Cassius Clay), “tirando” golpes con un rival imaginario y para el fútbol un jugador inglés, con la camiseta de su equipo, la marca comercial que es “sponsor” de ese equipo y luce en el pecho y hasta la marca de la prenda deportiva que aparece cerca del hombro izquierdo. Y que también es parte del negocio comercial del fútbol. Una vez se me ocurrió preguntarle a gente que tiene cierta responsabilidad en el funcionamiento de la plaza, quien y porqué se eligieron esas imágenes, habiendo tantos deportistas nacionales que podrían haber sido elegidos como modelos. Capaz que el negocio comercial y el derecho de imagen significa alguna traba, Pero en ese caso se podría elegir, por ejemplo, un futbolista con camiseta celeste y sin rostro o rostro indefinido, como hicieron con la natación y las bochas. Nadie me supo responder y hasta ahora, agosto del 2024, allí están las imágenes decorando la fachada del gimnasio. La última vez que estuve en La Paloma (Rocha) comprobé nuevamente que en un muro, cerca de un predio histórico del balneario, seguían las imágenes, pintadas (parece que hace mucho tiempo, porque ya están muy desgastadas) con alusiones a la condición de ciudad atlántica. No recuerdo bien pero creo que hay algún barquito y algunos animales de la fauna marina. Pero lo que me llama poderosamente la atención es que las únicas dos figuras humanas que aparecen son las de Marilyn Monroe y Elvis Presley. Usted dirá. Y todo esto que tiene que ver con los grandes problemas que enfrenta la humanidad en estos tiempos. Claro, son cosas “casi” insignificantes. Pero revelan algo que es como un cáncer de nuestras sociedades. Revelan el grado de colonialismo al que hemos sido sometidos históricamente. Y es aquí donde estos ejemplos tienen relación con nuestra vida cotidiana actual. Ese colonialismo solapado, que nos contrabandean sin que nos demos cuenta, se aplica con creciente y perfeccionada habilidad, en otros órdenes de nuestras vidas. No crea que las informaciones que recibimos a diario a través de los medios de difusión, sobre todo internacionales, son inocentes y siempre veraces. Prácticamente todos los temas que circulan por los grandes medios y llegan a usted están contaminadas por esa mentalidad colonial, que a lo único que contribuye es a perpetuar determinado estilo de vida. Seguramente quienes optaron por pintar la fachada del gimnasio con Alí y un futbolista inglés y quienes decidieron pintar un muro de La Paloma con Marilyn y Elvis Presley no tuvieron mala intención. Quiero creer que simplemente no se dieron cuenta. Y, como en otros tantos casos que existen en el resto del país, dejaron pasar la oportunidad de darle un lugar a otros símbolos más representativos. Modificando ese muro de La Paloma y repintando la fachada del gimnasio no se va a solucionar este tema. Pero deberemos ir rompiendo con esos códigos invisibles que nos penetran hasta los cromosomas. Y los asimilamos sin darnos cuenta.
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