Era tiempo en que no había ecografías, por lo que Mabelí Romero se enteró al nacer que su hijo Diego tenía espina bífida y que debería vivir por siempre con esa enfermedad.
Al poco tiempo se separaron con el marido. Había sido destituida del Casmu durante la dictadura y al retorno de la democracia no la restituyeron porque ella debía atender a su hijo.
Luego Mabelí tuvo cáncer que un día se fue y otro volvió.
Diego empezó a trabajar en un ministerio por un programa de inclusión. Tenía que tomar dos ómnibus y caminar ocho cuadras, para ir y volver.
El trabajo fue una pesadilla para él.
Mabelí Romero escribió una novela en la que está su historia. Se llama Poder decirlo
En charla con Hay otra historia Mabelí Romero cuenta parte de lo que están viviendo hace casi cincuenta años.
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