lunes, 23 de junio de 2025

SOBRE USTEDES Y NOSOTROS CARLOS CASTILLOS/ Junio de 2025



Todo lo que sucede fuera de la frontera de cada país, generalmente llega a nosotros a través de los medios de difusión y las redes sociales. A veces, hasta dentro del propio país hay dificultades para acceder a los hechos.

Tomando entonces como referencia lo que publican los medios, impresos o electrónicos, puede verse que los temas son recurrentes. La macroeconomía, las disputas políticas, los conflictos mundiales o regionales, lo que en Uruguay se le llama “noticias policiales” (accidentes, robos, narcotráfico, inseguridad en general).

Y cuando aparece algún espacio sobre economía, suele referirse, al menos en Uruguay, a la cotización de las monedas, la venta de automóviles, cifras genéricas sobre empleo y desempleo y poca cosa más.

Lo que ha ido desapareciendo de los medios ha sido los problemas cotidianos de la gente. Si usted accede a un medio argentino, en este momento, verá que la noticia predominante es que Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidenta fue condenada recientemente por la Justicia de su país.

En Paraguay, los medios de mayor circulación son “francotiradores” contra el gobierno o a favor del gobierno. Y cualquier noticia sirve para alimentar esa forma indisimulada de hacer periodismo.

Brasil no sale mucho de esa norma, aunque es un país mucho más grande y con realidades diferentes. Una cosa es el sur, otra el espacio que forman Rio de Janeiro, Sao Paulo y Minas Gerais y otra el norte y el nordeste.

Pero aún así, el común denominador es que los medios no abordan, por ejemplo, el tema central, que es el económico. Aquel que impacta directamente en la vida de la gente, aunque la gente (usted, yo y nosotros) no nos demos cuenta.

Y dentro del vasto territorio de la economía, prácticamente todos, sin excepción, eluden el tema de la DEUDA EXTERNA. En Uruguay, y por lo que se puede ver en los medios de los países de la región (Argentina, Brasil y Paraguay, que forman el bloque Mercosur) la DEUDA EXTERNA no integra la agenda política. Ni de los gobiernos ni de los partidos de oposición.

Sean conservadores, progresistas o lo que sea. Todos ignoran, “olímpicamente” el tema. Lo esquivan, lo esconden o se hacen los distraídos. Vivir endeudados y cada vez más parece algo natural.

Este jueves 20 de junio de 2025 se supo de un documento, que fue elaborado por el papa Francisco, en una de las últimas iniciativas de su pontificado. Este documento se titula “El Informe Jubilar: Una hoja de ruta para abordar las crisis de deuda y desarrollo y sentar las bases financieras de una economía mundial sostenible y centrada en las personas”.

Fue encargado por el papa a un grupo de economistas de varios países como parte de las actividades del Año Jubilar 2025 y apunta a “transformación global” del tema.

El papa propuso la reestructuración eficiente de deuda soberana, mediante cambios en las legislaciones clave (como las de Nueva York y Reino Unido) que rijan los contratos de deuda.

Se propone introducir cláusulas que faciliten acuerdos colectivos y eviten la acción de fondos especulativos. Finalizar los rescates a acreedores privados por parte de instituciones multilaterales como el FMI, que “han contribuido a mantener la lógica perversa de endeudamiento y rescate que no resuelve los problemas estructurales”.

El uso estratégico de controles de capital para prevenir flujos financieros desestabilizadores, fomentar inversiones de largo plazo y permitir a los países preservar su soberanía económica.

Transparencia y participación pública en la toma de decisiones sobre endeudamiento, con mayor involucramiento de los parlamentos nacionales y de la ciudadanía. Reinvención del sistema financiero global, con nuevos instrumentos que prioricen el financiamiento del desarrollo sostenible y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

No sé en otros países, pero seguramente a este documento no se le dio demasiada difusión en casi ninguna parte, al menos de América.

El informe recuerda que 54 países en desarrollo ya destinan el 10 por ciento ó más de sus ingresos fiscales sólo al pago de intereses de la deuda, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Esta carga, señala el texto, “ha desviado recursos esenciales que deberían destinarse a la sanidad, la educación, las infraestructuras o la resiliencia climática, privando a millones de personas de atención médica vital, alimentos o empleo”.

Ahí está el tema. La DEUDA EXTERNA es el gran cáncer que padecen los países, y no solamente los más vulnerables o menos desarrollados. Pero claro, el endeudamiento también es una forma de dominación. Y a los acreedores les sirve mantener esa situación. Será por eso que nadie parece escandalizarse. Y se sigue informando de muchas banalidades, sin que nadie ubique en el centro de la agenda un tema clave, como éste.

 



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