ANA
ARROSBIDE: LAS LLAMADAS ENFERMEDADES RARAS
“EL
SISTEMA DE SALUD DEJA AFUERA A TREINTA Y CINCO MIL PERSONAS CUYA VIDA
ES UN CALVARIO.”
Escribe
Juan José Pereyra
Ana
Arrosbide padece dos de esas enfermedades “raras”. Vive un doble
calvario: por un lado sufre dolores insoportables. Por otro, en
nuestro país el sistema de salud no proporciona la medicación que
pacientes como Ana necesitan. Ni a nivel privado ni público. Hay
decenas de miles de personas que están en esa situación.
Ana padece
espondilitis anquilosante y fibromialgia.
“NADIE
SABÍA QUÉ TENÍA”.
Empezó a
sufrir dolores intensos en el 2006. La vio cuanto especialista se
pueda imaginar, desde traumatólogos hasta siquiatras. Nadie supo qué
tenía.
Le
hicieron decenas de análisis, le decían que lo suyo era sicológico.
Que no podía dolerle.
Una
reumatóloga amiga de su familia logró diagnosticarla en 2007 y la
empezó a atender una especialista. Ahora está en manos del Dr.
Daniel Palleiro.
A los ocho
años sufrió fuertes dolores en las piernas. No se supo por qué.
Hoy se sabe que la espondilitis ya comenzaba a manifestarse.
“BUROCRACIA,
INSENSIBILIDAD, HUMILLACIÓN, IGNORANCIA.”
Ana hizo
trámites durante dos años en las que dijo, sufrió la burocracia,
la insensibilidad, la humillación, la ignorancia.
Fue por
fin incluida en un protocolo del Fondo Nacional de Recursos. De las
treinta y cinco mil personas que padecen espondilitis en nuestro país
(medio estadio, grafica Ana), sólo trescientas reciben una
medicación cuyo costo supera a veces los varios miles de dólares.
TREINTA
Y CINCO MIL PERSONAS SIN MEDICACIÓN
Esto
significa que 34 mil 300 personas no reciben ninguna medicación lo
que hace que su calidad de vida desmejore en forma constante y puede
llevar a que la enfermedad se agrave causando, por ejemplo, ceguera e
incapacidad para movilizarse.
Ana debe
dejar el medicamento que hasta el momento le han indicado y cambiarlo
por otro por recomendación de un especialista español que la vio en
un congreso. Ella participa, da su testimonio y ayuda permanentemente
a quienes sufren la enfermedad.
Los
pacientes se están movilizando ante el Fondo Nacional de Recursos.
Sólo así Ana podrá tener su nuevo medicamento y sólo que haya una
decisión que solucione el problema en forma radical, treinta y cinco
mil personas están condenadas a vivir una vida de sufrimiento, de
agravamiento de su condición, de aislamiento, de desesperanza.
Ana
Arrosbide está viviendo hoy un empuje de su enfermedad.
Estoy otra
vez con rigidez matinal y eso que hago fisioterapia antes de
levantarme, hago Yoga. Ahora no puedo hacer natación que es
fundamental por el frío al salir de la pileta. Sigo en la lucha,
jamás bajo los brazos y trato de ayudar en lo que puedo. Si alguna
persona tiene alguna enfermedad rara hay que tratar de rodearla
porque mucha gente no nos entiende.
Muchas
veces creen que nos quejamos de gusto y por eso siempre nos estamos
apoyando unos a otros.
Hemos
hecho muchos encuentros y nos hemos ido organizando para que se nos
escuche y se atiendan nuestras necesidades.
Vengo
saliendo de un empuje, nunca me había dado tan fuerte como esta vez.
De noche
me da una sensación como que alguien me tiene que agarrar las
piernas y cinchármelas muy fuerte porque me da una rigidez imponente
que me quiero levantar y no puedo y ahí hago fisioterapia con las
piernas, con las manos, con los brazos pero lo más significativo es
lo de las piernas.
DOLOR
INSOPORTABLE, RIGIDEZ, IMPOSIBILIDAD DE MOVERSE
Además,
el dolor lumbar es también muy intenso. En el él último control al
parecer estaba detenido y los empujes son por el frío, o cuando hay
mucho calor. El año pasado di mi testimonio en un congreso en el
Hotel Radisson y me vio el mayor especialista mundial en este tipo de
enfermedades y me pidió que fuera a España, a Córdoba, a hacerme
ver por él.
En el
Hospital Reina Sofía te hacen diez días de internación y te dan la
medicación, pero yo no tengo la seguridad que acá pueda continuar
con el tratamiento.
Por ese
motivo el médico mío de Montevideo se puso en contacto con él y
resolvieron que tengo que tomar este nuevo medicamento que aún no he
conseguido.
Es una
enfermedad reumática que causa inflamación en todas las
articulaciones de la columna y de la sacroilíaca. Son fases de dolor
lumbar y la rigidez, la pérdida de movilidad.
Cuando
tengo los empujes tengo que arrancar de cero. Primero caminar una
cuadra, después dos, después tres, para que el cuerpo vaya de nuevo
adaptándose. Tengo un caminador al lado de la cama y ahí voy
luchando.
También
me cuesta horrible viajar, después estoy dos o tres días dura
tratando de reponerme.
Es una
enfermedad que ataca fundamentalmente a los hombres. En mi caso no sé
si fue herencia porque todas las tías de mi padre todas tenían
problemas de reuma y ellos no sabían.
El me
decía que siempre estaban dobladas y tenían algo parecido a lo mío
pero no sabemos si en esa época se sabía lo que era.
Hoy todo
va cambiando y nosotros tratamos de seguir con eso y apoyándonos
unos a otros, contándonos nuestras vivencias para poder ayudar a
otras personas.
EN EL
BPS NO EXISTÍA ESTA ENFERMEDAD
No sabemos
por qué no hay la asistencia que necesitamos. Cuando me jubilé
porque por mi enfermedad ya no podía trabajar, en el BPS no existía
esta enfermedad. No sabían lo que era y me pasaban de un médico al
otro hasta que un día les llevé un informe que había sacado de
Internet para explicarles lo que era.
No
miraron las placas, no miraron nada y me dijeron que mi problema era
la válvula mitral. Y les dije que no, que lo que tenía era
espondilitis. Yo sabía que tenía problemas en la válvula pero no
es nada grave ni peligroso y ellos no tienen idea.
Y
en el fondo no sé si es por la parte económica. Sé que las
mutualistas no los dan porque dicen que es muy caro.
En Rocha
tampoco tenemos un radiólogo efectivo que esté las 24 horas para
nosotros como yo tengo el médico que lo llamo y me da todas las
instrucciones personalmente o por teléfono cada vez que lo necesite
sea la hora que sea.
Somos
trescientas personas en el protocolo como le llaman ellos entregado
al fondo nacional de recursos y somos 35 mil las personas afectadas
por esta enfermedad.
“NO
TE PUEDE DOLER, ES SICOLÓGICO.”
Es
medio estadio centenario y están sin diagnosticar. Muchas veces el
médico dice que no te puede doler, que eso no es real. Siempre
juegan con eso de que estás sicológicamente afectado o lo que sea y
no es así. El dolor existe.
Al
parlamento fueron los dos especialistas en espondilitis que nos
tratan y la sicóloga del grupo. Yo había tenido un contacto con el
diputado José Carlos Cardoso que los llamó. Se presentaron ante la
comisión de salud y hasta el momento no han recibido contestación.
Hay
legisladores de los tres partidos que se preocuparon, algunos con
familiares con espondilitis Hoy el tratamiento sale 1500 dólares,
cuando yo empecé valía siete mil.
Cuando no
hay medicación la enfermedad se va agravando de distintas maneras. A
una chica le afectó los ojos. Como el padre podía pagar le
empezaron a dar las inyecciones. Pero no es tampoco una solución
porque mañana te pasa cualquier cosa y no te la puedes dar y se
interrumpe todo.
A
la chica esta le atacó uveitis y quedó ciega durante seis meses y
cuando la diagnosticaron le dieron la medicación pero porque el
padre podía pagarla, los demás estamos todos luchando por esa
medicación.
LA OTRA
ENFERMEDAD: LA FIBROMIALGIA
La otra
enfermedad que tengo, la fibromialgia se da más por el estrés, no
es tanto a nivel de reuma como la espondilitis.
Son
enfermedades difíciles de diagnosticar.
La
fibromialgia ataca las partes blandas y afecta al dos por ciento de
la población. Da un dolor, una sensación de pinchazos en todo el
cuerpo que si te da en el brazo pegas un grito.
Se tienen
todo los puntos sensibles a un roce, a la ropa. La espondilitis es un
dolor realmente duro. Son dos cosas distintas.
La
fibromialgia tiene 18 puntos que saltan con un examen .Para eso
también estoy medicada.
Este
año por suerte no me ha dado, me estoy cuidando muchísimo del frío
pero a la vez tampoco me puedo quedar quieta porque tengo que luchar
con las dos enfermedades.
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