martes, 18 de junio de 2013

PROFESORA ALBA MACHADO :Una vida entregada a la docencia



PROFESORA ALBA MACHADO SARALEGUI
UNA VIDA…MUCHAS VIDAS.

Escribe Juan José Pereyra



Al llegar a su casa se ve el nombre Atenea junto a la imagen de un búho. Es la representación de la razón y la filosofía. Tiene un mueble de madera con por lo menos sesenta búhos o lechuzas todas diferentes y a la vez iguales.

Nació en el medio del Arroyo de Rocha, “bendecida por las aguas”.

A los ocho años asumió la responsabilidad de cuidar a su madre.

A los catorce ganaba “sus primeros pesos” lustrando muebles a muñeca.

A los diecisiete fue la primera mujer que trabajó en la oficina de Catastro en Rocha.

Nunca pensó en ser educadora. Fue maestra, profesora del liceo y del Instituto Normal. Después lo supo: lleva la docencia en el alma.

En la dictadura la designaron Inspectora. Ocupó el cargo cuarenta y ocho horas y renunció. “No iba a irme a reprimir docentes”, asegura.

Ganó cada uno de sus cargos por concurso de oposición.

Fue fundadora de la Coral Municipal.

Impidió con sus gestiones que se incendiara el Teatro 25 de Mayo.

Fue directora del Consejo del Niño en Rocha durante treinta años.

Su accionar fue fundamental para que la Universidad de la Tercera Edad, UNI 3, sea la única que tiene su local propio en América Latina. La dirige desde hace muchos años.

Compró su casa con “muchas clases particulares y sacrificios”, enfatiza.

Se siente mimada por la sociedad rochense.

Lo más valioso para ella es lo que significó y significa su familia, la certeza de la existencia de Dios, el amor de sus miles de ex alumnos, y el cariño de sus amigos y de toda la gente.

Se puede dudar que una persona pueda hacer tanto en una sola vida.

La profesora Alba Machado Saralegui lo hizo. Lo sigue haciendo.

Profesora Alba Machado Saralegui.

“Las vocaciones a veces aparecen como un torrente que te lleva por delante pero otras veces cuesta. Nunca pensé en ser educadora, nunca. Después descubrí que llevo la docencia en el alma”.





¿Qué puede contarme de su familia, de sus primeros años?



Soy una orgullosa de mi familia. De mi familia Machado heredé esa estructura moral de responsabilidad, de respeto, de esfuerzo, de trabajo y por parte de mi familia Saralegui una gran sensibilidad, la que permite poder captar todo lo que hay en la vida de bueno, de hermoso, de verdadero y aplicarlo en la conducta. Mi padre era carpintero. Mi madre era ama de casa y la menor de trece hermanos .Tengo una ascendencia española y vasca a la cual estimo muchísimo. Éramos siete hermanos .Añoro muchísimo esa mesa familiar donde se conversaba, se infundía respeto. Era la hora de almorzar por lo tanto nadie podía llegar a interrumpir el almuerzo. Era una disciplina impuesta por mi padre, a las doce y a las ocho de la noche nos reuníamos para almorzar o cenar todos juntos. La familia es el núcleo principal donde crece el niño con sus padres, sus hermanos, su familia, sus tíos y esa es la base de todos los valores que hoy lamentablemente se han perdido porque la familia está prácticamente desintegrada. Mis padres conmemoraron los cincuenta años de casados y se amaron toda la vida. Ahora tengo una hermana mayor, muchos sobrinos, sobrinos nietos y sobrinos bisnietos que son para mí una fuente enorme de cariño. Estoy loca de la vida cuando nos reunimos y hay algo muy particular: los he educado a todos. A todos. Incluso a mis sobrinos bisnietos que muchas vienen de Piriápolis con una barra de amigos para que les enseñe Filosofía.



¿Cómo era aquella niña?

Te cuento antes que nací el 5 de mayo de 1930 en medio del Arroyo de Rocha, en una casa ubicada pasando el arroyo a mano derecha en la Séptima Sección Judicial. Nací bendecida por las aguas. Lo que hoy es el Hipódromo era la casa de veraneo del coronel Julio J. Martínez. Había llovido tanto y la inundación era tan grande que mi padre tuvo que ir a buscar a la partera en bote.

Mi familia era muy numerosa, yo era una de las menores y siempre fue muy sobreprotegida, muy mimosa y mi madre siempre vio en mí la persona responsable que pudiera cuidarla. A los ocho años era su compañía permanente porque lamentablemente mi madre era muy enferma y ella se sentía segura conmigo. Yo la atendía en todo. Ella salía de un infarto y entraba en otro pero gracias a mis cuidados y a los del resto de la familia vivió treinta años. Yo era una chica muy sensible, muy tímida y tuve que estar en el Colegio de las Hermanas porque cuando mi madre se agravaba muchísimo a mí y a Teresa que éramos las dos menores nos sacaban de la casa.

Después ingresé a la Escuela Artigas con muy excelentes maestras y siempre integrada a mi familia y siempre cuidando a mi madre. Hasta aprendí a poner inyecciones porque si se atacaba del corazón la primera que le ponía la inyección recetada por el médico, era yo. Después pasé al liceo. Siempre admiré mucho a mi padre porque era uno de esos carpinteros de los años 20, 30, que hacen todo. Es decir, en la carpintería no está dividido el trabajo ni hay máquinas como para que uno cepille y otro lije. No, mi padre se formó con los Cuartín y tenía una veta artística muy interesante. Asistió a las instituciones de Bellas Artes de Montevideo. Yo tengo sus cuadernos de dibujo. El torneaba, esculpía, lo hacía todo solo. No le paraba ningún empleado porque o lijaban de más o de menos…Y yo lo observaba trabajar y lo admiraba. En la esquina que estaba la carpintería se levantó luego el molino Cordone, atendido por los hermanos Rolando y Ruben de intensa actividad y moliendo el trigo que llegaba de todo el país transformándolo en harina. La ventaja de los años y la fiel memoria que tengo, hoy me permiten contar que he visto tirar abajo las paredes del clásico molino cuyas máquinas hacían temblar los vidrios de todas las ventanas de todas las casas del barrio. Nos acostumbramos a ese trepitar y hoy se está levantando allí el supermercado Tata. En su momento puse a disposición la casa familiar ubicada al lado de la carpintería porque correspondía también a mis hermanos y construí la mía en 25 de Mayo y Florencio Sánchez. Amo tanto este barrio como el querido de la Escuela Artigas en el que me crié.

Mi padre trabajaba cantando, cuando no rezongando por alguna cosa. Él salía del taller y yo con las tablitas y los clavos y el martillo hacía un portarretratos, o una bandeja así que cuando me invitaban para un cumpleaños regalaba lo que yo misma hacía. Él me rezongaba porque decía que le agarraba las herramientas y estas están totalmente adecuadas a la mano del profesional y yo pegaba martillazos en cualquier lado y él me decía que le dañaba el martillo igual que los cepillos para lijar. También era lustrador a muñeca, a goma laca… son cristales que se disuelven con alcohol. ¿Qué quiere decir lustrar a muñeca? Es un lienzo que se hace y se pone algodón y se hace como una muñeca y eso se pasa en la madera sumamente pulida, sobre todo roble o cedro o petibirí. Cuando él no estaba en el taller yo me aparecía con una tablita lustrada a muñeca, sin poros y con mucho brillo o también mate. Estaba como en un auge de creatividad y de imitación de mi padre. Al mismo tiempo, lógico, estudiaba y hacía todo lo demás y entonces un día me dijo te propongo algo, yo hago los muebles y tú los lustras. Así que los primeros pesos que hice en mi vida fue lustrando camas, escritorios y sillas a goma laca a mano. Debía tener condiciones de calor muy importantes, a veces estaba rodeada de estufas, para que la goma se pegara y no se levantara. Fui trabajadora desde siempre. Ya después comencé el liceo y la carrera magisterial y no pude seguir. Recuerdo que exhibí en vidriera de la casa Massa que vendía cosas muy finas, en Ramírez y Lavalleja, una carreta con bueyes con el perro abajo, todo hecho por mí.



¿Cómo fue surgiendo la vocación por la docencia?

Cuando salí del liceo no tenía una vocación clara. Las vocaciones a veces aparecen como un torrente que te lleva por delante pero otras veces cuesta. Nunca pensé en ser educadora, nunca. Yo veía que en mi casa había necesidades económicas porque sólo mi padre trabajaba en una familia tan grande .Mi tío Facundo Machado, agrimensor y capitán de Blandengues era el director general del Catastro Nacional. Era un hombre muy influyente en la política, colorado riverista, y como él empleaba a mucha gente en Montevideo, un día me animé y le dije: tío Facundo yo quiero emplearme para ayudar a papá que tiene tantos gastos con mamá enferma. Él me dijo: “no, qué esperanza, tienes que estudiar”. Lo convencí que podía hacer las dos cosas y me dijo, bueno, pero en cualquier lado menos en Catastro porque yo no estoy para que la gente me critique, Fíjate la moralidad de los Machado. Había empleado a todo Rocha, tanto que a Catastro de Montevideo le llamaban la colonia rochense, pero que no fuera cosa que dijeran que empleaba familiares. Nunca más le dije nada porque a los Machado se les pide una vez sola y nada más, no hay que decirle siquiera una vez más. Yo tengo por suerte esa herencia, me piden una vez y no precisa más. Un día mi madre me dijo que tenía que ir con mi padre porque había un puesto para mí en Catastro. ¡Qué alegría me dio! Tenía diecisiete años, ya había ingresado a Magisterio en el instituto del gran maestro Rosalío Pereyra. Yo ni edad tenía, tenía 17. Después mi tío le dijo a López Blanquet…porque yo era una jovencita modestia aparte muy bonita, porque era muy delicada, muy fina, “yo la traigo acá porque son todos amigos míos .Yo no quiero que mi sobrina ande por las oficinas públicas que hay de todo”. Entré en setiembre con un contrato de cuatro meses y era la única mujer y a fin de fin de año un decreto de presidencia de la república hizo que todos los eventuales quedaran efectivos.



¿Cómo fue surgiendo la futura profesora de Filosofía?

Hice una agregatura en el liceo con la profesora Laura Lladó de Muzzio, después entré como precaria y después concursé. Luego me recibí de maestra y seguía mis estudios de Filosofía. Tengo el orgullo que todos los cargos que ocupé siempre fueron por concursos de oposición, yo no le debo nada a nadie, jamás usé la política ni ninguna influencia. Siempre fue con mi esfuerzo personal. En el 65 cuando estaba con mi especialización en Filosofía, viajaba a Montevideo. Concursé en el 65 que fue el año que murió mi padre, con mucha dificultad, para las horas de Preparatorios del liceo de Rocha y fui la segunda en ochenta concursantes. En el 78 surgió un concurso entre los funcionarios de Catastro de todo el país y saqué el número uno, y tomé el cargo de Director Administrativo Departamental de Catastro. Siempre tuve la oportunidad de irme a Montevideo porque de Catastro querían que me trasladara pero yo no quise nunca salir de Rocha .Me até a mi pago, adoro a Rocha y adoro la gente de Rocha.

También fui nombrada Inspectora de Filosofía en el 81 y renuncié, que me fue muy mal porque estaban los militares y no les gustó que renunciara pero yo no quería ir a Montevideo en plena dictadura a reprimir docentes. En 1981 me jubilé de Catastro. Cuando terminé mi carrera magisterial, me fui a Montevideo y cursé en el Instituto de Estudios Superiores: Filosofía, Metafísica, Moral y Lógica y con otros cursos hice también Sicología. Todo curso que a mí se me presentaba siempre lo hice. Cuando tuve todos esos títulos el primero que me llamó a trabajar con él en el instituto Normal fue Rosalío Pereyra. En Catastro me daban horas para estudiar pero como yo tenía tanto trabajo me levantaba a las tres de la mañana sobre todo en verano, a estudiar con un grupo de amigas y a las siete y media ingresaba a la oficina. Salía a las tres de la tarde, hacía una siestita y de nuevo a estudiar con las mismas compañeras. Me recibí en Montevideo en julio del 54. Siempre fui muy destacada en las materias humanas y Rosalío me pidió que lo ayudara en Sicología. A medida que él iba encontrando gente adecuada nos iba dando los cargos y él se iba quedando con la parte de Filosofía y Pedagogía. Así que en el 55 entré al Instituto Normal. En 1956 Rosalío sufrió un terrible accidente donde murió su hijo y el hijo de Irisarri. Para nosotras fue un golpe tremendo, para las alumnas de él, para las alumnas de Marina, su señora. Los dos quedaron tirados en el hospital porque creían que estaban muertos. Fue un duelo nacional al perder los hijos ellos y el Instituto que estaba bajo la dirección de él quedó totalmente acéfalo. Era justo en noviembre y las mesas examinadoras, (los estudiantes eran libres), venían ya en enero. Entonces nos juntamos Diego Corbo Lorenzo, que era profesor, Beba Marziscano que era profesora, Alba Lombardi y el maestro Julio María Sosa y resolvimos hacernos cargo y no dejar en blanco los chiquilines. Nos repartimos las materias afines de Rosalío. Yo me puse a estudiar Metafísica, por ejemplo, otra Pedagogía, otra Filosofía de la Educación. Así que ese grupo de profesores nos hicimos cargo del Instituto. Él estuvo casi un año en cama enyesado y Marina también .El instituto funcionaba en la casa de Rosalio y en la Escuela Ramírez Pero fue necesario empezar a alquilar casas. La primera fue en Ramírez pegado a donde ahora es Rutas del Sol. Y después otra en Julián Graña y 25 de Agosto y yo era la garantía del alquiler de las dos. Ahí se desarrolló el Instituto Normal y trabajé incansablemente con la comisión de padres para su oficialización. Fuimos con un grupo de padres y estudiantes a la Azotea de Haedo en Punta del Este, para pedirle, porque él era consejero gobierno y lo hizo en julio de 1965.Estuve veintiocho años en el Instituto Normal, tuve que retirarme porque la acumulación de horas no me permitía, tenía cuarenta horas en Catastro, y las del liceo y el Instituto Normal. Por lo tanto trabajé toda mi vida. Tengo 28 años de Instituto Normal, 35 años de Enseñanza Secundaria que terminé con el nombramiento de los militares de Inspectora de Filosofía. Fui, recibí el título y en seguida le dije al director de secundaria: mire yo tengo un cargo recién ganado por concurso de directora de Catastro y es un cargo full time y no lo puedo dejar. Nunca ejercí el cargo, lo tuve por 48 horas pero me valió el reconocimiento.



Si recuerdo bien, también integró el Consejo del Niño…



Sí, estuve treinta años como directora en Rocha. Yo era muy amiga en el trato en Catastro con el Dr Mario Anza Vigliola y él era muy amigo de Adela Reta, directora en ese momento del Consejo del Niño, lo que hoy es el Inau. Los miembros eran natos y no natos. Los natos eran quienes que por su cargo, por ejemplo, director del liceo, inspector de escuelas, jefe de policía, lo integraban naturalmente y había dos cargos no natos, uno para la representación de la educación y otro la salud. Me nombraron a mí por la educación y al Dr Albérico Mogni por la salud. Mi gran actuación allí, fue lograr la creación de un Hogar de Niñas en Rocha.



Además de su trabajo en Catastro y su carrera docente, ¿en qué otras actividades ha ocupado sus energías?

Yo encuentro que tengo dos obras que he hecho con todo amor porque he sido siempre una gran vocacional por el teatro y por el canto. También fui fundadora del Coro Municipal Néstor Rosa Gifuni en el 46, y canté hasta después que murió en el 58.Pero la enfermedad de mi madre no me permitía salir de mi casa porque iba al coro y al rato me llamaban que mi madre estaba mal, así que al final dejé, pero trabajé mucho en la coral municipal. Cuando la UNI 3 también creé un coro que lo dirige en la actualidad Cecilia Olivera y canto en él. Mi pasión siempre fue el teatro porque con mi hermana Teresa íbamos en Montevideo .Venía también a Rocha la Comedia Nacional en aquel tiempo entre el 55 y el 60, y estaba una semana dando las obras más extraordinarias con China Zorrilla, Enrique Guarnero, Alberto Candeau, Maruja Santullo entre otros grandes.

En el 2000, José Pereyra, gran talento del Teatro 25 de Mayo, me dijo un día: “mira Alba que el teatro se va a incendiar de un momento a otro .Y si se incendia, ya nos dijeron los bomberos, van a quedar dos agujeros en Rocha, el del teatro que es todo de madera reseca de hace 100 años y el del cine 1º de Agosto”. Me pidió que la gente de la cultura nos ocupáramos de esa grave situación. Yo había formado el grupo Amigos del Teatro con gente muy amiga y nos entrevistamos con el intendente Irineu Riet Correa y le expliqué el problema y él hizo un decreto y lo cerró. Y en ese mismo decreto nos encomendó reciclar el teatro, ¡pero con qué plata! Recurrimos a la generosidad de Ducho Sfeir, la primera gran actriz y ella venía y no cobraba nada. Ducho tiene, además de esa virtud del gran arte esa veta de generosidad y solidaridad que no la tiene China Zorrilla. Con eso pudimos arreglar la electricidad sobre todo en la consola que era la que podía provocar un incendio. Trabajamos cinco años, incluso sábados y domingos pidiendo a toditos lados, embajadas, a todos, y siempre nos contestaban: no hay rubros. Cuando asumió la intendencia Artigas Barrios, él y Fernando Rótulo el Director de Cultura, vinieron a hablar con nosotros. Fernando me dijo: “Alba estoy a tu disposición para lo que veas que es más conveniente” y yo le dije hay que seguir levantando el teatro. Y la fuerza de un partido político como el Frente Amplio y un nuevo intendente con un interés extraordinario en la cultura como Barrios y el director de Cultura que también fue alumno mío, todos estuvieron interesados en seguir la obra de los Amigos del Teatro. Y ahí se dio el viaje a España del intendente con todo lo que consiguió, con la colaboración del Teatro Solís que en ese momento se estaba reconstruyendo y todo lo que donó y ahí está el Teatro 25 de Mayo que no se incendió para nada y está espléndido y cumpliendo sus fines al servicio de la comunidad. Esa es otra de las obras que he hecho en forma totalmente modesta, sin ningún brillo para nada.



Estamos llegando a la Universidad para el adulto mayor…

¡Sí! Cuando me jubilé del liceo en el 91 que fue lo último que quedaba para jubilarme me vinieron a invitar el Dr. Herbón, Ney Arboleya y Lola Cuadra para integrar una comisión para hacer una Universidad de la Tercera Edad que ya existía en Francia, dado que la gente hoy puede vivir veinte o treinta años más después de jubilarse y estas universidades son la respuesta para el qué hace el hombre después que se retira. Se retira del trabajo pero no de la vida. Fue un gran entusiasmo y otra gran oportunidad porque una persona tan trabajadora como yo me sentía vacía si no hacía nada. Di siempre muchas clases particulares porque tenía que hacer mi casa (la de mis padres se tenía que vender y repartir entre los hermanos) y con una apretura y una necesidad enormes hice esta casa que es mía y que pasé veinticinco años para hacerla. Es el fruto de mi esfuerzo. Yo siempre digo: ¡en estos ladrillos hay tanta tanta clase particular y tanto ahorro! Las clases particulares han sido fundamentales en mi vida, pero necesitaba estar más ocupada, sentir que podía ayudar más a la gente y esa oportunidad llegó.

Hace veinte años que estoy en la dirección de la UNI3.Es una institución que en Rocha y en todo el mundo ha sido de un éxito tremendo porque es la institución respuesta para la gente que encuentra el sitio necesario para continuar con el proceso educativo. Porque el hombre es un ser que tiene como gran capacidad el de siempre seguir creando y educando. El gran problema es que las UNI3 de prácticamente toda América Latina no tienen casa. O hacen un comodato con una de esas casas viejas de esas que se mueren los dueños y quedan cerradas, o si no van a clubes deportivos, o clubes sociales.

Nosotros tuvimos ese inconveniente .Cuando se inició, del 91 al 97, trabajamos en el Museo Regional, en AJUPENRO, la sede de los Jubilados, en el Colegio Larrañaga y hasta en el Club Social. Pero cuando tomó la dirección nuestra querida maestra María Elena González Pioli habló con el intendente Adauto Puñales y consiguió la esquina de la que fuera la casa de Rosalío Pereyra en Rodó y Sención, la misma donde hicimos Magisterio. Empezamos con mucha alegría pero llegó un momento que nos quedó chica porque sólo el coro tenía cuarenta personas .Entonces yo, siempre arrojada, así como antes insistí en la creación del Hogar para Niñas, fui a la radio. Todas las personas de los medios de comunicación han sido alumnos míos y quiero destacar que uno de los grandes capitales que yo tengo además de mi familia que adoro, son mis alumnos. He dejado una buena huella y todos me respetan y admiran. En la radio pedí a la gente que me prestaran una casa para la UNI3 con un piano, porque cantábamos pero no teníamos piano, Cecilia llevaba el órgano de ella.



¿Cuál fue la respuesta de la gente?

Vino el Dr. Juan Pedro Falconi y me dijo te vengo a ofrecer mi casa y le dije pero mira que nosotros no tenemos plata para comprar y me ofreció hacer un comodato. Una casa magnífica, una mansión de 300 metros cuadrados de edificación y mil metros cuadrados de parque. La gente estaba asustada y me decía: “no Alba no te tires, que hay que pagar luz, agua, los impuestos, no te tires, eso es demasiado para nosotros”. Y yo, cuando veo que algo es posible, no doy marcha atrás. Y dije ¿qué problema va a haber? Yo estoy jubilada, la luz y el agua… que todo quede a mi nombre, si no se puede pagar, yo la pago. Así que todo está a mi nombre que ahora tenemos que cambiar. Al instalarnos en esta nueva casa expandimos la UNI3 porque se empezó con siete talleres y ahora tiene 25.La gente va todos los días porque quiere ser feliz y quiere seguir estudiando. Es un fervor extraordinario como decía Vaz Ferreira, con ese fervor de trabajar y estudiar, la gente va. Van profesionales, maestras, directoras, amas de casa, empleadas domésticas. No se hace ninguna diferencia porque decimos siempre, cuando se entra a la UNI3 todos los títulos y todos los grandes cargos quedan en la vereda. Todos somos iguales, vamos a abrazarnos con la vida y a ayudarnos a vivir…que es tan importante ayudar a vivir al otro, ¿no? Cuando se vencía el contrato ¿cómo se resolvía? Siempre recibimos el apoyo del BPS con ayuda para material didáctico, (no para sueldos). El BPS en caso de comprarla, aportaba el 50 por ciento y nosotros debíamos poner el otro 50. Al final se solucionó. Juan P Falconí regaló su parte y su hermana, aunque cobró algo, fue prácticamente un regalo también. Él me dijo que había hablado con la hermana y los dos coincidían: “No quiero que la casa de mis padres se transforme en una funeraria o en un depósito de ancianos, la quiero ver transformada en eso que tú haces: un lugar lleno de vida donde la gente aprenda, cante, baile, se acompañe.”

La UNI 3 de Rocha es la primera de América Latina que tiene casa propia .El BPS está asombrado con la obra que realizamos que atañe no sólo a la vida de cada persona. Dentro de lo que podemos, porque es una institución no formal, gratuita, universal y la gente va no sólo a aprender sino a aportar sus talentos y virtudes, hemos tenido grandes profesores que han trabajado gratis y hacemos extensión cultural; bailes españoles, bailes folklóricos, canto coral, flauta dulce entre otras, que llevamos a escuelas, a liceos, a clubes e instituciones de Montevideo. Abarcamos todo el departamento y todo el país. El BPS ante los informes de la gente que nos visita y conoce nuestro trabajo ha resuelto una política de ayuda a todas las instituciones que se ocupan de adultos mayores: hogares de ancianos, clubes de abuelos y en 2010 nos dio un apoyo económico para arreglar los techos que estaban bastante mal y otras mejoras necesarias, luces, desagües, y para hacer una cocina nueva. Toda la gente trabaja gratis, ese es el gran fundamento. En unos días estaremos inaugurando las nuevas obras. Para este año 2011 hemos recibido otro apoyo económico y he pedido que me hagan un proyecto donde se haga un salón de actos para que tenga todo para ser un centro cultural más. Ya se inauguró el Centro María Elida Marquizo que es extraordinario, el Teatro ya se recuperó y ahora tendremos otra sala de actos para la cultura rochense que es la UNI3.



Si le pido que se describa en unas pocas frases, ¿qué diría?

Soy esencialmente religiosa más que por la fe, por la razón esclarecida y los sentimientos  de la presencia de Dios, Jesús y la Virgen María.

Enamorada del trabajo, toda mi vida ha sido un esfuerzo continuo, nada he tenido gratis, todo lo conseguí bajo esfuerzo y bajo tesón. He sido muy motivada por la sociedad rochense. No tengo palabras para describir lo que es mi pueblo conmigo. He sido una niña mimada de mi pueblo pero lo he sido también porque yo me he dado siempre. Siempre he pedido para los demás. Esforzada, trabajadora y con un gran sentido de lo que es la justicia y lo que es el bien.



6 comentarios:

  1. Excelente persona, por suerte he tenido el placer de hacer varios viajes con ella y además de aprender mucho se nos ha hecho corto el camino por las hermosas charlas. Ejemplo a seguir !!!!!!

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  2. luedupi@adinet.com.uy9 de febrero de 2016, 12:42

    No fue profesora mía, sin embargo la conocí en el Liceo y la admiraba, luego a través de alguna necesidad del coro Municipal o Kidie D'elía que me pedía contactar con "Aparcanto" de su sobrino, tuvimos oportunidad de charlar sobre algunas cosas del momento y recordar otras. La aprecié siempre por sus valores y disciplina, hasta hoy.

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  3. En el 1er Reencuentro le hicimos su ex alumnos un reconocimiento que está en el CD con un msj para todos imperdible documento

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  4. Rocha ha tenido una gran pérdida con el fallecimiento de Alba Machado Saralegui su actividad y obra fue muy fecunda y muy importante
    Los que la conocimos durante tantos años la recordaremos con mucho cariño
    Homero Casals

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  5. Fue mi profesora de filosofía y daba las clases con tanto entusiasmo, que nos atrapaba a todos los alumnos. La primera clase del año con ella, hizo un resumen tan magnífico de todo lo que íbamos a aprender, que ahí ya nos entudiasmó.
    Soy docente jubilada, y ella una de mis profesores referentes.

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  6. Ella y Dagoberto Castro Mendoza fueron mis pilares!!

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