sábado, 24 de agosto de 2013

50 años de "I Have a dream" “El sueño de Martin Luther King sigue vivo”

"Venimos para unirnos con los hispanos, los asiáticos, la comunidad gay y todos los blancos para defender lo que es justo para todos"



El País de España


 
 
 
 






 
 
Miles de personas celebran con una marcha en Washington el 50 aniversario del histórico discurso ‘I have a dream’, pronunciado por el líder de la lucha por los derechos civiles

Miles de personas se concentran en Washington para conmemorar el 50 aniversario del histórico discurso ofrecido por Martin Luther King, líder del movimiento por los derechos civiles, en el National Mall de la capital. Numerosas organizaciones de todo el país han convocado una llamada nacional a “Reclamar el Sueño”, en honor al “I have a dream” que pronunció King en la escalinata del monumento a Abraham Lincoln y que ya han quedado grabadas en la memoria colectiva como reclamo de justicia e igualdad.
"Hace cincuenta años no se protestó ni se marchó por nada", afirma frente al monumento a Lincoln James McDowel, que ha llegado desde Carolina del Norte para protestar por la ley de supresión de voto aprobada en aquel Estado la semana pasada. "Sé que mi voto todavía cuenta, pero cada vez menos". Desde primera hora de la mañana, la riada de familias, parejas y grupos organizados venidos de todas partes del país camino del National Mall para celebrar el 50 aniversario del discurso de King ha sido constante. Ancianos en sillas de ruedas, niños en carritos, jóvenes y adultos con pancartas reclamando igualdad de oportunidades laborales y un sistema de justicia justo... Distintas generaciones han coincidido en las inmediaciones del monumento a Lincoln para conmemorar el sueño de King y recordar que todavía sigue vivo.
Sasha Farid, afroamericana de 16 años, ha venido con su familia desde Nueva Jersey. "Claro que sé de la importancia del discurso de Dr. King hace 50 años. Entonces se habló de segregación, ahora hablamos de prejuicios raciales. Es un matiz, pero lo que se demandaba entonces es lo mismo que demandamos ahora, por eso hay que seguir luchando y soñando".
Ese cambio general entre quienes hace 50 estaban en este mismo lugar y quienes ahora empiezan a saber de la importancia de ese momento era palpable, no solo por la edad, sino por la indumentaria. Mientras los más mayores llevaban camisetas con la efigie de King, los más jóvenes mostraban con orgullo la del joven Trayvon Martin.

“Trayvon se ha convertido en el símbolo para nuestra generación, es lo que nos recuerda que la lucha por los derechos civiles sigue vivo”, dice Deon Walsh, un joven de 21 años que trabaja en la hostelería tras pasar varios meses en el paro. “A nuestra generación se nos ha apartado, no sé si consciente o inconscientemente, del movimiento de los 60, pero la lucha continúa y somos nosotros quienes debemos recoger el testigo”.
Entre los asistentes se encontraban algunos de los manifestantes que hace cinco décadas acudieron a la capital para escuchar por primera vez a King. "Hace 50 años estaba exactamente aquí", cuenta John Terry, 74 años, de Carolina del Norte. "Desde entonces ha habido muchos cambios, pero queda mucho por hacer. El sueño de King no se ha cumplido, pero ha ayudado".
Acompañado de toda su familia, Glenn Forsythe explica a sus hijos la importancia del movimiento por los derechos civiles y las consecuencias que ha tenido para ellos, varias generaciones después. "La injusticia, en cualquier parte, es una amenaza para la justicia en todas partes", dice citando a King. "Estamos aquí no sólo como afroamericanos. Venimos para unirnos con los hispanos, los asiáticos, la comunidad gay y todos los blancos para defender lo que es justo para todos".
"Quiero que mis hijos vean el legado de Martin Luther King", explica Jeffrey Byrd mientras camina con su hija. "Quiero que sepan lo importante que fue la lucha de sus ancestros y que todos, en algún momento, nos hemos apoyado y beneficiado del trabajo de otros".
Debemos continuar luchando por hacer realidad las palabras de mi padre"
Martin Luther King III
Tony y Barbara Gamo, de Nueva Jersey, recuerdan que hace 50 años eran "dos adolescentes que empezaban a enterarse de que había problemas en este país". Aseguran que, como afirma el lema de la marcha, el sueño continúa. "Hasta que todo el que tenga capacidad para trabajara no tenga empleo, mientras haya racismo, el sueño no se habrá cumplido".
La marcha, que sigue el mismo recorrido que la que en 1963 congregó a más de 200.000 personas, cuenta con la presencia de los principales líderes de la lucha por los derechos civiles y representantes políticos, así como la participación del hijo mayor del reverendo, Martin Luther King III.
"La marcha de hoy no es para recordar el pasado", afirmó desde la escalinata frente al monumento a Lincoln, el fiscal general Eric Holder. "Marchamos para seguir adelante y luchar por lo que podemos llegar a ser y que debemos caminar unidos en nuestra persecución de la justicia, el derecho al voto y la eliminación de prácticas discriminatorias". Holder instó a recordar a todas aquellas personas anónimas que sacrificaron sus propias oportunidades para que las futuras generaciones sí las tuvieran. "Sin ellos, yo no sería Fiscal General y Barack Obama no sería presidente".
El congresista John Lewis, el único de los oradores que participó en los discursos de la marcha de hace 50 años que sigue vivo, pidió a los asistentes que no cedieran en la lucha por sus derechos. "Debemos salir fuera y luchar para que América sea lo que queremos que sea para nosotros". Lewis, detenido y golpeado en varias ocasiones durante las manifestaciones en defensa del derecho a voto en los Estados del sur, afirmó que la participación de los ciudadanos en la democracia "es sagrada". "No podemos dar marcha atrás", aseguró entre aplausos.
"Sabemos que el sueño está muy lejos de hacerse realidad", insisitió Martin Luther King III, el primogénito de King, recordando el índice de paro entre los afroamericanos y la falta de subvenciones para las escuelas y universidades de mayoría negra. "Debemos continuar luchando por hacer realidad las palabras de mi padre". King puso como ejemplos de los obstáculos la falta de justicia el caso de Trayvon Martin, la inmigración y el de la restricción del derecho al voto.
También se ha hablado este sábado de los derechos de la comunidad homosexual, de los inmigrantes y de las mujeres. La congresista demócrata Nancy Pelosi reivindicó que "cuando las mujeres avanzan, Estados Unidos avanza", pero el sueño de King está lejos de cumplirse. "Yo estaba aquí hace 50 años", recuerda. "Hace 50 años teníamos al primer presidente cristiano, hoy tenemos al primer presidente afroamericano. Hace 50 años solo había cinco congresistas afroamericanos, hoy hay 45. No son suficientes pero son más".
El próximo miércoles, una concentración más pequeña pondrá fin a las celebraciones con la intervención del presidente Obama, desde el mismo lugar desde el que King se dirigió a un mar de activistas que vieron en su discurso la reivindicación de un movimiento pacífico que dio una lección al mundo.
“Yo tengo un sueño”, pronunció King flanqueado por la gigante escultura del presidente Lincoln. “Sueño que mis cuatro hijos vivan algún día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino el contenido de su carácter”. Su poderosa oratoria, forjada tras años de labor como reverendo y después también como activista, marcó el latido del discurso, interrumpido por los aplausos de los miles de asistentes. “Yo sueño con un día en el que allí en Alabama los niños negros y las niñas negras puedan unir sus manos con niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas”.
Aquella marcha fue convocada en el centenario de la Proclamación de Emancipación que liberó a los esclavos. King, como los numerosos activistas que intervinieron antes que él, habían llegado a Washington sin embargo para contarle a la nación que su libertad no era completa. Estos días, 50 años después, numerosos eventos celebran los avances logrados hasta ahora, incluida la elección del primer presidente afroamericano de la historia de Estados Unidos, pero recuerdan también que el sueño no ha acabado de cumplirse.
Entre los participantes estarán los familiares de Trayvon Martin, el joven afroamericano que murió por el disparo de un vigilante, George Zimmerman, el año pasado. Defensores de los derechos civiles han reivindicado que este caso es un ejemplo de que el racismo, la discriminación y los prejuicios siguen presentes en la sociedad estadounidense. También hablarán descendientes de Emmett Till, un joven negro de 14 años que fue secuestrado y linchado por haberse dirigido a una mujer blanca en un restaurante.
La muerte de Till inspiró a decenas de activistas en los años 60 que poco a poco se fueron uniendo a manifestaciones y actos de protesta no violentos, liderados por King, como las sentadas en restaurantes segregados, el boicot al sistema público de transportes provocado por el valiente gesto de Rosa Parks -se negó a ceder su asiento en una zona para blancos- o las marchas por la libertad en diferentes Estados sureños.
“Esta es la esperanza con la que regresaré al Sur”, dijo King aquella tarde de agosto ante miles de rostros que contemplaban por primer al líder de la lucha por la igualdad. “Con esta fe podremos excavar de la montaña una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, sufrir juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que un día seremos al fin libres”.
Desde este sábado hasta el discurso de Obama el próximo miércoles, cuando también conmemorarán las palabras de King los expresidentes Bill Clinton y Jimmy Carter, los organizadores esperan compartir con una nueva generación de estadounidenses el valor de los derechos civiles, la justicia, la igualdad y la pugna por ideales como los defendidos por King.

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