viernes, 23 de agosto de 2013

Dirigente de la salud: “No podemos aceptar la presión, está en juego el laburo de la gente”


El secretario general de la Federación de Funcionarios de Salud Pública, Pablo Cabrera, explicó que desocuparon pero la huelga sigue en pie


¿Qué beneficio sacan los trabajadores de lo que pasó?
Seguir trabajando en destercerizar servicios; mejorar la categoría y el salario de los cocineros; también trabajar el tema vacantes; y aún no tenemos los montos para el reclamo salarial. Vamos a discutirlo en una mesa de diálogo a partir del lunes.
Pero lo principal de la plataforma era lo salarial.
No.
En la plataforma que entregaron al Ministerio de Trabajo está en el segundo renglón, luego de que se cumpla con el convenio 2012.
Se ponen ítems. Siempre hay un renglón primero y uno segundo. No significa que los primeros sean prioritarios. Nosotros hablamos de condiciones de trabajo en tres partes: recursos humanos, infraestructura y salario.
¿Y tuvieron que ocupar y llegar a este nivel de tensión con el gobierno por condiciones de trabajo? Lo que el gobierno no podía cumplir era lo salarial...
Sí, pero por ejemplo, no visualizamos ingreso de personal, que es un punto clave.
¿Y ahora sí?
No, tenemos que sentarnos a negociar. No hay generación genuina de 500 vacantes. Será parte de la discusión cómo lo hacemos. Es tan importante como el salario.
La propuesta del gobierno incluye redistribuir 30 millones de pesos previstos para un fondo de suplencias.
Lo que discutimos fue algo muy preliminar vinculado al acercamiento primario que dio el Poder Ejecutivo. Se dijo que se iban a reorientar partidas que había que estudiar la misma interna y cómo desde adentro se manejaban los recursos que pudiera haber. No son solo 30 millones. Hay muchas más posibilidades, siempre y cuando se pueda discutir durante el proceso de negociación que todos pensamos que se puede dar a partir del lunes.
¿El gobierno les dio la señal de que habría más de 30 millones para repartir?
Bueno, siempre hemos tenido la posibilidad de investigar y mirar hacia dentro con los recursos que normalmente no se usan. Decir que hay solo 30 millones es flechar hacia un lugar que nosotros no sabemos porque el propio gobierno no sabe.
Lo planteado hasta ahora por el gobierno, ¿los satisface?
No. Pero ocupando logramos que nos ofrecieran un espacio. Obviamente, con la intimación que estaba planteada, la gente decidió desocupar.
Pero le dijeron que sí a la propuesta.
Le dijimos que sí a que no podemos aceptar la presión de los telegramas. Está en juego el laburo de la gente. No es que felizmente decidimos que nos vamos. Es que hay una presión.
En definitiva, se cede a la presión del gobierno…
¿Y qué te parece? Si te dicen que si no venís a laburar, te echan, es muy difícil.
O sea que el elemento de presión del gobierno fue más fuerte que la medida de ocupar.
Y sí. En ese sentido, sí.
Los dirigentes del PI-CNT se mostraron más cercanos al gobierno que a ustedes en la intervención, ¿cómo lo evalúan?
Ese tipo de evaluaciones se van a dar después. Hoy todavía no estamos en condiciones de valorar si hubo apoyo. El movimiento sindical estuvo, porque desde el primer día hubo sindicatos y organizaciones en la vuelta manifestándose solidariamente.
¿Pero a nivel de la cúpula?
Esa evaluación quedará para después. Hoy estoy intentando salir de una primera etapa del conflicto y tengo la cabeza acá.
¿Cómo siguen ahora?
Mañana tenemos un plenario en el que discutiremos todo esto y evaluaremos cómo seguimos.
¿Qué puede llegar a pasar? ¿Ocupaciones puede volver a haber?
No, ocupaciones no. Pero la huelga sigue en pie.
¿Por qué? La huelga es una medida fuerte…
Sí, pero no es una ocupación. Entonces es una medida que se puede llevar adelante. La esencialidad no debería caber porque en los paros se garantizan los servicios esenciales. En realidad también los garantizamos en las ocupaciones, pero la diferencia es que están las autoridades adentro.

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